Turquía redefine su papel en Siria apoyando al nuevo Ejército y manteniendo su presencia militar
Turquía ha dado un giro estratégico significativo en su política hacia Siria. Así lo confirma el ministro de Defensa, Yasar Guler, quien reveló que Ankara está proporcionando entrenamiento y asesoramiento al nuevo Ejército sirio, al tiempo que fortalece sus capacidades defensivas. A pesar de ello, dejó claro que no existen planes inmediatos para retirar las más de 20.000 tropas turcas desplegadas en el norte del país vecino.
Esta presencia prolongada y cada vez más estructural refleja una estrategia de largo plazo que va más allá del apoyo logístico. Turquía no solo busca mantener su seguridad fronteriza y combatir a los grupos kurdos que considera terroristas, sino también convertirse en un actor clave en la reconfiguración del futuro de Siria. Según Guler, cualquier retirada solo será considerada cuando se logren la paz, la estabilidad total, el retorno seguro de los refugiados y la eliminación completa de amenazas en la región.
El cambio es notable. Turquía ha pasado de apoyar a ciertos grupos opositores a convertirse en uno de los principales aliados del nuevo Gobierno sirio, surgido tras la caída de Bashar al-Assad en diciembre pasado. Esta evolución demuestra un pragmatismo renovado en la política exterior turca, que ahora apuesta por la cooperación estatal para proteger sus intereses, incluso si ello implica reconfigurar antiguas alianzas.
La influencia de Ankara se manifiesta en varios frentes. Además del apoyo militar, Turquía se ha comprometido a colaborar en la reconstrucción de Siria y en facilitar el retorno de millones de refugiados. También ha jugado, junto con Arabia Saudí, un papel crucial en el levantamiento de sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea, reforzando así su posición diplomática en la región.
Sin embargo, este renovado protagonismo turco en Siria no está exento de fricciones. En particular, Israel observa con preocupación el fortalecimiento de la relación entre Ankara y Damasco. Los ataques aéreos israelíes en el sur de Siria continúan, mientras ambas potencias regionales mantienen conversaciones discretas para evitar una escalada militar directa.
Guler ha subrayado que estas reuniones con Israel son de carácter técnico y buscan establecer un mecanismo de resolución de conflictos. "No debemos confundir estos canales con una normalización de relaciones", aclaró el ministro a Reuters, dejando en claro que Turquía mantiene una línea dura frente a las acciones israelíes, especialmente en Gaza.
Ankara está trazando una nueva hoja de ruta en Siria: consolidar su presencia militar, remodelar el sistema de seguridad del país vecino y gestionar tensiones regionales sin comprometer sus principios geopolíticos. Esta estrategia, ambiciosa y cuidadosamente calibrada, podría redefinir el equilibrio de poder en Oriente Medio durante los próximos años.