La agencia de Naciones Unidas ha señalado “graves deficiencias” en la gestión de la ayuda humanitaria destinada a los campamentos saharauis

El PMA señala la responsabilidad de Argelia en la crisis humanitaria de Tinduf

Un informe elaborado por un equipo de investigación independiente -a petición del Programa Mundial de Alimentos (PMA)- ha señalado “graves deficiencias” en la gestión argelina de la ayuda humanitaria destinada a los campamentos saharauis de Tinduf.

En concreto, el documento indica “la ausencia de control directo sobre la distribución de la ayuda alimentaria general y del libre acceso a los campamentos”, subrayando que “la organización tiene una capacidad limitada para garantizar el cumplimiento de los principios humanitarios en los campamentos”.

El equipo de investigación recuerda que “la ayuda alimentaria se distribuye a toda la población de los campamentos y no sólo a los más vulnerables”, tal y como se indica en anteriores informes del PMA. Esto revela una de las herramientas utilizadas para inflar deliberadamente las cifras de población en los campamentos.

En este sentido, la agencia de Naciones Unidas pone de manifiesto la necesidad de actualizar la información sobre la ayuda alimentaria en Tinduf, así como de proteger el registro de población por parte de ACNUR, ya que este es un elemento clave para el análisis y la evaluación de las necesidades.

Además, de acuerdo con el informe, el PMA “ha tenido dificultades por establecer relaciones sólidas con la Media Luna Roja argelina”, ya que es el Frente Polisario el que organiza y distribuye la ayuda humanitaria en los campamentos en nombre de la Media Luna Roja.

Esto sugiere que Argelia ha traspasado la responsabilidad de Tinduf a la milicia independentista, algo que ha sido condenado desde 2018 por el Comité de Derechos Humanos de la ONU.

Otro desafío que ha enfrentado la investigación es la censura existente en los campamentos. “Todos los participantes en las entrevistas son seleccionados por las supuestas autoridades de Tinduf”, recalca el informe. Esto refleja, además de la censura, el temor del Polisario de que los refugiados denuncien la mala gestión de la ayuda humanitaria, así como su malversación