África austral, digital y salvaje

África
Los países africanos combinan la tecnología con la vida salvaje y la naturaleza
  1. Diamantes sin boicot
  2. Cataratas y aldeas inteligentes

África austral, entre lo digital y la protección extrema de la fauna. Entre lo natural y la tecnología. Ambas opciones se presentan decisivas para el futuro del África austral, una parte de este continente convertida en un auténtico laboratorio de especies animales con exitosas fórmulas proteccionistas mientras se proyecta buscar la prosperidad en el turismo, con fórmulas para combinar el progreso tecnológico y la conservación que se le exige.

Hace escasas semanas, la Unión Europea y el Ministerio de Turismo de Malawi firmaban un acuerdo de 2,4 millones de euros para la promoción del ecoturismo en ese país del África austral, un área volcada en encontrar esa fórmula de futuro para estos países. El proyecto TAZA (Tikope Alendo ndi Zachilengdwe) se centra en desarrollar proyectos turísticos inclusivos para comunidades rurales, especialmente para mujeres y jóvenes. Quieren a Malawi como un destino ecoturístico en mercados nacionales e internacionales.

Al suroeste de África se trata precisamente de combinar un desarrollo turístico que aporte prosperidad a sus habitantes combinándolo con la protección de la fauna salvaje y una biodiversidad y unos ecosistemas únicos el mundo.

África

Recientemente, la World Wild Foundation (WWF) se felicitaba en la presentación de una investigación coordinada desde Kasane (Botsuana, de que, después de inspeccionar 40.000 millas del área transfronteriza de conservación KAZA, se registraba una población de elefantes estable y ligeramente mayor que en el último censo de hace diez años. Hoy se cuentan 226.900 elefantes en esta región, la mayor concentración del continente. El último censo (2014-2015) estimaba esta población en 217.000 ejemplares mientras que, entre 1984 y 2010, en Kaza la población de paquidermos aumentó de 40.000 a 132.000.

KAZA, la mayor reserva transfronteriza del mundo, más grande que España, es un gran laboratorio natural que hace las delicias de viajeros llegados a esta parte del mundo -abstenerse urbanitas- y agrupa parte de territorio de Zimbabue, Botsuana, Zambia, Namibia y Angola, reunida en esta área oficial por decisión de sus gobiernos desde 2011, para sacar adelante un experimento destinado a proteger la fauna salvaje y evitar la extinción de especies que en ese momento se encontraban en grave peligro. En la actualidad, es frecuente oír o leer que se la describe como un edén, y, desde luego, como “el paraíso de los elefantes”. Cosas que ocurren lejos de nuestras sociedades, aunque no tan lejos. 

África

Kaza es mayor que España, (España mide 506.030 km² y Kaza 519.000 km²), está situada en las cuencas de los ríos Okavango y Zambeze donde se practica una política medioambiental libre de vallas y donde el turista/visitante convive prácticamente con la fauna como en ningún otro destino. Es, especialmente, el terreno privilegiado para observar elefantes y donde el viajero vive cada jornada al ritmo de la naturaleza para luego ser acogido con mimo en lodges y establecimientos que te hacen olvidar alguna penuria de la naturaleza, si la ha habido a lo largo del día. La actividad comienza antes de amanecer y los guías rastrean los caminos para ofrecer el mejor espectáculo posible de los animales, solos o en manada, a los que han viajado de lejos para vivir la naturaleza en estado puro. 

África

Recorrer el cauce del río Kwai o el cauce seco de Boteti, el delta del Okavango (Patrimonio de la Humanidad desde 2014), las reservas de Moremi o Chobe te permiten la experiencia de ser un protagonista más en los ciclos de la naturaleza, de seguir en directo la relación entre especies, pacíficas o mortales, a lo largo del día: conocer cómo se organizan sus comunidades, cómo se defienden, cómo protegen sus familias y a sus cachorros, cuál es el más temido… Todo transcurre ante ti y te conviertes en un protagonista más de un documental. 

La otra cara de la moneda de estos buenos resultados de los conservacionistas es que ese aumento de ejemplares provoca invasiones de tierras de cultivo, de zonas ganaderas y residenciales, convirtiendo a estos animales en enemigos de la población local que pierde su medio de vida en unos minutos.

De modo que, en ese territorio, como en otros del continente, se trabaja para proteger una biodiversidad y una fauna al mismo tiempo que los medios de vida de la población. ¿Una solución a esta disyuntiva? Se busca desde hace muchos años y se aplica en algunos lugares, con ayuda institucional, la de integrar a la población local en la gestión de las reservas protegidas y de los proyectos turísticos que proliferan en los últimos años. La mayoría de los países de la zona comparten este problema, aunque también gestionan cada uno sus peculiaridades.

África

Diamantes sin boicot

Botsuana, por ejemplo, un país mayor que España con apenas 2,4 millones de habitantes, el país con mayor nivel de vida en la zona, aparte de Suráfrica, y con la mayor población de elefantes del continente, está centrando sus próximos planes estratégicos gubernamentales en dar protagonismo al turismo sostenible y de calidad. Pero Botsuana tiene, además, una realidad distinta que se llama diamantes.

Su estabilidad política y social y su nivel de vida llegaron fundamentalmente en 1966, después de la independencia del Reino Unido, con el descubrimiento de las minas de diamantes en su territorio, pero hoy en día las autoridades están en alerta porque son conscientes de que los yacimientos se terminarán en unas décadas y porque ya tienen que competir en los mercados con los diamantes de laboratorio. Desde noviembre de 2024, Botsuana está gobernada por la Coalición por el Cambio Democrático tras seis décadas de Gobierno del Partido Democrático de Botsuana.

Este Gobierno se ocupa ya de las políticas proteccionistas, pero también de controlar la producción de diamantes por los acuerdos firmados con De Beers, la firma surafricana que, junto con el Gobierno de Gaborone, explota las minas del país desde hace décadas. La última y reciente negociación, que ha durado seis años, ha dado alas al Gobierno de Gaborone aumentando sus porcentajes de la explotación mientras ambos socios se benefician del actual boicot a los diamantes rusos. Según fuentes del sector, el negocio de los diamantes (30 % del PIB) generó 2.800 millones de dólares (2.625 millones de euros) en ingresos para Botsuana el año pasado y, según el FMI, representan el 90 % de sus exportaciones. En los próximos cinco años, la participación del país en las minas subirá hasta el 40 % y De Beers prolongará sus licencias mineras hasta 2054.

Mientras tanto, Botsuana apuesta por una importante fuente de ingresos que le dan sus zonas protegidas de incalculable valor como el Delta del Okavango, el desierto del Kalahari y sus parques nacionales.

África

Cataratas y aldeas inteligentes

Otros países de la zona intentan también combinar tecnologías con vida salvaje. Zimbabue y Zambia son un ejemplo de ello. Más de un millón de personas visitan las Cataratas Victoria cada año. Compartidas geográficamente por los dos países, son también un viaje a la historia colonial británica, a los tiempos de los primeros exploradores y de las primeras comunidades europeas en la zona. Ha aumentado un 83 % sus visitantes en 2024 después de aligerar la política de visados, invertir en aeropuertos y hacer campañas de marketing ha aumentado los ingresos un 22 % en ese año.

Zambia recibe unos 130.000 visitantes en su lado de las cataratas para admirar este monumento natural pero también comienza a preocuparse de la tecnología en su territorio oficialmente. Su Gobierno ha firmado acuerdos sobre energía sostenible, digitalización de servicios financieros e incluso de regulación de criptomonedas, en el proyecto Global Smart Village Showcases liderado por el Ministerio de Tecnología y Ciencia de Zambia y Huawei, adelantando nuevos modos de transformación digital para las aldeas de todo el país. Bajo ese paraguas, se ha presentado la primera aldea inteligente de Zambia proporcionando internet y electricidad, telemedicina y enseñanza a distancia.

En paralelo, se sube al carro del ecoturismo y consigue aumentar el número de visitantes en un 35,3 % en llegadas internacionales (2,19 millones) en 2024. El proyecto de Desarrollo del Turismo Verde, Resiliente y Transformador de Zambia, es el marco para muchas iniciativas del sector con un presupuesto de 100 millones de dólares financiado por el Banco Mundial. El mismo organismo que estima la incidencia de la pobreza en un 60,0 % en 2022, y en un 78,8 % entre la población rural.

África

En Suráfrica, la potencia del sur de África, que recibe cada año más de 8 millones de visitantes, las autoridades se han decantado por combinar turismo y transformación tecnológica, fundamentalmente, por microempresas y pymes con propuestas innovadoras. El Gobierno ha avanzado propuestas basadas en Inteligencia Artificial “para potenciar la experiencia turística y promover la sostenibilidad”,

De hecho, la IA ya se utiliza para controlar animales como los rinocerontes del Parque Nacional de Elefantes de Addo donde ejemplares de esta especie llevan collares con tecnología de IA que permite controlar los posibles peligros a los que se enfrentan. Son “iniciativas pioneras” del Departamento de Parques Nacionales de Suráfrica (SANParks),

África

Mientras gobiernos y organizaciones internacionales se ocupan de la estabilización de las especies animales, otras avanzan en la digitalización del continente. Algunas de las muchas iniciativas se encuentran las de Smart Africa, una alianza internacional fundada en 2014 con el apoyo de la Unión Africana y que representa a 41 países africanos que ha firmado un acuerdo administrativo con la Comisión Europea para estructurar la cooperación en los ámbitos de la cooperación reglamentaria. Se refiere, concretamente al desarrollo de capacidades y asistencia técnica, a la conectividad e infraestructuras digitales seguras, a la gobernanza electrónica, al comercio electrónico y a tecnologías incluida la Inteligencia Artificial. 

Por su parte, el Banco Mundial (BM) ha lanzado un nuevo programa por valor de 2.480 millones de dólares para aumentar el acceso a Internet y el uso integral de los servicios digitales para más de 180 millones de personas en la región oriental y austral de África. También el Banco Mundial destina 300 millones de dólares a Angola, país pendiente de explotar sus riquezas turísticas después de 27 años de guerra civil, para el Proyecto de Aceleración Digital, aumentar el acceso a servicios de Internet y fomentar la innovación en el Gobierno.

África

A pesar de todo ello, África sigue siendo el destino de naturaleza virgen, de naturaleza salvaje, y todavía de enormes carencias de la población.

Isabel Aizpún Viñes