Un grupo de militares asegura tener secuestrado al presidente y al primer ministro de Mali
Un grupo de militares está protagonizando una sublevación que mantiene a Mali con el corazón en un puño. Las agencias de prensa han informado este martes por la mañana de que varios uniformados ha ocupado posiciones en puntos estratégicos de Bamako tras tomar las armas de la base Sundiata Keita en la ciudad de Kati. No se sabe a ciencia cierta la fuerza con la cuentan estos militares y todas las agencias hacen referencia a la confusión de la situación. A pesar de ello, uno de los amotinados de Kati ha asegurado a los periodistas de que tanto el presidente, Ibrahim Boubacar Keita, como su primer ministro, Boubou Cissé, se encuentran bajo su poder, sin concretar ninguna información adicional.
Los sublevados han tomado posiciones estratégicas de la capital como el Ministerio de Defensa, la jefatura de las Fuerzas Armadas o la televisión pública. El Gobierno no ha realizado ninguna declaración en toda la mañana, lo que ha dado paso a una gran incertidumbre para la población. Cissé ha hecho público horas más tarde un comunicado en el que ha pedido a los militares que depongan las armas y les ha conminado a un diálogo. Lo cierto es que el presidente y el primer ministro han estado ausentes durante las largas horas que duró lo que parecía un motín y luego se ha tornado en un golpe de estado. Incluso el comunicado supuestamente firmado por Cissé esta misma tarde, que apelaba al diálogo con los golpistas, fue puesto en duda por los observadores y atribuido a personas de su entorno que trataban de ocultar la gravedad de la situación.
La noticia del aparente triunfo del golpe de los militares se ha expandido por la capital a lo largo del día. Las avenidas de Bamako han visto circular vehículos militares donde miles de personas salieron a las calles en actitud festiva, celebrando lo ocurrido, que aparentemente ha tenido lugar sin derramamiento de sangre. La Comunidad Económica de Estados de África se ha apresurado a condenar la acción militar. También Francia ha rechazado este martes el motín y ha llamado a respetar el orden constitucional. Este país europeo mantiene una fuerte presencia en Mali. Más de 5.000 soldados galos se encuentran desplegados en el Sahel con el objetivo de luchar contra el islamismo regional. España también mantiene tropas sobre terreno y el Ministerio de Defensa ha confirmado en un tuit que el contingente español se encuentra a salvo pese a la situación. La Embajada de España para Mali y Burkina Faso ha pedido a los españoles residentes en Bamako y Kati que eviten salir de sus domicilios en las próximas horas.
La Unión Africana también ha condenado la intentona golpista de Mali y ha exigido a los golpistas la liberación inmediata del presidente maliense y el primer ministro, según informa la agencia Efe. El presidente de Comisión de la Unión Africana (UA), Moussa Faki Mahamat, ha condenado "enérgicamente" el golpe de Estado en Mali y ha exigido a los golpistas la "liberación inmediata" del presidente maliense, Ibrahim Bubacar Keita, y de otros miembros del Gobierno. “Condeno enérgicamente cualquier intento de cambio anticonstitucional y pido a los amotinados que cesen todo uso de la violencia y el respeto por las instituciones republicanas”, ha manifestado Moussa Faki Mahamat en su cuenta de Twitter.
Mali lleva meses sumido en una enorme inestabilidad política azuzada por la amenaza yihadista y los conflictos intracomunitarios. Este incidente se produce tras semanas de protestas y manifestaciones multitudinarias para pedir la renuncia del presidente, que lleva en el cargo desde 2013. El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, también ha advertido ste martes de que un golpe de Estado "nunca es la solución a una crisis", tras el levantamiento en Mali. "La Unión Europea sigue de cerca lo que sucede en Mali. Un golpe de Estado nunca es la solución a una crisis, por muy profunda que sea", ha escrito Michel en su cuenta de la red social Twitter.
También el alto representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Josep Borrell, ha censurado el golpe de Estado y ha rechazado "cualquier cambio anticonstitucional", al tiempo que ha llamado al diálogo y ha pedido evitar una mayor desestabilización de Mali y la región. “Esto de ninguna manera puede ser la respuesta a la profunda crisis sociopolítica que ha azotado Mali durante varios meses”, ha afirmado Borrell, quien ha avanzado que la UE “ha emprendido contactos para comprender mejor la situación y decidir los próximos pasos en la acción de la comunidad internacional”.