Un atentado terrorista en Damasco deja al menos 14 muertos
De acuerdo con fuentes militares, dos bombas han estallado alrededor de las 6:45 de esta mañana causando 14 fallecidos en el acto y varios heridos. Los artefactos estaban situados debajo de un autobús de transporte militar y han sido detonados a su paso cerca del Puente del Presidente, en Damasco.
Oficiales ya han confirmado que se trata de un acto terrorista, aunque todavía se desconoce qué grupo lo ha podido perpetrar. El tercer artefacto, colocado con el mismo fin, fue desactivado por una unidad de ingenieros pertenecientes al Ejército. Este último atentado se enmarca en una larga lista de ataques que se han ejecutado por parte de grupos yihadistas contra miembros del Ejército.
Este ataque es uno de los más mortíferos conocidos en la capital desde el 2017 cuando 30 personas murieron en un acto terrorista perpetrado en el Palacio de Justicia. A pesar de que Siria sigue siendo escenario de diferentes ataques terroristas, la capital ha disfrutado de una relativa calma hasta este momento.
El Daesh, el grupo yihadista más fuerte en el país todavía continúa operando en varias zonas de Siria. A pesar de su derrota en el año 2019, el Daesh ha cambiado su modus operandi para pasar de ser una red organizada que llegó a proclamar Raqa como capital del Estado Islámico a operar a través de atentados puntuales con el fin de sembrar el terror.
Tras la derrota de su supuesto califato, el Daesh ahora trata de volver a construirlo con la activación de sus células durmientes. Los campos de Al- Hol y Al-Roj, controlados por milicias kurdo-sirias, albergan decenas de miles de familias de yihadistas y se ha convertido en un hervidero de captación de nuevos yihadistas. El poder de los terroristas ha llegado a conseguir tal alcance que han logrado crear una suerte de Califato en el propio campo, en el que se encuentran 64.000 mujeres y niños en cautiverio.
En este intento, los radicales han logrado instaurar unidades de la hisba, lo que se traduce como la policía religiosa, así como un brazo de mujeres pertenecientes al grupo Al-Khansaa, un brazo operativo femenino que se encarga de imponer castigos a las mujeres que no cumplen con los códigos de vestimenta o que no siguen los mandatos del califato.
Es aquí donde los kurdos han protagonizado importantes operaciones antiterroristas después de haber recibido arsenal y entrenamiento militar por parte de Estados Unidos. En estas operaciones, los milicianos han conseguido arrestar a supuestos miembros del Daesh, además de incautar uniformes militares, material informático y móviles con información del grupo yihadista, lo que puede dar pistas de si el grupo ha conseguido ponerse en contacto con miembros que se encontrarían en el exterior.
En el noroeste de Siria, en Idlib, se continúa librando una ardua batalla contra el terrorismo yihadista ya que en algunas zonas de la región se encuentran radicaless que se desplazaron hacia el norte como consecuencia de la caída del grupo y la reconquista de Al-Asad del territorio. Asimismo, Turquía sigue manteniendo una importante presencia en zona al estar realizando ofensivas contra las milicias kurdas que también se encuentran en la zona.
También en Idlib operaciones conjuntas sirio-rusas siguen atacando zonas controladas por posiciones rebeldes, rompiendo de esta forma el alto al fuego acordado en el año 2020.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional han denunciado que las Fuerzas de Seguridad sirias han sometido a detenciones arbitrarias y a torturas a personas sirias que habían regresado al país tras el fin de la guerra civil. En un informe bajo el nombre “You are going to your death”, la organización denuncia una serie de violaciones cometidas contra 66 personas retornadas, entre los que se encuentran 13 niños y niñas.
La investigadora sobre derechos humanos de personas refugiadas, Marie Forestier, ha señalado a la organización que “el gobierno de Asad ha intentado presentar Siria como un país en recuperación. La realidad es que las autoridades sirias siguen perpetrando las violaciones de derechos humanos generalizadas y sistemáticas que contribuyeron a que millones de personas buscaran seguridad fuera del país”.
Por otra parte, la lucha antiterrorista en el país sigue firme. El pasado septiembre, el ministro de Relaciones Exteriores de Siria, Faisal Mekdad, prometió ante la Asamblea de la ONU que la “noble lucha” sigue en pie hasta “eliminar a todos los terroristas”.
El titular señaló además que “las puertas están ampliamente abiertas para todos los refugiados que quieran volver al país” y que las instituciones pertinentes siguen trabajando para “facilitar el retorno de las personas”.
Así, Siria trata de volver a construirse y mantenerse en pie después de una guerra civil que ha dejado alrededor de 400.00 muertos, muchos de ellos civiles. Este conflicto ha sido uno de los más dramáticos de nuestro siglo y sus secuelas siguen vigentes entre una sociedad que trata de erigirse en un clima marcado por la crisis económica, la escasez de recursos y por supuesto por un terrorismo atroz que ha conseguido sobrevivir tras el fin de la contienda.