Las inundaciones en China y Europa, las fuertes olas de calor que han provocado muertes e incendios en América del Norte, junto con muchos otros fenómenos extremos, son consecuencias directas del calentamiento global

El cambio climático está detrás de los últimos fenómenos meteorológicos extremos

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La Tierra lleva años advirtiéndonos acerca del cambio climático. En los últimos meses hemos presenciado fenómenos meteorológicos extremos como Filomena, las recientes olas de calor extremos en algunas partes de América del Norte o las inundaciones en Europa Central y China. Aunque todos los lugares del mundo se ven afectados en mayor o menor medida por el cambio climático.

Las inundaciones en Europa se han cobrado la vida de más de 200 personas, mientras que en China las muertes ascienden a 33. Múltiples científicos señalan la relación directa entre la temperatura de la atmósfera y el proceso de evaporación que provoca las lluvias. Por lo que cuanto más calor sufre la atmósfera, más agua se evapora y termina convirtiéndose en lluvias. Este fenómeno tiene consecuencias devastadoras en los lugares que lo sufren, en China, por ejemplo, han alertado del riesgo inminente de rupturas de presas. En los países europeos afectados se debe llevar a cabo una modernización de sus infraestructuras, ya que muchas son vulnerables a estos eventos climáticos extremos.

Además, de acuerdo con un estudio de la NASA y la Universidad de Hawái, las inundaciones en lugares costeros aumentarán en la década de 2030. Esto se debe, según el estudio, a un cambio en la órbita de la Luna que impulsará una subida del nivel del mar. “La combinación de la atracción gravitacional de la Luna, el aumento del nivel del mar y el cambio climático continuarán exacerbando las inundaciones costeras”, advierte Bill Nelson, autor del estudio.

En el otro extremo se encuentran los lugares azotados por severas sequías, como algunas zonas de África u Oriente Medio. Por ejemplo, en Irán miles de personas han salido a las calles a protestar por la escasez del agua, un problema que también afecta a su vecino Irak. Por otra parte, en África un acceso seguro al agua podría frenar las migraciones y la violencia en algunas regiones.

El calor extremo, además de acentuar las sequías y el problema del agua, provoca incendios que destruyen ecosistemas y desprenden humos tóxicos. A parte de poner en riesgo la vida de miles de personas. América del Norte, más concretamente zonas del oeste de Canadá y Estados Unidos fueron sorprendidas hace unas semanas por una ola de calor extremo. La ciudad canadiense de Lytton alcanzó los 49,6 grados centígrados, un hecho sin precedentes en una zona donde los veranos suelen ser suaves y frescos. Investigadores de la organización climática World Weather Attibution aseguraron que sin cambio climático habría sido “prácticamente imposible” esa ola de calor.

Además de causar más de 400 muertes en Canadá y 80 en Estados Unidos, esta temperatura extrema provocó numerosos incendios. El oeste de Canadá volvió a declarar emergencia, pero esta vez a causa del fuego. “Hemos llegado a un punto crítico”, alertaban las autoridades de Columbia Británica. Miles de personas han sido evacuadas mientras los 300 incendios activos han arrasado ya con 270.000 hectáreas de la región.

En Estados Unidos, donde es más común los incendios en verano, sobre todo en el Estado de California, el fuego ya ha generado su propio clima. En Oregón, los incendios provocan vientos huracanados, nubes de fuego y relámpagos, factores que dificultan la extinción.

Reino Unido se prepara para un posible escenario similar, ya que las autoridades han emitido la primera alerta de calor en la historia. La Oficina Meteorológica Británica ha alertado que las temperaturas pueden alcanzar los 33 grados centígrados, un calor inusual en el país. La alerta se ha trasladado también a la Sanidad Pública. En la pasada ola de calor de 2020 se registraron más de 2.250 fallecidos a causa de las temperaturas.

“Ningún país rico o pobre es inmune a estos fenómenos”

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático se reunió el pasado junio y arrojó datos preocupantes sobre el calentamiento global. La organización de Naciones Unidas advirtió que decenas de millones de personas sufrirán hambrunas, sequías y enfermedades provocadas por el clima en las próximas décadas. Las enfermedades pulmonares y cardíacas “aumentarán drásticamente” debido a la contaminación del aire. El Panel señala también el “riesgo de contaminación de agua y alimentos por los desechos tóxicos marinos”, que podrían aumentar las enfermedades digestivas.

Científicos y expertos han insistido en numerosas ocasiones a los Gobiernos a diseñar medidas que luchen contra el calentamiento global. Asimismo, inciden en que es un problema que afecta a todos por igual. “Ningún país rico o pobre es inmune a estos fenómenos. Hay que invertir más en la adaptación al cambio climático”, declara la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

No obstante, algunos países se han comprometido con el medio ambiente y han comenzado a desarrollar proyectos que lo protegen. China ha anunciado el lanzamiento de su “mercado de carbono”, que ayudará a reducir emisiones, aspecto clave en la lucha contra el cambio climático. El mercado chino obligará a miles de empresas del país a reducir sus emisiones contaminantes o se enfrentarán a pérdidas económicas.

Arabia Saudí ha creado las iniciativas “Oriente Medio Verde” y “Arabia Saudí Verde”, que incluyen plantar 50.000 millones de árboles en el país y en la región.

En Estados Unidos la crisis climática ocupará un puesto relevante dentro de la agenda del Gobierno de Joe Biden. A diferencia de su antecesor, Donald Trump, que abandonó el Acuerdo de París por el clima, Biden buscará políticas estrictas que combatan el calentamiento global.