Marruecos estudia inocular una tercera dosis de la vacuna contra la COVID-19
La crisis del coronavirus no amaina en Marruecos. El país norteafricano atraviesa unas semanas delicadas en materia sanitaria marcadas por el exponencial aumento de los contagios, un escenario que ha obligado a Rabat a establecer una nueva serie de restricciones para paliar los efectos adversos de la pandemia.
El Ministerio de Salud marroquí publicó este martes un informe bimensual que recoge los datos relacionados con la COVID-19. El jefe de la división de enfermedades infecciosas, Abdelkrim Meziane Bellefquih, trasladó el contenido del documento y reveló un aumento del 91% de nuevos casos en las últimas dos semanas. El representante sanitario anunció que el Gobierno iniciaba una nueva etapa en la propagación del virus.
Por este motivo, las autoridades marroquíes estudian administrar una tercera dosis de la vacuna para los ciudadanos que así lo requieran por motivos de salud. De aprobar la medida, Marruecos seguiría la senda de Francia e Israel, dos países que ya inoculan otra dosis adicional en la pauta de inmunización. La aparición de la variante Delta, un 60% más contagiosa, constituye un motivo de peso para tomar esta decisión.
Rabat confinará a la población entre las 23.00 y las 04.30 horas salvo casos excepcionales. Están exentos los trabajadores de actividades esenciales y los ciudadanos que aleguen motivos de salud. Por lo tanto, los movimientos quedarán limitados en una medida destinada a reducir la propagación del virus y sus variantes. En este sentido, las autoridades exigirán la presentación de un pasaporte COVID-19 de vacunación o, en su defecto, un permiso administrativo para viajar entre provincias.
El aforo en determinados recintos y establecimientos seguirá reducido hasta el 50%. En este campo entran restaurantes, tiendas, instalaciones deportivas o el transporte público, entre otros. El número máximo de personas en reuniones y actividades en espacios abiertos no debe superar las 50, y se necesitará una autorización en caso de exceder esta cifra. Por último, las bodas y fiestas quedarán prohibidas y se establecerá en 10 el número máximo de asistentes a los funerales.
Las nuevas restricciones entrarán en vigor a partir del próximo 23 de junio a las 23.00 horas, esto es, una vez finalice Eid al-Adha, la mayor festividad del islam. Además, las autoridades no descartan imponer nuevas limitaciones. Por lo tanto, se espera la aprobación de un nuevo paquete de medidas más agresivo.
Desde el inicio de la pandemia, el Reino contabiliza un total de 562.000 casos y 9.486 fallecidos. En las últimas 24 horas, las autoridades han registrado 3.631 nuevos contagios y hasta 20 defunciones. Un total de 81 personas han fallecido durante la semana pasada, récord en los últimos cinco meses. El número de muertes también ha aumentado ligeramente en los últimos días. De una media de cinco fallecimientos diarios, Marruecos ha pasado a contabilizar 15.
Los contagios se han detectado en varios puntos del Reino, sin embargo, la región más afectada ha sido la de Casablanca-Settat con un aumento en el volumen de casos del 21,3%, superior a la media del país. La otra cara de la moneda es la región de Fez-Menkes, que cuenta con un sutil incremento del 2,6%, la mejor cifra en comparación con el resto del territorio.
Dos motivos principales explican el nuevo repunte del virus. En primer lugar, la llegada masiva de ciudadanos marroquíes que vuelven al Reino durante el periodo estival; en segunda instancia, la presencia de la variante Delta, detectada en varios puntos de Marruecos. En este escenario, tanto las autoridades como los medios locales hablan ya de “pico epidemiológico”.
La única vía para evitar la imposición de nuevas restricciones es la vacunación masiva. La campaña puesta en marcha por Rabat en enero tenía como objetivo la inmunización del 70% de sus más de 36 millones de habitantes antes de finales de año, sin embargo, las cifras están lejos del plan. Hasta la fecha, el 26,38% de la población marroquí ha recibido la pauta completa, es decir, cerca de 10 millones de personas están inmunizadas.
El 94% de las personas vacunadas en África son marroquíes, un dato que pone de relieve la superioridad y el liderazgo del Reino alauí sobre el resto de sus vecinos. Por detrás de Marruecos, a una distancia abismal, se encuentran Sudáfrica, Egipto y Nigeria. Para ampliar la ventaja, Rabat comenzará a producir dosis de la vacuna china Sinopharm tras la firma del convenio entre la gigante asiática y la farmacéutica Sothema.
Estas cifras han motivado las últimas decisiones de Rabat en materia turística. El Reino blindó de nuevo sus fronteras y endureció las condiciones para acceder al país, hasta el punto de incluir en la lista ‘B’ de países con mala evolución epidemiológica a Francia, España y Portugal. Marruecos llegó a clausurar incluso la vía marítima que conecta el puerto francés de Sète con el país norteafricano, semanas después de bloquear la Operación Paso del Estrecho con España por segundo año consecutivo.
Todos los viajeros procedentes de Francia, España o Portugal deberán presentar, además, una PCR negativa realizada 48 horas antes de ingresar en Marruecos y obtener una autorización excepcional para viajar. Asimismo, los visitantes se realizarán una nueva prueba al noveno día para poder abandonar el protocolo de aislamiento. Los que hayan recibido las dos dosis tan solo necesitarán presentar un certificado de vacunación y la prueba correspondiente, dejando atrás el período de cuarentena. Mientras que los menores de 11 años quedan exentos de presentar la PCR estipulada para el resto de las franjas de edad.
Marruecos moviliza todos los medios a su disposición para reducir al mínimo la incidencia del virus, aunque con ello tenga que limitar de nuevo la movilizad de los marroquíes y restringir la entrada en el país. “Estamos lejos del objetivo establecido en 0,7 como parte del plan nacional de seguimiento y combate a la COVID-19”, subrayó Bellefquih.