Violencia en las escuelas cameruneses: la crisis anglófona se deteriora.
Durante los meses de octubre y noviembre, en la zona anglófona de Camerún, han ocurrido varios episodios de violencia relacionados con la crisis separatista de la región. Entre los eventos ocurridos, destacan los del cuatro de noviembre, cuando se registró un ataque contra una escuela en la región suroeste del país, de mayoría anglófoba. En este caso, el episodio ha provocado daños en las instalaciones pero no se ha reportado ninguna víctima, aunque varios de ellas según el portal ActuCameroun han sufrido abusos físicos y sexuales. Ese mismo día fueron secuestrados también seis profesores de un escuela primaria en el noroeste del país.
Estos eventos tienen lugar un día después del secuestro de 11 profesores y varios alumnos tras otro asalto en la región noroeste del país. Diez días antes de estos episodios, el 24 de octubre, siete estudiantes fueron también fusilados en una escuela al suroeste del país. Los presuntos culpables de estos ataques que han horrorizado a la Comunidad Internacional son, según el gobierno camerunés, rebeldes secesionistas de la zona anglófona del país. El hecho de que en el mes de octubre y noviembre se multiplicasen los ataques a centros escolares se debe a que, tras 7 meses de cierre en los colegios nacionales por el coronavirus, el Estado animase a los centros de estas regiones a abrir los colegios el 5 de octubre prometiendo protección a los alumnos y profesores.
Algunos de los colegios de la región anglófona habían cerrado en 2016 debido a las amenazas de los grupos separatistas y no han abierto hasta el 5 de octubre del año 2020. Algunos separatistas han entendido de manera desafiante esa promesa del gobierno de defender a los profesores y han comenzado a atacar de nuevo los colegios, demostrando la incapacidad del Estado de proteger a los centros escolares y que la crisis del separatismo no ha terminado. Muchos de los colegios que habrían reabierto a principios de octubre tras los cuatro años de cierre forzoso, han tenido que volver a cerrar debido a las amenazas y ataques.
Estos episodios de violencia están relacionados con el conflicto sin resolver de la descolonización británica que ha dado lugar al movimiento independentista de la región anglófona de Camerún. En 2016, comenzaron las protestas pacíficas de las regiones del Noroeste y Suroeste de Camerún, más conocidas como la zona de Ambazonia. Durante las manifestaciones, la población de la zona reclamaba que no se estaba respetando el bilingüismo que prometían las leyes. A pesar de que fuese un derecho reconocido, la mayoría de los funcionarios públicos no eran capaces de hablar o entender el inglés, y eso afectaba a los derechos de las personas que no hablaban francés y que necesitaban atención pública.
El caso de los abogados es un ejemplo muy ilustrador. Los jueces provenientes del área francófona desconocían las reglas y procedimientos del “common law”, que es el sistema legal utilizado en las provincias anglófonas. Los abogados, por tanto, reclamaron que no se estaban respetando ni las garantías procesales ni los derechos de los representados. A pesar de que algunas de las protestas eran válidas, la represión dura del Estado durante las protestas acabó con la vida de 17 personas y con la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017.
Desde que comenzaron las protestas en 2016 hasta el día de hoy, la crisis ha dejado más de 700.000 desplazados por el conflicto y 3.000 muertos. Las milicias armadas separatistas y el Estado son los principales actores de esta violencia. Desde el principio de la crisis, tanto los líderes de la sociedad civil camerunesa como los líderes de la oposición política han apostado por un diálogo inclusivo, en vez de una respuesta armada, para acabar con la crisis. Finalmente, el gobierno decidió organizar unas jornadas de Gran Diálogo Nacional a finales de 2019 con el objetivo de resolver a crisis anglófona.
Al diálogo no asistieron los separatistas ya que meses antes, el gobierno había condenado a cadena perpetua a varios de los líderes separatistas. El diálogo concluyó con el gobierno excarcelando a varios líderes de la oposición y otorgando un supuesto estatus especial para la región anglófona con una ley polémica, que los diputados de la región anglófona consideraron insuficiente.
El conflicto, por tanto, continuó como si el diálogo no hubiera tenido lugar. El próximo 6 de diciembre se celebrarán las primeras elecciones regionales en las que se seleccionarán a 90 consejeros regionales con poderes limitados, incluidos 20 representantes de las autoridades tradicionales. Estas elecciones que también se celebrarán presuntamente en las regiones anglófonas, permitirán poner en marcha los “consejos tradicionales” previstos en la Constitución de 1996, que otorgará una descentralización mayor a las provincias anglófonas. A pesar de que la constitución lo contemplaba, esta será la primera vez que se celebren.
Algunos separatistas se oponen a la celebración de estas elecciones, considerándolas insuficientes sin una reforma electoral completa y una resolución verdadera al conflicto anglófono, y ya han anunciado que harán lo que esté en sus manos para boicotearlas. Las enemistades entre los separatistas y el presidente de 87 años que lleva en el poder desde 1982, Paul Biya, complican la posibilidad de llegar a un acuerdo mientras éste último siga en el poder. Independientemente del resultado de las elecciones regionales, parece ser que el este conflicto encallado, no se va a resolver en un futuro próximo.