Hacía más de 40 años que no se registraban víctimas mortales en el conflicto fronterizo entre Pekín y Nueva Delhi. La muerte de 20 soldados indios hace sonar todas las alarmas en la región ante la creciente tensión de dos potencias nucleares

El último enfrentamiento entre China e India apunta a una pugna de larga duración

REUTERS/ADNAN ABIDI - Lado indio de la frontera indochina en Bumla, en el estado indio nororiental de Arunachal Pradesh, 11 de noviembre de 2009

Entre India y China suman una población superior a 2.700 millones de personas; ambos países son poseedores de armas nucleares y mantienen gobiernos nacionalistas que en otras ocasiones no les ha temblado el pulso a la hora de aumentar la presión sobre sus enemigos. Ahora, se encuentran enfrentados por un conflicto fronterizo. 

Las acusaciones y negaciones por parte de Nueva Delhi y Pekín han sido constantes desde que la semana pasada un incidente dejase decenas de soldados muertos.

Este es el último capítulo de una larga historia de problemas y disputas fronterizas entre ambos países, que incluye una guerra en 1962 y un enfrentamiento cerca de Bután en 2017.

Esta semana, un comunicado del Ejército indio alegaba que China había llevado a cabo “movimientos militares de provocación” en la zona fronteriza durante la noche del sábado al domingo. En respuesta, el Ministerio de Relaciones Exteriores chino negó esta acusación y el Ejército Popular de Liberación de China alegó que Nueva Delhi estaba “violando gravemente la soberanía territorial de China” y exigió su retirada.

Las tensiones crecientes entre ambas partes las llevaron a reunirse para resolver las últimas disputas fronterizas que hace dos meses dejaron 20 soldados indios muertos en los enfrentamientos que estallaron entre las dos partes en el valle de Galwan de Ladakh.

Primeras víctimas mortales en más de cuatro décadas

Estas muertes han sido las primeras bajas militaras a lo largo de la disputa en la frontera entre los dos países en más de 40 años. El enfrentamiento duró entre cuatro y cinco horas y, cuando los refuerzos indios llegaron al lugar, la mayoría de los soldados atacados habían perdido ya la vida, señala la CNN citando una fuente el Ejército indio.

“La pérdida de soldados en Galwan es profundamente inquietante y dolorosa”, escribió el miércoles pasado el ministro de Defensa de India, Rajnath Singh. “Nuestros soldados demostraron una valentía y un valor ejemplar en el cumplimiento del deber y sacrificaron sus vidas en las más altas tradiciones del Ejército indio”, continuaba.

Por su parte, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Zhao Lijian, defendió los ataques de su Ejército ya que “las tropas indias violaron gravemente nuestro consenso y cruzaron dos veces la línea fronteriza para realizar actividades ilegales y provocaron y atacaron al personal chino, lo que llevó a un grave conflicto físico entre los dos lados”.

El suceso se produjo durante un proceso de “desescalada” en curso en el valle del Galwan, en la zona en disputa de Aksai Chin-Ladakh, donde se han estado produciendo una gran concentración de tropas en ambos lados de la frontera. 

Desde el mes pasado, la frontera terrestre más larga del mundo ha ido viendo cómo crecían las tensiones, con India acusando a China de traspasar la línea de Control Real (LAC) y viceversa. Esta línea de demarcación está vagamente definida y se extiende entre Aksai Chin, bajo control chino.  Para el ministro de Relaciones Exteriores de India, Subrahmanyam Jaishankar, este enfrentamiento fronterizo es “la situación más grave después de 1962”. “De hecho, después de 45 años, hemos tenido bajas militares en esta frontera. La cantidad de fuerzas desplegadas actualmente por ambas partes en LAC es también sin precedentes”, dijo en una entrevista a Rediff.com.

Conflicto no solo en la frontera

Esta última escaramuza provocó los comentarios del subsecretario de Estado de Estados Unidos, Stephen Biegun, quien dijo que Washington estaba presionando a China: “Lo estamos haciendo en el área de seguridad. Lo estamos haciendo en términos de demandas descomunales para reclamar territorio soberano, ya sea en el valle de Galwan de India en la frontera entre India y China, o en el Pacífico Sur. También lo estamos haciendo económicamente”.

El duelo fronterizo comenzó en tres puntos diferentes en abril, pero ha sido en junio cuando se intensificó y se extendió a otros lugares del norte de Depsang y el valle de Galwan, donde India ha construido una carretera militar.

La acumulación de tropas en esa zona ha generado preocupaciones entre ambas partes por posibles avances de uno de los dos lados, y tanto Xi Jinping como Narendra Modi han construido un arraigo de la zona, que cada país defiende como suya, muy fuerte, exacerbando un nacionalismo que a menudo se ha traducido en violencia.

Más allá de las disputas territoriales, los enfrentamientos entre ambos países se trasladan al ámbito económico y comercial. India ha prohibido docenas de aplicaciones chinas, incluida la popular aplicación TikTok, y ha puesto restricciones a las inversiones chinas. El primer ministro indio, en los últimos años, ha acercado sus lazos diplomáticos hacia Washington, país cuyas tensas relaciones con China han empeorado este último año a raíz de las sanciones y la guerra comercial que libran ambas potencias. Desde el inicio del enfrentamiento comercial entre Pekín y Washington en 2017, India ha firmado múltiples acuerdos cruciales con la Administración Trump, algo que no ha  gustado en Pekín que busca aliados en la región para favorecer la balanza a su favor.