Una Brújula Estratégica desfasada y una Defensa europea por hacer

Ya se cuentan más de seis meses desde que Rusia invadiera Ucrania. Un hecho tan histórico que ha puesto en vela a todos los Gobiernos y su política de Defensa. Países como Alemania han pactado de forma sorpresiva el aumento en el gasto militar, mientras la Unión Europea tiene un trabajo pendiente en materia de defensa. Un tema clave en las jornadas tituladas La Europa Geopolítica: la Unión Europea como poder global, organizadas por Miguel Ángel Benedicto, presidente de la Asociación Ideas y Debate de la UCM y profesor de Relaciones Internacionales en la misma universidad y celebradas en la Universidad de Castilla La Mancha de Toledo.

“El documento tiene 6 meses de vida. La Brújula Estratégica está desfasada, está entre la institucionalidad y la ampulosidad”. Así calificaba esta estrategia de seguridad Carlos González-Villa, profesor de Estudios Internacionales de la UCLM, que denunciaba que el documento se ve reducido “a la difusión y a la limitación”.

Pero si hay algo que debe tener esta Brújula Estratégica y no tiene, según González-Villa, es la falta de un objeto referente, definir para quién debe ser protegido, y una doctrina: “La Brújula carece totalmente de doctrina, esa cierta unidad de acción y, sobre todo, de propósito”.

Sin embargo, para Victoria Rodríguez, profesora de Relaciones Internacionales de la UCM, sí se han dado pasos importantes, como los 60 proyectos que se han desarrollado desde la puesta en marcha de la Brújula Estratégica, a pesar de que “los Estados no han querido cooperar en esta área”.

Y como efecto en los Gobiernos nacionales, la Unión Europea también ha desarrollado avances desde la invasión rusa de Ucrania en materia de seguridad, especialmente con la creación del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, mientras se trabaja también para el entrenamiento de las tropas ucranianas. “Los avances son relevantes, pero se necesita seguir mejorando”, concluía Rodríguez.

Este coloquio sobre seguridad y defensa en Europa estaba moderado por Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, quien avivó el debate entre todos los participantes lanzando cuestiones como si la posición política interviene en aumentar el gasto militar, o si de cuando hablamos de autonomía europea, estamos realmente dispuestos a ofrecer el famoso 2% del PIB en defensa o a asumir misiones internacionales y bajas humanas. Unas cuestiones imprescindibles para la defensa Europea tras el punto de inflexión desatado en Ucrania.

Sin embargo, y a lo que a la Europa geopolítica se refiere, hay otros actores relevantes para los Veintisiete como lo son Rusia y China en lo que son las grandes tendencias del siglo XXI. Giorgina Higueras, periodista especializada en Asia, criticaba la acción de la Unión Europea al “centrarse en sus crisis internas, Brexit, inmigración o populismos, y olvidarse de lo exterior”, algo que ha jugado a favor de Washington.

“Bruselas ha roto la posibilidad de ser un factor estabilizador entre EEUU y China, y la posibilidad de apaciguar un eventual enfrentamiento entre estas dos superpotencias”, exponía Higueras. Y es que el triángulo Estados Unidos, Europa y China ha jugado ya unas cuantas partidas. La UE firmó un acuerdo de inversiones con el gigante asiático, pero cuando Joe Biden tomó el poder, según la periodista, rápidamente supo cómo arrastrar a Europa a una dinámica de sanciones al margen de la legalidad internacional. Algo que ha pasado factura a los Veintisiete por la gran inversión china en el continente y la deficiente estadounidense.

En cambio, la relación con Rusia es totalmente distinta. Javier Morales, profesor de Relaciones Internacionales de la UCM, hacía el mismo repaso sobre la actual política de Putin y su empeño de seguir con la violenta invasión en Ucrania: “Putin está trabajando de forma contraproducente”, decía Morales, aunque no sólo desde estos últimos años. El líder del Kremlin lleva en el poder desde el 2000 y han sido muchas las políticas desfavorables para la propia Rusia.  

Al otro lado del Pacífico, la realidad en Estados Unidos es un tanto distinta, pero con cierto descontento con la nueva administración de Biden. “Pensamos desde la óptica optimista que Biden iba dar una vuelta a la política, pero lo que ha hecho es seguir en la continuidad y mirar ensimismado a los problemas internos”, decía Juan Luis Manfredi, profesor de la Georgetown University, que ponía como ejemplo la salida las tropas estadounidenses de Afganistán. Para el profesor, la geopolítica mundial también dependerá de lo que pase en las próximas elecciones de mitad de mandato de este noviembre.