Marruecos finaliza la construcción de su valla en la frontera con Ceuta repleta de concertinas
Las concertinas dispuestas en las vallas fronterizas entre España y Marruecos han sido un punto de grandes disputas debido a lo lesivas que son las cuchillas para los inmigrantes que intentan cruzar estos muros en busca de un futuro mejor. Las organizaciones de Derechos Humanos han pedido en numerosas ocasiones su retirada y que sean sustituidas por medios menos lesivos. Finalmente, el Ejecutivo en funciones de Pedro Sánchez aprobó hace unas semanas la retirada de las concertinas en la frontera de Ceuta en favor de otros métodos “que garanticen la seguridad fronteriza pero no con medios tan cruentos”. Ahora, Marruecos ha finalizado la construcción del vallado en su territorio y este está repleto de concertinas.
La noticia de la retirada de las concertinas de la frontera ceutí fue recibida con alegría por numerosos colectivos que luchan por los Derechos Humanos, pero las buenas noticias se aguaron ante la nueva valla construida por el país vecino. Marruecos ha blindado su frontera para frenar la inmigración irregular y evitar nuevas avalanchas. Las nuevas vallas construidas alrededor de Ceuta, especialmente en la región de Beliones, están llenas de concertinas. Uno de los puntos más calientes y que servía como principal ruta de entrada, Beliones, pueblo colindante con Ceuta, ha quedado totalmente fortificada. Unos 8 kilómetros de perímetro lucen ahora como una muralla impenetrable ya que la valla mide unos dos metros y tiene dos concertinas, una encima de otra. Además, según informan medios locales marroquíes, el Gobierno podría elevar un doble vallado en los lugares más sensibles.
Por otro lado, según recoge ‘El Faro de Ceuta’, también se están construyendo varias zanjas en puntos fronterizos sensibles las cuales -según aseguran desde el diario- se pretenden llenar también de concertinas.
Con el objetivo de que Marruecos tuviera un mayor papel en la lucha contra la inmigración irregular y colaborara más activamente, la Unión Europea (UE) concedió el pasado año unos fondos al reino alauita para una mejora en el control de sus fronteras, tanto terrestres como marítimas.
En concreto, la Comisión Europea (CE) envió 130 millones de euros a Marruecos junto, con otros 30 millones que se habían concedido previamente, para que el país africano gestionara de forma más eficaz la inmigración ilegal y minimizar así el tráfico que alcanza las costas europeas.
El papel de Marruecos en temas de inmigración cada vez tiene un papel mayor en la Unión Europea, y es que además de reforzar sus fronteras terrestres para frenar el tránsito ilegal, también colabora en los rescates marítimos e impide, según los datos de las autoridades alauitas, que un gran número de embarcaciones irregulares llegue a territorio europeo. Según los últimos datos (actualizados a fecha del 30 de junio) la entrada de ilegales en España a través de Marruecos ha descendido un 23% en comparación con el mismo periodo anterior.
No obstante, el tema de la inmigración irregular sigue siendo un punto de controversia ya que no todos los países tienen las mismas formas de abordar la situación. A lo que hay que sumar la crisis actual de refugiados que mantiene muy dividida a toda Europa. Solo el año anterior perecieron más de 2.000 personas intentando alcanzar suelo europeo y más de 170.000 lograron alcanzar la costa del viejo continente, según los datos de ACNUR.