Crítica situación humanitaria en la República Centroafricana
De esta cifra, 2,4 millones "tienen necesidades tan graves y complejas que su supervivencia y dignidad están en peligro", declaró a los periodistas en Ginebra Mohamed Ag Ayoya, coordinador humanitario de la ONU en la RCA.
El conflicto en el vecino Sudán ha exacerbado aún más las necesidades, y el plan humanitario de 465 millones de dólares para el país fue modificado para incluir el apoyo a unos 25.000 sudaneses y ciudadanos de la RCA que huyen de los combates, así como a las comunidades locales que los acogen.
"Nuestra prioridad sigue siendo ayudar a los sectores más vulnerables de la sociedad centroafricana", afirmó. "Además, seguiremos apoyando a quienes sufren las consecuencias del conflicto en Sudán, tanto de la comunidad de desplazados como de la de acogida".
Desplazamientos, inundaciones y subdesarrollo
Ag Ayoya expuso los antecedentes de la crisis humanitaria en la República Centroafricana.
Los repetidos enfrentamientos militares entre diversos grupos armados han desarraigado a una de cada cinco personas de sus hogares, obligándolas a buscar refugio en otros lugares del país o al otro lado de la frontera.
Las inundaciones del año pasado también afectaron a más de 100.000 personas, casi tres veces más que en ocasiones anteriores, y más de 6.000 viviendas quedaron destruidas.
"El país también está marcado por décadas de falta de inversiones en infraestructuras socioeconómicas, servicios y medios de subsistencia adecuados", añadió.
"Los servicios básicos a menudo no están disponibles para la población, lo que empeora las condiciones de vida de las personas y erosiona su resiliencia hasta el punto de que una gran mayoría se ve obligada a adoptar mecanismos de supervivencia negativos."
Un "coste humano devastador"
Como consecuencia, tres de cada cinco ciudadanos carecen de acceso a agua potable y saneamiento, y sólo el 55 % de los niños terminan la escuela primaria.
También hay un "coste humano devastador", ya que cada hora, dos mujeres o niñas son víctimas de la violencia de género. Sólo en el primer trimestre del año se denunciaron casi 5.000 casos.
Guerra y presiones pandémicas
La situación humanitaria ha empeorado debido al conflicto en el vecino Sudán, informó. Las familias vulnerables ya tenían dificultades para cubrir sus necesidades básicas debido al impacto combinado de la pandemia COVID-19 y las secuelas de la invasión rusa de Ucrania.
"La llegada de casi 14.000 solicitantes de asilo sudaneses y repatriados centroafricanos al noreste, así como el fin del tráfico comercial a través de la frontera, ejercen una presión adicional sobre los limitados recursos disponibles para las 130.000 personas extremadamente vulnerables de la región", dijo Ag Ayoya.
Contrarreloj
También destacó las dificultades que entraña la entrega de ayuda humanitaria en la RCA, que "a menudo es una carrera contra el tiempo y una situación de seguridad inestable".
Durante la temporada de lluvias, grandes partes del país son inaccesibles por carretera, requiriendo transporte aéreo, mientras que "desde 2022, aproximadamente cada dos días, un trabajador humanitario experimenta violencia o un incidente de seguridad."
A pesar de estos desafíos, los socios humanitarios siguen encontrando maneras de apoyar a las comunidades vulnerables, dijo.
Movilización para emergencias
Llegaron a casi dos millones de personas en 2022, o más del 90% de los destinatarios, y a 658.000 personas solo durante los tres primeros meses de este año.
Los socios humanitarios también se movilizan rápidamente ante las emergencias, añadió.
"En las primeras semanas tras el inicio del conflicto en Sudán, los socios humanitarios preposicionaron 155 toneladas de carga de emergencia en el noreste antes del comienzo de la estación de lluvias y desde entonces han distribuido ayuda para salvar vidas", afirmó.
También se elaboró una adenda al Plan de Respuesta Humanitaria 2023 para la RCA.
Esto se hizo para reflejar las necesidades presupuestarias adicionales de 69 millones de dólares para ayudar a unas 25.000 personas que huyen de los combates -tanto ciudadanos sudaneses como retornados- y a unos 25.000 miembros de las comunidades de acogida.