Las tensiones bilaterales han aumentado en los últimos meses debido a la compra por parte de Turquía de los sistemas de defensa rusos S-400 

Turquía pide la apertura de una vía diplomática para resolver el conflicto con Estados Unidos   

AFP/ADEM ALTAN - El Presidente de Turqui­a Recep Tayyip Erdogan, se dirige a los legisladores de su partido en la Gran Asamblea Nacional de Turquia en Ankara

Ante la perspectiva de sanciones tanto de Estados Unidos como de la UE, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha cambiado su retórica en los últimos días; según dijo, las sanciones económicas serían perjudiciales para todas las partes y las diferencias entre Turquía y sus aliados en la OTAN sólo podían resolverse mediante el diálogo y la cooperación. 

Esta aparente voluntad de apaciguamiento llega en un momento en que Ankara está preocupada por un posible endurecimiento de su postura por parte de Estados Unidos, con la próxima entrada de una nueva administración demócrata en Washington, D.C., presidida por Joe Biden, y la imposición de sanciones más severas por parte de la Unión Europea, lo que podría perjudicar aún más a la economía turca. 

El mismo tono es también visible al otro lado del Atlántico. Después de los violentos acontecimientos que golpearon al Congreso de EEUU el 6 de enero, dos semanas antes de la toma de posesión de Joe Biden, el Gobierno turco está considerando pasar página con Washington.  

Turquía ha pedido el diálogo con Estados Unidos para iniciar nuevas conversaciones sobre la controvertida compra por parte de Ankara de un sistema de defensa aérea ruso, instando a Washington a dejar de lado las sanciones.  

El portavoz de la Presidencia turca, İbrahim Kalın, dijo el domingo a la cadena de televisión turca CNN Türk que los contactos de los funcionarios turcos con el equipo de transición de Biden han sido hasta ahora "muy positivos" y que los funcionarios estadounidenses dicen que quieren "desarrollar buenas relaciones con Turquía y abrir una nueva página". 

Ankara, además, ha de hacer frente a la dependencia armamentística que tiene con Estados Unidos, algo que ya le ha ocasionado problemas al haber sido expulsada del consorcio del F-35, por lo que Washington ha anulado la venta del avión tal y como tenía prevista. Precisamente, esto ha venido por el intento de Turquía de diversificar sus proveedores militares, y hacerse con los servicios del sistema de defensa antiaérea ruso S-400, algo que ha preocupado mucho en Estados Unidos. 

Turquía ha defendido su adquisición de los S-400 como una necesidad porque no pudo adquirir sistemas de defensa aérea de ningún aliado de la OTAN en condiciones satisfactorias.  

El ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, dijo que sería "muy problemático" que Ankara se retracte de su compra de sistemas de defensa rusos S-400, pero expresó su esperanza de que una disputa con Estados Unidos sobre el tema pudiera resolverse a través del diálogo.