La diplomacia cultural que Marruecos lleva a cabo en el África subsahariana opera intensamente en el ámbito de la educación y la formación

La acción cultural marroquí en el África subsahariana por un espacio de paz

La acción cultural marroquí en el África subsahariana por un espacio de paz

La diplomacia cultural de Marruecos en el África subsahariana opera intensamente.

El estudio de la diplomacia cultural de Marruecos en el África subsahariana sólo puede entenderse mediante la definición del alcance de la noción de diplomacia cultural. Esta noción, tan amplia, aúna dos vertientes: la diplomática y la cultural, una estrictamente interna y otra externa. Este trabajo propone explorar la diplomacia cultural de Marruecos en el espacio subsahariano. Marruecos cuenta, en su estrategia de influencia, en su entorno subsahariano con varios instrumentos, la cultura en este caso. La potenciación de la cultura en la diplomacia marroquí se materializa en un conjunto de acciones emprendidas en un fuerte marco cultural tradicional que incluye varios actores. La diplomacia cultural de Marruecos es una práctica que gira en torno a muchos aspectos: el científico, el educativo, el espiritual, el religioso y el artístico y creativo. Estas dimensiones son muy explotadas por Marruecos en el África subsahariana. 

La diplomacia cultural que Marruecos lleva a cabo en el África subsahariana opera intensamente en el ámbito de la educación y la formación. Marruecos trata de establecer su reposicionamiento regional a través de la cooperación cultural en los ámbitos de la educación, la investigación académica y el desarrollo de capacidades. El otro gran aspecto de la diplomacia cultural marroquí es el ámbito espiritual. La diplomacia espiritual es una forma de diplomacia que abarca un campo específico que es la religión, la tolerancia y el diálogo intercultural. En el caso de Marruecos, la diplomacia religiosa forma parte de la diplomacia cultural porque la práctica islámica tolerante está bien integrada en la cultura marroquí, que se define como diversa y multiétnica. Si la diplomacia cultural llevada a cabo por algunas potencias occidentales como Francia han abandonado el aspecto religioso en su acción exterior, Marruecos, sin embargo, hace del islam moderado y tolerante una baza esencial para ejercer su Soft Power ("poder blando").

La relación de Marruecos con su espacio africano es desde hace tiempo una prioridad en las orientaciones políticas de los responsables marroquíes. Para comprender la ambición africana de la diplomacia marroquí, el alcance de las relaciones africanas de Marruecos es muy intenso en el espacio subsahariano y de África Occidental en comparación con otros espacios africanos. Efectivamente, Marruecos, en ese momento y por falta de medios, no podía expandirse más allá del espacio subsahariano. Esto explica la existencia de una relación privilegiada entre esta parte de África y el Marruecos de antaño, donde la cultura y sobre todo la religión jugaban un papel predominante. Existían otras consideraciones de carácter económico, como la explotación de las minas de oro y el protagonismo de las vías de caravanas en la ruta comercial transahariana, que convierten a los africanos en aliados de los marroquíes.

Evolución de los vínculos entre Marruecos y África

Las relaciones entre Marruecos y África han estado marcadas durante siglos por los lazos de cooperación y de acercamiento, pero ha habido momentos difíciles que han puesto en juego su relación y han creado la necesidad de que Marruecos redefina su política exterior con respecto al continente. Se ha mencionado anteriormente que la política africana ha estado arraigada en la diplomacia marroquí desde la existencia de Marruecos como entidad estatal. Esta política africana se afirmó tras la independencia. Marruecos, convencido de su destino africano, presidió el grupo de Casablanca en agosto de 1960.

Las tumultuosas relaciones con algunos Estados africanos se compensaron con una fuerte presencia en otros. En consecuencia, para fijar su posición en la región, al margen de la organización continental, Marruecos ha llevado a cabo un activismo diplomático en el plano político, económico y cultural. En el plano político, desde la congelación de las relaciones con la OUA, Marruecos siempre se ha implicado en los acontecimientos africanos. Así, interviene en la mediación para resolver conflictos, por ejemplo, en la crisis de Mali o en el conflicto libio desde 2015 [2]. Podemos destacar la mediación de Marruecos en el conflicto del río Mano entre tres países de África Occidental, Guinea, Liberia y Sierra Leona. En esta crisis, Marruecos desempeñó el papel de mediador llamando a las partes a admitir un proyecto de solución en una cumbre de reconciliación celebrada en Rabat el 27 de febrero de 2002. En el plano económico, Marruecos se ha convertido, desde 2008, en el segundo mayor inversor del continente, después de Sudáfrica, con una presencia tan fuerte en África Occidental, donde cuenta con el 64% de la inversión extranjera directa en la zona. Sin embargo, en las últimas décadas se ha producido un celo diplomático por parte de Marruecos hacia los países africanos. Un comportamiento que obedece a la necesidad de encontrar una presencia institucional sostenible dentro de la comunidad africana. De hecho, la decisión de reintegrar la organización panafricana y reafirmar su posición en la escena africana no es más que la continuidad del compromiso regional de Marruecos y es perfectamente coherente con el alcance de su acción frente a África. La estrategia desplegada por Marruecos para consolidar su posicionamiento en el seno de su grupo regional se materializa en una diplomacia multidimensional que incluye aspectos económicos, políticos, sociales y culturales. Esta última dimensión se declinará a continuación, explicando los instrumentos de la diplomacia cultural marroquí en África, centrándose en el espacio subsahariano.

La diplomacia cultural marroquí, un concepto evolutivo

Como parte de las relaciones internacionales, la diplomacia cultural no fue considerada en los estudios de historia hasta después de la Segunda Guerra Mundial. Esto es válido tanto para Marruecos como para otros países que han hecho historia gracias a su actividad cultural exterior, en este caso Francia. Uno de los primeros que reflexionó sobre la influencia del factor cultural en las relaciones exteriores de un Estado fue el historiador Pierre Renouvin en 1948, cuando escribió la "Historia cultural de las relaciones internacionales". La diplomacia cultural es un tema de estudio reciente pero muy antiguo en la práctica; engloba un conjunto de acciones emprendidas por los Estados para promover su modelo más allá de las fronteras.

La "diplomacia cultural" suele equipararse a la "acción cultural exterior". En realidad, la diplomacia cultural es el conjunto de operaciones decididas y ejecutadas en el marco de una determinada política exterior. Es el Ministerio de Asuntos Exteriores el que lleva a cabo la diplomacia cultural, a través de sus intermediarios o agentes, en el marco de una red diplomática, al margen de cualquier iniciativa local o privada. Sin embargo, la "acción cultural exterior" se refiere a "todas las operaciones u obras culturales o educativas orquestadas por el Estado, bajo la tutela de diversos socios, al servicio de su política exterior"[3]; esta última suele ser llevada a cabo por una multitud de actores públicos o privados.

En un momento de agitación geopolítica en la escena internacional, el poder de los Estados ya no se basa únicamente en los determinantes objetivos de la fuerza militar, económica o estratégica, si no en la fuerza de la seducción y la persuasión, para influir en el comportamiento de los Estados, donde la cultura y las ideas siguen siendo la principal baza [4]. La acción cultural llevada a cabo por el Reino de Marruecos más allá de sus fronteras meridionales responde a un imperativo de defensa del interés nacional. Cuando se habla de diplomacia cultural en el África subsahariana, es importante precisar el valor de este espacio en la profundidad estratégica de Marruecos. Al mantener una diplomacia cultural activa en este espacio subregional, el país asegura la visibilidad de su influencia. El activismo de la política exterior marroquí en el espacio africano no es una actitud nueva, sino la refundición de una tradición ancestral. Contrariamente a algunas percepciones, Marruecos no busca renovar sus lazos con los países africanos cercanos, este vínculo nunca ha sido negado, pero hay que decir que estamos asistiendo a un fortalecimiento de esta relación. El Reino ha decidido aumentar su presencia en los países del África austral y del África oriental, como Etiopía, Angola, Sudáfrica y Nigeria: las relaciones se han intensificado al ser conscientes de que el desarrollo del continente no puede tener lugar sin el acercamiento de países con gran potencial.

El impulso africanista de las inversiones directas marroquíes en el continente africano, especialmente en el sector de productos y servicios. El porcentaje de estas inversiones ha alcanzado el 51% del total de sus inversiones exteriores, donde el sector bancario representa el 53% del valor de estas IED, seguido del sector de las telecomunicaciones con el 34%. Considerado como el segundo país inversor africano en el continente, después de Sudáfrica, Marruecos recupera un espacio considerado geopolíticamente como la continuidad de su territorio, al reforzar sus compromisos históricos y sus vínculos tradicionales en el espacio subsahariano. Los países de África Occidental acaparan la mayor parte de la IED marroquí hacia África.

La ambición africana se construyó a través del discurso de la política exterior marroquí, pronunciado por su soberano.  La geoeconomía ha ocupado un lugar destacado, dadas las expectativas socioeconómicas nacionales y las limitaciones de la globalización económica. Marruecos quiere ser un promotor de la cooperación sur-sur, capaz de hacer frente a los retos de su región, para establecer su posición como actor de desarrollo y pacificador. El mensaje real dirigido en la primera conferencia de embajadores en agosto de 2013 fue percibido como una revisión de la diplomacia marroquí, dándole un nuevo impulso.
Dicho mensaje tiende a dinamizar la diplomacia marroquí, la reforma de la acción diplomática ha dedicado una parte a la diplomacia africana, que sigue siendo una de las prioridades del arsenal diplomático marroquí y subraya la necesidad de promover la diplomacia cultural, así como la diplomacia económica.

Aspectos de la diplomacia cultural marroquí en África

Un factor determinante en la política exterior de Marruecos es el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur. Esta cooperación refleja una acción solidaria en el sector económico, educativo, técnico, de seguridad y social. Según los funcionarios, el país ha firmado en las últimas décadas unos 500 acuerdos políticos, económicos y técnicos con países africanos. Las relaciones entre Marruecos y África no dejan de proliferar, extendiéndose a otros actores como los parlamentarios y las ONG. Nos limitaremos a revelar los diferentes aspectos que Marruecos mantiene en el marco de la diplomacia cultural, excluiremos la cooperación económica, por razones metodológicas, y destacaremos cómo se concibe la diplomacia cultural en lógica de lucha y prevención contra las amenazas a la seguridad en el continente y más concretamente en el África subsahariana [5].       

Cooperación cultural y científica con los países africanos

En referencia a la política llevada a cabo en el sector de la enseñanza superior, que otorga a las universidades plena capacidad para desempeñar un papel en "la valorización del patrimonio cultural marroquí y la difusión de sus valores ancestrales"[6]. En este trabajo se analizará cómo Marruecos mantiene un fuerte vínculo con los países del África subsahariana, a través de la promoción de la cooperación científica y educativa con los países de su región sur, y se entenderá el papel de la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional en el apoyo a una política de apertura hacia el África subsahariana, con la perspectiva de aumentar la movilidad estudiantil africana y proporcionar la asistencia necesaria a los estudiantes extranjeros, de los cuales los africanos representan la parte dominante.                          

Acogida y formación de estudiantes africanos

Entre los numerosos actores implicados en el ámbito de la política cultural, cabe destacar el papel de las universidades, que han hecho de la cooperación con África una prioridad. El número de estudiantes procedentes de este espacio demuestra la dinámica de esta cooperación. La diplomacia cultural marroquí se mueve a través de la institución universitaria: las universidades y los centros de enseñanza superior, que acogen cada año un número importante de estudiantes extranjeros. La influencia del país se mide por la capacidad de proyección de sus instituciones académicas, la productividad de su capital humano inmaterial y sus conocimientos [7]. En esta ambición africana se creó el Instituto de Estudios Africanos, una institución de enseñanza superior [8], especializada en la investigación sobre África. Esta institución confirma la vocación africana de Marruecos, Hassan II la vio como un puente científico entre Marruecos y África, y un vector de influencia de la universidad marroquí. Por otra parte, no será hasta la década de 2000 cuando el instituto experimente un auge en su actividad y se posicione entre los institutos de investigación universitarios marroquíes. Este periodo coincide con la nueva política africana del rey Mohammed VI.

El restablecimiento del papel de las universidades en la investigación científica colaborativa ha sido una prioridad de la política africana de Marruecos, que ahora debe ir acompañada de la implicación de las universidades e instituciones de formación de ejecutivos. Esta cooperación se aprecia especialmente en lo que respecta a la creación de redes de colaboración, la proliferación de intercambios de conocimientos técnicos y la elaboración de estudios temáticos sobre las relaciones africanas de Marruecos, con el objetivo de favorecer un mejor conocimiento mutuo entre Marruecos y África. Con este espíritu, la apertura de la universidad marroquí al entorno regional e internacional se ha convertido en una misión intrínseca a las tareas asignadas a las instituciones de enseñanza superior marroquíes. Desde la década de 2000, se ha producido un aumento de la movilidad de estudiantes de países africanos gracias a los acuerdos de cooperación en materia de investigación científica. Actualmente, Marruecos acoge a más de 15.000 estudiantes procedentes de 42 países africanos, matriculados en diferentes tipos de instituciones de enseñanza superior marroquíes, de los cuales 7.000 son de origen subsahariano, matriculados en instituciones públicas [9]. La afluencia de estudiantes extranjeros es del orden de 4.000 nuevos estudiantes cada año, donde los africanos representan el 63% del total de los ingresados, con el supuesto del 95% como becarios del gobierno marroquí.

Además, Marruecos reserva cada año unas 350 plazas para estudiantes africanos en los campus universitarios, aparte de las 850 plazas dedicadas a africanos en el campus internacional de la capital, Rabat [10]. En el plano de la cooperación técnica, Marruecos, deseoso de exportar su experiencia a los países vecinos, participa en la formación de más de 1.000 ejecutivos africanos en los sectores de la agricultura, la sanidad, la pesca marítima y la artesanía [11]. Según el Ministerio marroquí de Enseñanza Superior, el país ocupa el octavo lugar entre los diez primeros destinos internacionales para los estudiantes africanos. Marruecos es uno de los cinco primeros países de acogida de nacionales de 17 países africanos francófonos. Entre los estudiantes africanos matriculados en Marruecos, el 20% está en el nivel de máster y el 37% en instituciones superiores de acceso regulado como las facultades de Medicina y Farmacia, Odontología, Ciencia y Tecnología, Ciencias de la Ingeniería, Comercio y Gestión, Tecnología y Traducción [12].

La intensificación de las relaciones entre Marruecos y África se basa en gran medida en esta colaboración científica, que proporciona un apoyo estratégico a la influencia de Marruecos en la región. Una presencia que Marruecos asegura también a través de su pertenencia a varias organizaciones africanas científicas y tecnológicas como el Centro Regional Africano de Tecnología (ARCT), el Centro Regional Africano de Ciencia y Tecnología Espacial (CRASTE) o la Academia Africana de Ciencias (AAS). Cabe señalar que Marruecos sigue estando poco presente en la escena científica africana en comparación con países como Nigeria y Sudáfrica. Marruecos sigue vinculado a los socios, sobre todo europeos [13], lo que explica la posición periférica de Marruecos en el espacio científico africano. Según un investigador en cienciometría, que estudia la participación científica de Marruecos en África, el país está más integrado científicamente en África y su cooperación más fuerte sigue siendo con el Norte de África, con un 31% de su colaboración científica internacional, seguido de Nigeria, que no supera el 6% del volumen total de colaboración científica [14].

Las instituciones privadas de enseñanza superior también han desarrollado su estrategia de internacionalización en África. Así, la Universidad Internacional de Rabat mantiene un acuerdo de colaboración con el Ministerio de Educación Superior cuyo objetivo es promover los intercambios académicos con la posibilidad de conceder becas a estudiantes africanos. Esta asociación prevé la realización de actividades de formación en el extranjero, como seminarios de formación, o el establecimiento de plataformas de formación en línea en el marco de asociaciones de formación. Esta institución internacionalizada tiene una estrategia voluntariamente innovadora con una clara apertura a los estudios africanos y al futuro de África.

Con este mismo espíritu de cooperación marroquí-africana, Marruecos comenzó a acoger a aprendices de países africanos para realizar prácticas profesionales, con la posibilidad de apadrinamiento, que hasta entonces sólo se destinaba a los estudiantes. En el marco de la promoción de la diplomacia cultural, Marruecos se compromete con la formación y la capacitación del capital humano africano. En esta lógica de desarrollo de las capacidades y de valorización de las competencias y conocimientos africanos, se creó la Academia Africana de la Energía (ACAFE) para perfeccionar a los operadores africanos en el ámbito del refinado. Es un centro de formación multicultural [15]. Para apoyar su acción como socio africano, comprometido con la cooperación cultural y educativa, Marruecos ha creado una agencia encargada de la cooperación internacional, para organizar mejor esta cooperación sectorial.

El papel de la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional

Consciente de la presencia de lazos seculares, tradicionales, socioculturales, espirituales y económicos con muchos países africanos, Marruecos otorga a las cuestiones de desarrollo un lugar central en su política exterior y trabaja para proporcionar las condiciones adecuadas para la consolidación de esta relación. El principal paso dado en este sentido fue la creación, en 1986, de la Agencia Marroquí de Cooperación Internacional (MAIC), cuya misión es implementar programas de cooperación en favor de los países socios, especialmente los del África subsahariana. El MAIC se considera una herramienta ejecutiva de la política exterior de Marruecos, especialmente en lo que respecta a la cooperación sur-sur con los socios africanos. La ampliación de los campos de cooperación entre Marruecos y los socios subsaharianos ha llevado a un aumento sustancial del número de beneficiarios de los programas de cooperación internacional en número y tipo. Los programas de cooperación cubren ahora varios campos como la educación, la formación, el desarrollo de capacidades, la mejora y el intercambio de conocimientos [16].

El MAIC se encarga de desarrollar y reforzar las relaciones de cooperación cultural, científica, técnica y humana. Es a través de esta institución que la diplomacia cultural marroquí asegura su atractivo, gracias al apoyo a estudiantes extranjeros, especialmente subsaharianos, y a la coordinación de formaciones y prácticas, seminarios y estudios de larga duración [17]. El uso de la influencia cultural como instrumento de política exterior es un medio indispensable para defender su imagen y establecer una especie de " Etiqueta Marruecos "[18].

Desde su creación, el MAIC ha gestionado un número significativo de estudiantes africanos, incluidos los subsaharianos, que asciende a 50.000. El MAIC ha lanzado recientemente el proyecto de una red de antiguos alumnos africanos de Marruecos, "Le Réseau des Anciens Étudiants du Maroc (RAEM) o La Red de Antiguos Alumnos de Marruecos", que se alojará en la sede diplomática. Esta red garantizará la presencia marroquí en el continente africano. El papel desempeñado por Marruecos, desde la independencia, en la formación de la élite africana, sigue siendo importante. Los ejecutivos africanos que han estudiado en Marruecos son muy numerosos, ya sean altos funcionarios como los graduados de las escuelas de ingeniería, ejecutivos administrativos laureados de la ENA de Rabat. A ello hay que añadir la cuota de nacionales africanos que vienen a estudiar a la Academia Diplomática del Reino, lo que hace que la acogida de estudiantes de diplomacia africanos sea una acción prioritaria para reforzar las relaciones con los socios africanos. Así lo confirmó el diplomático que dirige la Agencia marroquí de cooperación internacional.

La política pública marroquí de cooperación al desarrollo, liderada por el MAIC, tiende a compartir en los países subsaharianos de África las buenas prácticas marroquíes capitalizadas en varios sectores. Esta cooperación proactiva para el desarrollo promueve el reposicionamiento de Marruecos en esta subregión, esta cooperación estrictamente académica y educativa tiene una gran dimensión humana, lo que revela el simbolismo de la solidaridad marroquí en este espacio regional. Marruecos, a través de estas acciones diplomáticas que se inscriben en una perspectiva de cooperación cultural y científica, tiene como objetivo contribuir al desarrollo de sus vecinos subsaharianos y cooperar mutuamente para hacer frente a los desafíos del desarrollo sostenible en África.

Esta subregión del África subsahariana comparte con Marruecos la francofonía. Marruecos, en su estrategia de apertura al África subsahariana, siempre ha preferido estos países gracias al factor francófono, que es también un elemento de la cultura marroquí. El flujo de estudiantes subsaharianos hacia Marruecos también se ve favorecido por el sistema de enseñanza superior marroquí, que sigue muy influenciado por el modelo universitario europeo. La lengua francesa es un factor determinante en la elección de estos expatriados. Hay que tener en cuenta el vínculo del mundo francófono cuando se piensa en el fuerte acercamiento entre los países de esta zona. En efecto, Marruecos, consciente de su identidad altamente multicultural y de su diversidad, ha sabido mantener a través de la francofonía fuertes relaciones con Francia y al mismo tiempo con los Estados africanos francófonos. Al actuar en favor de la cooperación con estos países, también está en juego el futuro del impacto de la Francofonía. Sin embargo, algunos atribuyen el acercamiento entre Marruecos y los países subsaharianos únicamente al factor francófono. Es indiscutiblemente cierto que este vínculo ha reforzado los lazos preexistentes, pero no es el creador de estos.

La diplomacia de la tolerancia a través de la influencia espiritual

El aspecto espiritual también es decisivo en la estrategia de la diplomacia cultural. La imagen de Marruecos entre las poblaciones africanas se ve moldeada por la influencia de las relaciones espirituales seculares que caracterizan la diplomacia marroquí. La identidad religiosa del Estado marroquí aporta una dimensión diplomática cultural, reforzada por la autoridad espiritual del monarca que representa al comandante de los fieles, reivindicando así su prestigio en el mantenimiento de las relaciones con las poblaciones musulmanas del África subsahariana. Este parámetro de la religión es instrumentalizado por Marruecos en dos propósitos: uno es establecer una cultura del islam " al estilo marroquí ", de carácter moderado frente a un islam rigorista, que conduce a la radicalización; este propósito se espera por la apertura de Marruecos al diálogo interreligioso y el llamamiento a la tolerancia; el segundo objetivo es contribuir a través de la formación y la instrucción islámica, supervisada por la Fundación Mohamed VI de la formación de predicadores para transmitir un mensaje pacifista del Islam y supervisar mejor a los involucrados en el ámbito religioso, para responder al mensaje oscurantista de los radicales.

Diálogo interreligioso por la paz y la lucha contra el radicalismo

En el África subsahariana, el poder blando marroquí se basa en el liderazgo religioso del Comandante de los Fieles. Desde la década de 2000, el país ha organizado varios foros de intercambio y debate sobre el diálogo interreligioso, en los que participan religiosos de muchos países para promover la tolerancia como respuesta a la creciente violencia del extremismo. Así, se organizó el encuentro de líderes religiosos de todo el mundo, que tuvo lugar en la capital espiritual de Fez. La cooperación religiosa es vista por Marruecos como un baluarte contra las derivas sectarias y comunales, que amenazan el mensaje pacifista de la religión. Desde la llegada al trono del rey Mohamed VI, ha prestado especial atención a la interculturalidad, integrando la dimensión religiosa. La interreligiosidad está intrínsecamente ligada a la experiencia de los marroquíes desde hace siglos, por la cohabitación pacífica entre las tres religiones monoteístas, judíos, musulmanes y cristianos extranjeros.

Varios acontecimientos simbolizan este voluntarismo del diálogo interreligioso en Marruecos y permiten comprender el alcance que los responsables marroquíes dan a la idea de tolerancia, como la tradición perpetuada de las "Conferencias Hassanianas" y la organización del Festival de Música Sacra de Fez, la acogida de participantes de hermandades sufíes africanas o la creación del primer instituto de teología africano.

En cuanto a las Conferencias Hassanianas, traducidas del árabe "Addourous Hassania", se trata de los ciclos de conferencias religiosas durante el Ramadán, el "mes sagrado de los musulmanes". Dos características del aspecto diplomático de este evento: la frecuencia de ponentes africanos y extranjeros de todas las doctrinas y ritos musulmanes, suníes y chiíes, e incluso seguidores de los Hermanos Musulmanes sin olvidar a los sufistas seguidores de las cofradías de la "Zaouia"[19]. En realidad, nadie temía la amenaza de la deriva islamista. La diversidad de los participantes, los teólogos extranjeros eruditos y los invitados eran de diferentes credos [20]. Mohamed VI ha consagrado el aspecto de la diplomacia cultural y espiritual con el reconocimiento del estatuto de la mujer en el ámbito religioso, hoy en día, los consejos de los ulemas [21] incluyen a mujeres teólogas que revolucionan la tradición de los países musulmanes. Esta influencia se ha visto reforzada, gracias a la divulgación del conocimiento científico, mediante la traducción de los contenidos de estas conferencias a las tres lenguas extranjeras, francés, inglés y español [22].

El segundo aspecto de la diplomacia religiosa marroquí tiene también una dimensión artística. Se trata de la organización del festival de Música Sagrada que coordina el Ministerio de Asuntos Islámicos. Se trata de un evento cultural internacional que se organiza desde hace más de veinte años. Calificado, según la UNESCO, como un espacio que promueve el diálogo entre civilizaciones, este evento artístico y espiritual fue clasificado como el mayor evento cultural internacional de nivel en 2001, sigue siendo una necesidad en el siglo XXI. El festival pretende arrojar luz sobre el patrimonio inmaterial de la humanidad haciendo referencia a valores humanistas como la libertad, la tolerancia y la apertura [23].

Desde 2001, este festival acoge un foro de diálogo interreligioso sobre los temas de la espiritualidad como factor de acercamiento de las civilizaciones y es un lugar de intercambio entre filósofos e intelectuales sobre temas relativos a la tolerancia y a la exposición de creaciones artísticas vinculadas al tema de la espiritualidad, donde cada artista revela a través de sus obras su libre pensamiento sobre lo sagrado. A través de estos eventos artísticos y espirituales, el país transmite su rechazo a la teoría del "choque de civilizaciones", constantemente cuestionada en el discurso oficial del Reino.

En la misma línea, la comandancia de fieles del soberano tiene la obligación moral de proteger el espacio espiritual y la consolidación de los valores de la tolerancia y la moderación y el rechazo de toda forma de extremismo ciego y de politización de la religión. En este mensaje oficial, encontramos la nueva política marroquí de rehabilitación de los papeles de los zaouïas en la protección del islam y el llamamiento a la tolerancia más allá de las fronteras marroquíes. Este enfoque forma parte de una estrategia nacional de seguridad espiritual, que se centra en la revitalización del papel del sufismo para contrarrestar las tendencias extremistas y de radicalización de la fe. Es una movilización colectiva, que llama a instrumentalizar su poder de difusión sufí contra la propagación del odio, que se está extendiendo en África. Este esfuerzo de movilización cuenta con el apoyo de Marruecos a través de la institución real sobre la tradición de la dinastía alauita.

Otros eventos organizados por Marruecos, con una dimensión internacional, son parte de la estrategia de divulgación, a través de la tolerancia y el diálogo interreligioso como el congreso internacional sobre las minorías religiosas en la tierra del Islam, que tuvo lugar el 25 de enero de 2016 o la tercera conferencia de la Francofonía sobre el diálogo interreligioso, organizado en Fez en septiembre de 2018.

Esta securización espiritual hace de Marruecos un ejemplo de apertura y de diálogo interreligioso e intercultural, ilustrado por un programa de rehabilitación de todas las sinagogas, catedrales e iglesias. La restauración de estos espacios permite transformarlos en centros culturales y de diálogo entre religiones. Estos ejemplos ilustran cómo los actos políticos internos pueden tener un impacto a través del mensaje que transmite la diplomacia cultural, como la creación de un instituto ecuménico, único en la región, para impartir una licenciatura en teología cristiana, tanto católica como protestante, que está reconocida por la Universidad de Estrasburgo y el Instituto de Estudios Teológicos de París. Este instituto "Almowafaqa" o "la correspondencia en árabe", ha sido solicitado por las dos Iglesias católica y evangélica de Marruecos para abrir una institución que ofrezca educación interreligiosa a la comunidad cristiana en un Marruecos que reconoce los derechos de las minorías religiosas. Los estudiantes son principalmente europeos y en su mayoría subsaharianos. Este instituto es un lugar de intercambio no sólo entre cristianos, sino que también sirve de espacio de debate e intercambio mediante la organización de seminarios y coloquios periódicos sobre religión en los que participan conferenciantes musulmanes y judíos. La creación de este Instituto de Estudios Teológicos Cristianos con vocación internacional en Rabat, pues los usuarios son todos extranjeros, precedió a la creación, hace tres años, de un instituto similar dedicado a la formación de clérigos musulmanes, y puede apreciarse como un mensaje de la política de tolerancia dirigida por el mandatario marroquí y una señal de apertura a otras culturas, principalmente subsaharianas. En este sentido, se decidió formar a clérigos subsaharianos que también son musulmanes y crear un foro científico para los "teólogos" musulmanes africanos ulemas.

Conclusión

El objetivo subyacente al ejercicio de la diplomacia cultural, en el caso de la política exterior marroquí, más allá de la defensa del interés nacional, es la afirmación de la posición del país. Esta diplomacia cultural se articula en torno a varias dimensiones: científica, educativa y religiosa.

Marruecos se ha inscrito en una dinámica de proyección regional, dirigida principalmente al África subsahariana, aprovechando, entre otros, un enorme potencial cultural, para lograr una influencia regional. Sin embargo, aparte de la cooperación en materia de educación y formación con los países subsaharianos, el poder blando marroquí utiliza ampliamente el factor religioso para difundir el modelo religioso marroquí bajo la etiqueta de un islam moderado, abierto a todas las civilizaciones y respetuoso con todas las creencias. La diplomacia religiosa es un campo muy normalizado, en el que los actores están en perfecta sinergia y coherencia, ya sean representantes del aparato ejecutivo y diplomático, apoyados por actores no estatales con vocación religiosa como las autoridades religiosas o las comunidades religiosas transnacionales [24].

Faiza Koubi es doctoranda en relaciones internacionales en la Universidad Mohammed V Agdal Rabat-Marruecos.

Artículo publicado en IFIMES – International Institute for Middle East and Balkan Studies, based in Ljubljana, Slovenia, has Special Consultative status at ECOSOC/UN, New York, since 2018.

Notas a pie de página:

[1] IFIMES - Instituto Internacional de Estudios sobre Oriente Medio y los Balcanes, con sede en Liubliana, Eslovenia, tiene estatus consultivo especial en el ECOSOC/ONU, Nueva York, desde 2018.
[2] Las facciones libias en el marco de las negociaciones para encontrar una salida a la crisis institucional y concluir el acuerdo de Skhirat (ciudad costera alrededor de Rabat) sobre el Gobierno de Acuerdo Nacional.
[3] DUBOSCLAR, Alain, " Les Principes de l'action culturelle de la France aux Etats-Unis au XXème siècle : Essai de définition ", en Entre rayonnement et réciprocité, contributions à l'histoire de la diplomatie culturelle, Publication de la Sorbonne, 2002. p 25
[4] Lane 2011, citado por Rapport évolutif, La diplomatie culturelle : levier stratégique au cœur des luttes d'influence? p 2, 2012, http://www.leppm.enap.ca/leppm/docs/Rapports_culture/Rapport_%C3%A9volutif_Culture_11_final2.pdf
[5] Informe de actividad del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del Reino de Marruecos, 2010, p 5
[6] Artículo 1 de la Ley 01-00 sobre la organización de la enseñanza superior marroquí, promulgada por el Dahir nº 1-00-199 de 19 de mayo de 2000.
[7] AOUAD LAHRECH, Oumama, " Quel rôle pour la Diplomatie Académique ? " en Revue Prospectives Universitaires, N° 1, 2008, Publicación de la Universidad Mohammed V-Agdal, Rabat, pp 235-240
[8] Adscrita a la Universidad Mohamed V de Rabat Su primer director fue el historiador Ahmed Taoufik, nombrado ministro de Asuntos Islámicos por el rey Mohamed VI. Este erudito se especializó en el impacto del Islam moderado marroquí en África.
[9]El número de estudiantes subsaharianos que ofrece la AMCI es de 8.000, frente a los 7.000 que ofrece el Ministerio de Educación Superior. La diferencia se explica por la presencia de estudiantes subsaharianos matriculados en instituciones de formación profesional como el Instituto Superior de Turismo, que depende del Ministerio de Turismo, o el Instituto Nacional de Acción Social, que depende del Ministerio de Asuntos Sociales y Solidaridad, que no están bajo la supervisión del MES.
[10] Internationalisation de l'enseignement supérieur au Maroc, documento de la Dirección de Cooperación y Partenariado del Ministerio de Educación Superior, Investigación Científica y Formación Ejecutiva de Marruecos, octubre de 2016.
[11] El AISSI, "Le Maroc forme des cadres africains", artículo publicado en el diario marroquí L'Economiste, edición n°:4811 del 12/07/2016 
[12] Idem
[13] Según el sitio del CNRS, Marruecos es el 19º destino de las misiones del personal de las unidades afiliadas al CNRS, y el primer destino africano con 696 misiones de colaboración científica en 2012, por delante de Túnez.
[14] BOUABID, Hamid, " Maroc/Afrique: L'économie d'abord, la science ensuite ", La Tribune N° 4337, del 12 de agosto de 2014, disponible en el enlace: http://www.leconomiste.com/article/957712-marocafrique-l-economie-d-abord-la-science-ensuitepar-hamid-bouabid
[15] En cuanto al aspecto del refuerzo de las capacidades, que es un resorte de la diplomacia cultural en África, Marruecos ha construido en Abiyán un complejo de formación profesional por parte de la Fundación Mohamed VI para el Desarrollo con asistencia técnica de la Oficina Marroquí de Formación Profesional y Promoción del Trabajo (OFPTT).
[16] El MAIC lleva a cabo su acción con la ayuda de otros departamentos ministeriales y la coordinación de varias instituciones públicas como las Universidades, la Oficina de Promoción del Empleo, ...
[17] En 2011, durante la crisis con Mauritania, las autoridades marroquíes negaron la matrícula universitaria a 800 estudiantes de Mauritania, y el MAIC retiró su oferta de becas a los mauritanos, cuyo cupo era de 80/año.
[18] ABOURABI, Yousra, "Les relations internationales du Maroc à la recherche d'une identité stratégique", en Baudouin Dupret (dir) et al, Le Maroc au présent, D'une époque à l'autre, une société en mutation, Casablanca, Centre Jacques Berque, 2015. p 36. Disponible en línea: http://books.openedition.org/cjb/990
[19] Entre los oradores invitados se encontraban el ex ministro de Asuntos Islámicos de Egipto Achaaroui, uno de los grandes teólogos hanbalistas, y el imán Moussa Assader, chiita libanés fundador del movimiento chiita en el sur del Líbano.
[20] OLD KABLA, Driss, " Les coulisses des Conférences hassanienne ", Diario Al Michaal, disponible en el sitio web : www.arayalmostanir.com/node/1017
[21] Altas autoridades constitucionales religiosas responsables de la regulación del ámbito religioso.
[22] OTHMANI, Sadek, " Les conférences hassaniennes : une soupape de sécurité pour notre pays ", Artículo en árabe publicado en el diario electrónico : Hespress : http://www.hespress.com/opinions/263478.html
[23] ZOUITENE, Abderrafia, Presidente de la Fundación Espíritu de Fez y del Festival de Música Sacra del Mundo de Fez, en la presentación de la sesión del Festival de Música Sacra de 2017. Disponible en la página web http://fesfestival.com/2017/le-mot-du-president/
[24] ABOURABI, Yousra, " Diplomatie religieuse : quelle place? Quel but? Quelle paix?", Artículo disponible en línea en el sitio web del Centro Internacional para la Paz y los Derechos Humanos (ICPADH) http://www.cipadh.org.