Los disturbios del Tarajal, en Ceuta, ponen sobre la mesa la urgencia de medidas socioeconómicas
16 de julio de 2014 (14:01 h.)
Por Amina Adib
Foto: La frontera con Marruecos del Tarajal, en Ceuta, ha vuelto a ser escenario de enfrentamientos con la Policía española.
La frontera de Ceuta con Marruecos, el conocido como paso del Tarajal, fue de nuevo el martes de esta semana escenario de un enfrentamiento entre porteadores marroquíes que compran mercancías en territorio español y después las venden en su país y la Policía Nacional. La mayoría de los porteadores son mujeres, y muchas son viudas, ancianas o han sido repudiadas por el marido. Comprar mercancías en España y regresar a Marruecos cargadas como mulas para venderlas es la única fuente de ingresos que tienen esas mujeres y algunos hombres. En Marruecos, pero también en Ceuta, la miseria de los porteadores se transforma en pingües beneficios para las mafias que controlan a ambos lados de la frontera la compra y venta de mercancías. España y Marruecos lo saben, pero a fecha de hoy no han sabido tomar las medidas adecuadas para acabar con esta triste realidad tercermundista. La pobreza en la que viven muchos marroquíes en las zonas fronterizas con Ceuta y Melilla son un perfecto caldo de cultivo que utilizan las mafias para sus actividades ilegales. Tras varios meses de relativa calma, la frontera de Ceuta con Marruecos tuvo que ser cerrada durante cinco horas por los graves incidentes entre agentes de las fuerzas de seguridad y una avalancha de porteadores marroquíes que pretendían entrar en la ciudad autónoma española para comprar mercancías. 28 agentes de la Policía Nacional y uno de la Gendarmería Real marroquí resultaron heridos con contusiones durante los incidentes y otra veintena de ciudadanos de Marruecos tuvieron que ser trasladados a centros médicos . Según la Delegación del Gobierno en Ceuta, en los incidentes participaron entre 3.000 y 3.500 porteadores, que lanzaron piedras desde la zona neutral de la frontera. La Policía Nacional se vio entonces en la obligación de utilizar material antidisturbios para contener las agresiones. El enfrentamiento se produjo a primera hora de la mañana cuando varios centenares de porteadores marroquíes pretendían entrar de golpe por la frontera. Por motivos de seguridad y orden público, los agentes españoles les impidieron el paso, lo que motivó el descontento de los porteadores. Durante los incidentes, algunos provocadores enarbolaron banderas marroquíes y gritaron consignas a favor de la marroquinidad de Ceuta.
Descontento empresarial
El mundo empresarial de Ceuta condenó los incidentes y denunció que situaciones de esa naturaleza afectan al comercio de la ciudad autónoma. La actividad comercial en el polígono industrial del Tarajal, donde están ubicadas un centenar de empresas y acuden a comprar mercancías los porteadores marroquíes, fue de muy baja intensidad durante todo el día. El cierre de la frontera también afectó a centenares de empleadas del hogar marroquíes que trabajan en Ceuta. Desde que empezó el Ramadán, el pasado 29 de junio, las colas y los colapsos se repiten casi a diario en el paso fronterizo del Tarajal, que es el único habilitado para el tránsito de personas y vehículos entre Marruecos y Ceuta y uno de los más transitados de la Unión Europea (UE). Cada día cruzan el Tarajal unas 20.000 personas y más de 3.000 vehículos. La Policía española cree que la concentración de porteadores se debe en gran medida al “malestar” existente entre los marroquíes que se dedican a llevar mercancías adquiridas en Ceuta a su país por el puente de Biutz debido al mal trato que les dispensan los aduaneros y las fuerzas de seguridad del país vecino. Marruecos solamente permite el cruce de porteadores hacia la ciudad española hasta las 10.30 horas. España lleva meses esperando a que Marruecos termine las obras del 'Tarajal II', un paso específico y mucho más amplio para el tránsito de vuelta de porteadores con bultos de menor tamaño. Este paso facilitaría el tránsito de personas y vehículos en la frontera y mejoraría las condiciones de trabajo y de vida de los porteadores. La nueva crisis del Tarajal pone sobre la mesa la necesidad de que España y Marruecos adopten medidas comunes de carácter social y económico para mejorar dentro de lo posible este paso fronterizo. Por otra parte, el ministro del Interior marroquí, Mohamed Hassad, anunció, en el Parlamento, la construcción de una alambrada con detectores electrónicos a lo largo de la frontera con Argelia, para proteger a Marruecos de amenazas terroristas procedentes de la región del Sahel.