Xi Jinping pide una conferencia de paz para Gaza ante los líderes árabes

El presidente chino Xi Jinping - REUTERS/ MOHAMMED BADRA
El líder chino también insistió en el establecimiento de un Estado palestino independiente y prometió más ayuda humanitaria para los gazatíes
  1. La influencia de China en Oriente Medio

La guerra en Gaza ha sido uno de los principales puntos dentro de la agenda de la 10ª Conferencia Ministerial del Foro China-Árabe celebrada en Pekín. El conflicto entre Israel y Hamás, iniciado el 7 de octubre tras el ataque del grupo terrorista, ya está teniendo peligrosas consecuencias en la región que amenazan con afectar también a la seguridad y estabilidad global. 

Es por ello que desde diferentes partes del mundo tratan de impulsar una solución a esta guerra que pronto cumplirá ya 8 meses. “Desde octubre pasado, el conflicto palestino-israelí ha escalado drásticamente, provocando un sufrimiento tremendo a la gente", señaló Xi en su discurso de inauguración del foro de cooperación chino-árabe. “La guerra no debería continuar indefinidamente”, destacó.

Además de la guerra entre Israel y Hamás hay otros actores regionales que se han involucrado en el conflicto, elevando la tensión y la inestabilidad en Oriente Medio. Hezbolá, los rebeldes hutíes de Yemen y las milicias pro-iraníes en Siria e Irak -todos respaldados por Teherán- lanzan de forma recurrente ataques contra territorio israelí. Asimismo, las acciones de los hutíes están desestabilizando y poniendo en jaque el comercio mundial en el mar Rojo. 

Esta guerra también ha llevado a Irán a atacar directamente, por primera vez en la historia, a Israel, lo que elevó al máximo la tensión a nivel regional y global, empujando a países como Estados Unidos, Reino Unido, Francia o incluso Jordania a intervenir durante el masivo ataque iraní.

Por otro lado, los enfrentamientos entre Israel y Hamás están provocando una grave crisis humanitaria en Gaza, donde, según cifras facilitadas por el Ministerio de Salud -controlado por Hamás- ya han muerto más de 36.000 personas.

Teniendo en cuenta esta delicada situación, Xi ha pedido ante los líderes árabes una conferencia de paz internacional para resolver la guerra. Asimismo, ha insistido en el establecimiento de un Estado palestino independiente y ha prometido donar 500 millones de yuanes (69 millones de dólares) en ayuda humanitaria para Gaza.

El humo se eleva tras el bombardeo israelí en Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, el 27 de marzo de 2024 - SAID KHATIB/AFP

Pekín ha respaldado durante muchos años a los palestinos, condenando los asentamientos israelíes en Cisjordania. En esta línea, tampoco ha criticado a Hamás por su ataque del 7 de octubre en el que murieron 1.200 personas, la mayoría civiles, y más de 200 fueron secuestrados. No obstante, Pekín tiene fuertes vínculos económicos con Israel.

A nivel regional, China ha tratado de profundizar sus relaciones en todo Oriente Medio en los últimos años, alineándose con el mundo árabe respecto al conflicto y criticando a Israel por su operación militar en Gaza. Asimismo, desde Pekín han utilizado esta guerra para atacar a Estados Unidos, al que presentan como una potencia agresora que domina el orden mundial actual, un sistema que tanto China como Rusia han prometido cambiar. 

El presidente egipcio, Abdel-Fattah Al-Sissi, elogió los esfuerzos de China por impulsar un alto el fuego inmediato y un establecimiento de un Estado palestino durante su discurso en la inauguración del foro.

El líder egipcio también ha hecho un llamamiento a “todos los actores activos de la comunidad internacional para que asuman sus responsabilidades morales y legales y detengan la escandalosa guerra israelí”. "Insto además a la comunidad internacional a tomar medidas inmediatas y decisivas para hacer cumplir la entrega instantánea y sin restricciones de ayuda y asistencia humanitaria a la Franja de Gaza", añadió, en declaraciones recogidas por AP.

La influencia de China en Oriente Medio

Además de tratar la guerra en Gaza, el mandatario chino y los líderes árabes se comprometieron a profundizar la cooperación en materia comercial, energética, espacial y médica. Pekín lleva años tratando de expandirse en Oriente Medio a través del soft power y presentándose como una alternativa a los países occidentales, especialmente, Estados Unidos.

Pekín logró impulsar un acuerdo de paz entre Irán y Arabia Saudí, dos rivales regionales que llevaban años sin relaciones diplomáticas. Este pacto fue visto como un fracaso diplomático para Washington en un momento que perdía influencia en la región. Asimismo, Pekín también ha recibido recientemente a representantes de los grupos palestinos Fatah y Hamas -enfrentados desde hace décadas- para mantener conversaciones de “reconciliación”.

En un momento de cambios e inestabilidad, el gigante asiático se está haciendo un hueco en Oriente Medio a través del comercio y la diplomacia con el fin de ganar influencia regional frente a Estados Unidos y Occidente. Una estrategia que también está llevando a cabo en otras partes del mundo, como África o América Latina.