Un estudio vincula el impacto ambiental de nuestras decisiones alimentarias con daños a la salud humana
- Carne, pescado y lácteos: los alimentos que más perjudican a la salud humana a través de su impacto medioambiental
- Cambios en la dieta que pueden mejorar la salud global
- Implicaciones para la salud pública
- Referencia
La salud del planeta y la salud de las personas están íntimamente ligadas. Aquello que hace daño al medio ambiente, a corto o largo plazo, tiene también un efecto sobre la salud humana. Con este enfoque de salud planetaria, un estudio pionero en España ha cuantificado por primera vez los daños que los impactos ambientales derivados de nuestra demanda de alimentos acaban teniendo sobre la salud.
Los resultados revelan que el consumo de carne, pescado y mariscos, y lácteos representa el 55 % del daño en la salud humana. Según el estudio, modificar los patrones de consumo y reducir el desperdicio alimentario podría prevenir hasta un 35 % de este impacto. La investigación, publicada en Environmental Research, ha sido liderada por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación “la Caixa”, y ha contado con el apoyo de la Fundación Daniel y Nina Carasso.
El equipo investigador aplicó una metodología científica de última generación, el Análisis de Ciclo de Vida (ACV), para cuantificar los distintos impactos ambientales del sistema alimentario (desde la producción hasta el consumidor) y cómo afectan a la salud humana. Los datos se basaron en las encuestas alimentarias de 2022 publicadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España.
El equipo investigador utilizó modelos estadísticos para evaluar los efectos medioambientales sobre la salud humana, evaluando diversos indicadores clave como el cambio climático, el agotamiento de la capa de ozono, la toxicidad para el ser humano, la formación de material particulado, la radiación ionizante y la formación de oxidantes fotoquímicos. Las consecuencias para la salud analizadas incluyeron enfermedades cardiovasculares, malnutrición, diarrea, varios tipos de cáncer y enfermedades respiratorias, entre otras condiciones.
Los resultados indican que, solo en 2022, el impacto medioambiental de la demanda de alimentos en España se asoció a una pérdida de 447.152 años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). Esta es una medida ampliamente utilizada, en el campo de la salud pública que combina tanto los años perdidos por muertes prematuras como los vividos con enfermedades o discapacidades. Del total del impacto medioambiental derivado de la demanda de alimentos con consecuencias para la salud, el 95 % fue atribuible al consumo de alimentos y el 5 % restante al desperdicio alimentario.
Carne, pescado y lácteos: los alimentos que más perjudican a la salud humana a través de su impacto medioambiental
Entre los 16 grupos de alimentos analizados, la carne, el pescado y el marisco, y los productos lácteos se identificaron como los principales responsables del daño ambiental con consecuencias para la salud, representando el 55 % del impacto total del consumo. Además, estos alimentos de origen animal mostraron una carga en la salud significativamente mayor que la de los productos vegetales.
Entre los efectos negativos derivados del sistema alimentario, la contribución al cambio climático fue el principal factor ambiental asociado al daño a la salud, siendo responsable del 77 % del impacto total. Le siguieron la formación de partículas en suspensión (16 %) y la toxicidad humana (7 %). Otros impactos como, la formación de oxidantes fotoquímicos, el agotamiento de la capa de ozono y la radiación ionizante contribuyeron en menor medida.
Cambios en la dieta que pueden mejorar la salud global
El estudio evaluó diversos escenarios hipotéticos, basados en medidas promovidas habitualmente para reducir el impacto ambiental de la alimentación, con el objetivo de cuantificar los potenciales beneficios también para la salud humana. En un primer escenario, al remplazar la carne roja y procesada por carne blanca, se observaron pequeños beneficios.
Sin embargo, el mayor beneficio surgió al sustituir todas las carnes y los lácteos por alimentos vegetales. Este cambio podría reducir el daño en la salud humana derivado de factores ambientales en hasta un 30 %. Además, si se elimina el desperdicio de alimentos por parte de los consumidores, se podría lograr una reducción adicional del 5 % del impacto, alcanzando una mejora total del 35 %.
La investigación también se propuso evaluar las implicaciones nutricionales de sustituir la carne y los lácteos por alimentos vegetales. En concreto, el equipo examinó la ingesta energética total y los macronutrientes y micronutrientes clave, entre ellos las proteínas, las grasas saturadas, la fibra, el calcio, el sodio, el hierro, el zinc y la vitamina B12.
Con el cambio de dieta, se observó un perfil nutricional más alineado con el recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La ingesta de proteínas, calcio y vitamina B12 disminuiría, pero los niveles se mantendrían dentro de los rangos recomendados por la OMS. En contraste, la ingesta de fibra y hierro aumentaría de forma significativa, un dato especialmente relevante dado el actual déficit de estos nutrientes en la dieta española.
Implicaciones para la salud pública
Este estudio no solo pone de relieve la estrecha relación entre la alimentación, el medio ambiente y la salud, sino que también abre nuevas oportunidades para mejorar la salud pública mediante una dieta más sostenible y responsable. “Los cambios propuestos no solo reducirían el impacto ambiental, sino que también acercarían la dieta promedio en España a las recomendaciones nutricionales de la OMS, avanzando así hacia una dieta más saludable en un sentido integral”, señala Ujué Fresán, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
Además, la investigación proporciona una base científica sólida para guiar el desarrollo de futuras políticas alimentarias. “Nuestros hallazgos pueden servir como punto de partida para diseñar e implementar políticas que impulsen la transición hacia hábitos alimentarios más saludables en España, considerando tanto los beneficios directos como indirectos para la salud humana”, apunta Fresán.
Referencia
Fresán, U., Núñez, M., Valls, I., Rosenbaum, RK. Quantifying the Environmental Human Health Burden of Food Demand in Spain: A Life Cycle Assessment Study. Environmental Research, 2025. Doi: 10.1016/j.envres.2025.122147