Turquía bombardea bases de los rebeldes kurdos en Siria e Irak
Recep Tayyip Erdogan, presidente de la República de Turquía, sigue avanzando en su lucha contra los movimientos rebeldes kurdos en la región, aunque para ello tenga que realizar actividades militares fuera de los límites de sus fronteras. Tanto es así, que las denuncias sobre las sistemáticas violaciones de las soberanías siria, iraquí y kurda han sido una constante en el transcurso de las últimas décadas. Desde hace más de 25 años, Ankara ha instalado decenas de bases militares de facto en el Kurdistán iraquí, y, en esta línea, varios territorios del norte de Siria han sido ocupados por tropas turcas desde 2016.
Ahora, la campaña de Turquía contra la minoría kurda ha llevado al Ejército otomano a movilizar cerca de 60 aviones para bombardear las bases de los rebeldes kurdos, al norte de los territorios iraquí y sirio, durante la noche del martes. "Solo se atacaron terroristas y objetivos pertenecientes a terroristas", afirmó el ministro de Defensa de Turquía, Hulusi Akar, haciendo referencia al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo) y a la milicia siria Unidades de Protección Popular (YPG) –organizaciones kurdas declaradas por Ankara como “grupos terroristas”.
Según comunicó el Ministerio de Defensa otomano, los drones y aviones de combate que efectuaron los bombardeos despegaron de seis bases aéreas diferentes, y tenían como objetivo “los campamentos de entrenamiento, refugios y áreas de almacenamiento de municiones militares kurdos” en las regiones de Derik, al norte de Siria, y Majmur y Sinjar, en Irak. Los tres ataques simultáneos –ubicados fuera de las fronteras turcas – tuvieron como resultado la “destrucción” de unos 80 objetivos, declararon fuentes del propio ministerio, aunque sostuvieron que “la operación contra la guerrilla kurda no ha terminado”.
"La tarea no ha terminado; continuará hasta que el último sea neutralizado. Se han eliminado los objetivos en el norte de Irak y Siria, sin dañar a personas inocentes ni al medio ambiente", anunció Hulusi Akar.
No obstante, según un comunicado emitido por el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, el bombardeo de una estación eléctrica siria –ubicada en la localidad de Derik, en la provincia de Al Hasaka– ha terminado con la vida de cuatro guardias de seguridad y trabajadores de las instalaciones; aunque la gran cantidad de heridos en estado “crítico” hace pensar que esta cantidad podría aumentar en las próximas horas. Por su parte, los servicios antiterroristas del Kurdistán iraquí también lamentaron las “pérdidas humanas y materiales” que ocasionaron los ataques.
“Según las informaciones que hemos recibido, la aviación militar turca bombardeó seis posiciones del PKK en las montañas de Karjokh”, recogía un comunicado emitido por las autoridades de la Región Autónoma del Kurdistán, aunque no precisaron el balance de muertos y heridos.
Horas después de los sucesos, Bagdad y las fuerzas de seguridad iraquíes exigieron a Ankara que pusiera fin a las injerencias en la soberanía interna de Irak en pos del interés común entre ambas potencias. Sin embargo, el Gobierno otomano opina, en privado, que el país árabe se posiciona firmemente de su parte en la lucha contra el PKK, también considerado grupo terrorista por EEUU y la Unión Europea, que lo incluyeron en la lista de organizaciones terroristas a petición del Turquía.
El Partido de los Trabajadores del Kurdistán se alzó en armas en la década de los 80 con el propósito de exigir la independencia y el poder de autodeterminación de la minoría kurda al Estado turco. En términos globales, esta minoría podría alcanzar los 45 millones de personas, y su principal asentamiento se encuentra en Turquía, donde la población kurda supera los 15 millones de personas, en torno al 20% de la población total del país.
Por ello, la presencia de los militantes del PKK, así como de la idea de un posible Estado del Kurdistán en parte de los territorios de Turquía, Irán, Irak y Siria ha supuesto para Erdogan un factor provocativo y desestabilizante en la región. De hecho, a día de hoy el PKK ya no es el único enemigo del país para el presidente otomano; todos los kurdos que residen en la zona también han terminado por despertar la animadversión del mandatario. Sin embargo, el alcance de la campaña de Ankara contra la milicia kurdo-siria YPG no ha sido igualmente respaldada por las potencias occidentales, ya que las Unidades de Protección Popular han sido un cercano aliado de Washington en la lucha contra el Daesh en el territorio sirio.