Ucrania pide a gritos más munición para su Ejército

María Senovilla, periodista colaboradora de la revista Atalayar y de otros medios, analizó en el programa “De cara al mundo” de Onda Madrid la situación de las tropas ucranianas que están en primera fila, cuáles están siendo los objetivos del Kremlin, el descenso, en lo que a popularidad respecta, de Zelensky y cómo puede afectar a las familias ucranianas la bajada de la edad de reclutamiento de 27 a 25 años.

¿Dónde te encuentras, María? La semana pasada estabas en Kiev, ¿dónde estás? 

Sigo en Kiev, en la capital, siguiendo muy de cerca esos bombardeos, ese asedio que el Kremlin está llevando a cabo contra distintas ciudades ucranianas. El problema lo tiene ahora mismo el Gobierno de Zelensky con la falta de defensas antiaéreas que no pueden hacer frente a estos ataques contra ciudades y objetivos civiles. 

Siguen los bombardeos, sobre todo en Járkov, donde los daños han sido cuantiosos, lo que se llama, “ataques de doble toque”. Cuéntanos, ¿qué es esa estrategia que está utilizando Rusia ahora mismo en sus bombardeos contra ciudades en Ucrania? 

Ese ataque de doble toque contra Járkov era el colofón de una semana de asedios, de bombardeos diarios contra la segunda ciudad más grande de Ucrania, que ya el Kremlin ha anunciado públicamente que la va a hacer inhabitable; que si no la toman, si no se convierte en una ciudad rusa, van a hacer que sea inhabitable bombardeando su infraestructura crítica, sus sistemas eléctricos y los edificios residenciales donde vive la población, que es lo que ha sucedido en ese ataque de doble toque que tenía lugar en la madrugada del miércoles al jueves.

Rusia lanzó una oleada de drones suicidas Sahed contra un complejo de edificios residenciales de plana altura, bloques de pisos, y cuando los rescatistas, médicos y bomberos acudieron a ayudar a las víctimas, el Kremlin lanzó una segunda oleada de drones contra el mismo punto. Mataron a tres rescatistas, además de otra persona civil, hubo al menos una docena de heridos, y las imágenes han conmocionado a la ciudadanía. Se pudo ver, salió en las noticias la imagen en todas las redes sociales, en todos los periódicos, la imagen de un joven bombero al que le hicieron un vídeo estaba de rodillas en el suelo, llorando destrozado frente a uno de esos edificios, porque su padre, de 52 años, y que también era bombero, fue uno de los que fallecieron en el segundo ataque. 

Trabajaban juntos en el mismo parque de bomberos, y acudieron los dos a la vez a asistir a las víctimas después de esa primera oleada de bombardeo. He de recordar que esta táctica, la del doble bombardeo, vulnera la Convención de Ginebra sobre los usos legales en la guerra, y que es una táctica que grupos terroristas como ISIS han empleado en numerosas ocasiones. Esta táctica consiste en eso, bombardear de un punto, y cuando la ayuda para socorrer a las víctimas está ahí, ayuda civil, insistimos, médicos, bomberos, rescatistas, lanzan un segundo ataque, otro dron suicida, otro misil, y matan de esta manera a los que van a socorrer a las víctimas del primer ataque.  

Aquí en Ucrania no es la primera vez que Rusia la pone en práctica, en agosto del año pasado también llevó a cabo un ataque de doble toque en Pokrovsk, donde bombardearon con un misil un hotel muy frecuentado entre la prensa internacional, por cierto, y cuando acudieron los equipos de rescate lanzaron un segundo misil, y en aquella ocasión hubo más víctimas mortales entre los rescatistas. De cualquier forma, una técnica deleznable que el Kremlin sigue poniendo en práctica, porque ahora ni las sanciones internacionales ni ninguna otra medida de Occidente le están parando en este tipo de ataques contra población y objetivos civiles.

Me recuerda, María, a los francotiradores en Sarajevo, cuando disparaban contra alguna persona, no disparaban a matar, disparaban para causarle heridas y que, cuando otras personas iban a socorrerla, entonces era cuando disparaban a matar y en lugar de asesinar a una persona asesinaban a varias. Es una práctica... Bueno, la guerra es deleznable, con lo cual las tácticas humanas para matarnos entre nosotros, la verdad es que son incalificables. Respecto a infraestructuras, ahora mismo, Rusia está atacando el sistema eléctrico de Ucrania, pero Ucrania está respondiendo también, atacando refinerías en Rusia.

El ataque en suelo ruso se lleva produciendo, lo hemos contado, desde la semana antes de las elecciones en Moscú, cuando esos batallones de ciudadanos rusos, pero que luchan del lado de Kiev, entraron en Belgorod y en Kursk, y desde entonces se llevan produciendo estos ataques, la mayoría con drones, y se están tirando tanto a infraestructura crítica, de donde beben, por ejemplo, las refinerías, donde se aprovisionan los aviones que luego bombardean Ucrania. 

Están tirando también a aeropuertos y helipuertos militares, donde esos vehículos aéreos, desde donde despegan para atacar, y están atacando también sedes militares, tanto del Ejército como de servicios secretos. Aun así, son ataques muy puntuales, que difícilmente van a hacer que esta guerra pare, pero lo que sí que están haciendo es tensionar un poquito la maquinaria bélica del Kremlin, que ve multiplicados los frentes, y que es uno de los motivos por los que el avance en los frentes de combate de Ucrania se ha detenido bastante, porque empezamos el mes de marzo con un alarmante avance de las tropas rusas, en varios puntos, tanto de Zaporiyia como de Donetsk. 

Estando en Kramatorsk, de un día para otro llegaron casi a las puertas de Chassityar, desde Bajmut hasta Chassityar, que es el siguiente pueblo y parecía que el avance hacia Kramatorsk y hacia Slovyansk, para completar esa toma del norte de Donetsk, que aún sigue bajo el Gobierno ucraniano, iba a ser imparable. Entonces, junto con el refuerzo de esos frentes de combate, y estos ataques que se producen en suelo ruso están haciendo que las tropas del Kremlin tengan que dividir esfuerzos para atender todos los frentes.

Ataques que también se están llevando a cabo en Crimea, en Sebastopol, contra objetivos de infraestructura crítica y también refinerías, y contra la flota rusa que está en ese puerto anclada. Es parte de esa estrategia ante la que ahora Ucrania, con esa falta de armas, porque los grandes paquetes de ayuda militar de Estados Unidos siguen bloqueados de momento, no tiene con qué responder de otra manera, y se está haciendo una estrategia bastante inteligente de intentar dividir los esfuerzos del Kremlin para que no se concentren en un punto y sigan avanzando dentro del territorio ucraniano. 

El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania pidió armamento antiaéreo en la última reunión de la OTAN, porque parece que algunas de las baterías Patriot que tenían han dejado de funcionar. Ahí hay una necesidad perentoria y, sobre todo, urgente por parte de Ucrania, vamos a ver si se cierra y se concreta ese fondo de 100.000 millones que se ha planteado en el seno de la OTAN.

No es que hayan dejado de funcionar es que en el caso de los sistemas de defensa antiaérea Patriot, recientemente han perdido uno porque lo han bombardeado los rusos. Ucrania está acusando esa falta de defensas. Hace 3-4 semanas Ucrania perdía uno de estos Patriot en una operación porque los sacaron de las ciudades para aproximarlos al frente de combate y poder desde ese punto bombardear a los aviones que despegan para lanzar las bombas aéreas, esas bombas guiadas que, desde hace aproximadamente dos meses, son con las que están llevando a cabo la mayoría de los ataques por parte de Rusia en Ucrania. 

Los ucranianos sacaron esos Patriot de Kiev, los llevaron hasta el frente de combate. La operación tuvo bastante éxito porque consiguieron derribar entre 10 y 12 cazabombarderos rusos. Una vez que está derribado se acaba el problema de que bombardeen las ciudades, pero por el camino los rusos localizaron uno de estos carísimos sistemas de defensa antiaérea e hicieron blanco. Ahora mismo la cúpula de defensa de la capital se ha quedado bastante tocada y esos misiles rusos están logrando en muchos casos penetrarla y llegar a sus objetivos porque no tienen las suficientes defensas antiaéreas para parar todos esos ataques que además se hacen de forma masiva contra varias ciudades para que Ucrania no pueda responder a todos. El último ataque le tocó el turno a la ciudad de Dnipro. Ahí sí fueron directamente a por centrales termoeléctricas y de hidrógeno. La mitad de la infraestructura eléctrica de esta ciudad está fuera de servicio. 

Están trabajando a destajo para que no tengan que hacer cortes de luz prolongados. Pero estos ataques se van acumulando. Es decir, Rusia sigue bombardeando sistemáticamente esos sistemas eléctricos desde otoño de 2022 y, por mucha prisa que se quieran dar en repararlos, se va acumulando y cada vez más infraestructura está fuera de servicio.

Y el problema de la movilización. Hablamos de sistemas de armas, hablamos de las infraestructuras energéticas, pero Ucrania está teniendo problemas de movilización y el Gobierno ha decidido bajar la edad de reclutamiento de 27 a 25 años. 

Estos ya son problemas internos. Preocupa y mucho esa Ley de Movilización. Recordemos que en enero se anunció que Ucrania necesitaba entre 400.000 y 500.000 nuevos reclutas para seguir haciendo frente a la invasión rusa, lo que desató un gran malestar social que se está traduciendo en una pérdida de popularidad del Gobierno de Zelensky. 

Ya se han dado algunos pasos. Se ha bajado esa edad de reclutamiento de los 27 a los 25 y se están ajustando las cifras. En las últimas intervenciones que ha hecho la cúpula militar, el Estado Mayor, dijo que a lo mejor medio millón de hombres era excesivo, que con 350.000 ya se podrían hacer rotaciones para dar un descanso a los que llevan más de dos años combatiendo. 

Esta Ley de Movilización se está ahora mismo debatiendo en la Rada. Se espera que la semana que viene publiquen ya lo que ha sido la primera discusión, un primer borrador para ver en qué condiciones o con qué medidas se podría llevar a cabo esta movilización obligatoria. Pero el Gobierno y la oposición son muy reacios de aplicar una movilización obligatoria por la pérdida de popularidad, la pérdida de apoyo social tan grande que eso generaría. 

Hay que tener en cuenta que los que se han querido alistar, reclutar de manera voluntaria a lo largo de estos dos años, ya están en el Ejército. Y que el resto de los hombres ucranianos que hasta la fecha no se han querido alistar es porque no tengan intención de hacerlo. El Ejército ucraniano tiene movilizados a un millón de personas.

De ese millón de personas, 300.000 están en el frente de combate y 700.000 están en la retaguardia dando logística porque se necesita mucha logística para poner a un soldado en primera línea. Lo que se está diciendo ahora que es por dónde podría ir esa Ley de Movilización y esas nuevas medidas para dar un respiro a los combatientes de primera línea es que, en vez de reclutar a tanto soldado nuevo, los que ya están en la retaguardia se reorganicen mejor para que haya gente que pueda ir al frente de combate, que pueda ir a primera línea y esa gente que está en primera línea pueda descansar. Aun así, es un melón muy grande el que se ha abierto en Ucrania con el tema de la movilización forzosa y esto está generando que muchos hombres en edad de combatir estén saliendo del país de manera ilegal. 

Hace poco la prensa local publicaba que se había desarticulado a varias ONG que lo que hacían es que a cambio de un soborno le hacían papeles a hombres ucranianos en edad de ser reclutados como que eran conductores de esa ONG que iban a cruzar a Polonia a por material humanitario. En el momento en el que esos hombres cruzaban a Polonia ya no volvían a Ucrania. Tan solo con dos ONG que han salido en prensa, que han salido por cierto gracias a una investigación periodística, eran más de 2.000 hombres los que habían estado sacando de manera ilegal en los últimos meses del país, para que tengas una idea de la dimensión del problema.