El acuerdo de Sudán y Sudán del Sur para evitar inundaciones y sequías
Sudán y Sudán del Sur acordaron, a través de la firma de un memorando de entendimiento, medidas conjuntas para luchar contra las inundaciones y sequías, que afectan a los suelos y actividades económicas de ambos países.
Reunidos en la capital de Sudán del Sur, Yuba, ambas naciones apostaron por la cooperación entre Gobiernos, así como el establecimiento de medidas como la gestión de los niveles de los ríos durante la temporada de lluvias, con el fin de evitar que las inundaciones o sequías afecten a la alimentación de la población destruyendo el ganado y cultivos.
El acuerdo pretende rehabilitar los sistemas de riego en la región del Alto Nilo, ubicada en el norte de Sudán del Sur, para mejorar la gestión del agua en ambos países.
Según afirma el documento de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (UNOCHA): "Las escuelas, los hogares, las instalaciones de salud y las fuentes de agua están inundados, lo que afectó el acceso de las personas a los servicios básicos. El acceso físico sigue siendo un gran desafío para las organizaciones humanitarias a la hora de evaluar y responder a las necesidades de las personas afectadas por las inundaciones".
Las inundaciones en ambos países del noroeste africano han provocado efectos devastadores. Sudán se enfrenta a las lluvias torrenciales en el periodo entre junio y octubre, por lo que los efectos devastadores del agua destruyen cada año propiedades y zonas de cultivo.
En 2020, las precipitaciones obligaron a las autoridades de Sudán a declarar estado de urgencia tras atravesar la peor de sus inundaciones en los últimos 60 años. Este desastre natural obligó al desplazamiento de 850.000 personas y afectó los medios de vida de 700.000 personas, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.
Según Naciones Unidas, entre julio y septiembre, las lluvias y las inundaciones afectaron a 102.000 personas. Entre ellas, 50 aldeas en el sur de Sudán quedaron sumergidas, 65.000 residentes fueron desplazados y los campos de refugiados permanecieron completamente inundados, según el informe de la organización.
La situación en Sudán del Sur también es complicada, según la agencia humanitaria de la ONU (OCHOA) al menos 623.000 personas se han visto afectadas por inundaciones masivas en el país.
La falta de fondos está afectando a la acción de las organizaciones en el país, OCHA alertó de dificultades financieras recibiendo únicamente el 54% de los 1.700 millones de dólares (1.450 millones de euros) para el programa. Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU se vio obligado a suspender la ayuda alimentaria a 100.000 personas, por carencia de fondos.
Según informes de la ONU, la sequía en el Sudán del Sur alcanzó su nivel más crítico en 2020, afectando a 5,5 millones de personas. En Sudán, los sucesos más catastróficos datan de 1886, 1913, 1940, 1967-1973 y 1980-1984, en este último periodo, 8,5 millones de personas se vieron afectadas y 7,8 millones de cabezas de ganado perdieron la vida, según la organización Space borne Technology for Drought Monitoring.
De los 11 millones de habitantes de Sudán del Sur, más del 82% vive bajo el umbral de la pobreza, según el Banco Mundial, y 60% de su población sufre hambre debido a los conflictos, sequías e inundaciones.