El negocio de las mafias migratorias pone en jaque a las autoridades europeas
La situación migratoria en las Islas Canarias y otras partes de España es una crisis compleja y multifacética causada por factores económicos, sociales y geopolíticos en África Occidental. Casi 230.000 personas han accedido a Europa a través de las diferentes travesías marítimas que conforman la Ruta Atlántica, desde que llegara la primera patera a España en 1994.
El papel de las mafias y la economía de la desesperación
La llegada de inmigrantes irregulares a Europa, en concreto a las Islas Canarias, no deja de acrecentarse. Con 22.304 ilegales entre los meses de enero y julio, el problema de la inmigración es cada vez una preocupación que necesita más soluciones. Detrás de esta tragedia se encuentran las mafias. Esas organizaciones privadas que reclutan personas a quienes se les promete una vida mejor.
La angustia de los jóvenes, agravada por el desempleo y un sistema educativo inadecuado, es vista como un grito de desesperación. Motivos más que suficientes para instar a las autoridades a cumplir con sus obligaciones constitucionales y tratados internacionales en materia de derechos económicos, sociales y culturales. Estos viajes mortales son la única opción para miles de personas que buscan una vida mejor.
La expansión de grupos terroristas y extremistas violentos desde el Sahel hacia el norte de Costa de Marfil, Ghana, Togo y Benín ha aumentado la vulnerabilidad de países como Senegal y Mauritania, países donde estas mafias se están instalando. Estos conflictos, junto con las difíciles condiciones de vida, obligan a las personas a migrar. Uno de los que más preocupa a las autoridades europeas son los más de 200.000 malineses que buscan un lugar en el que instalarse.
A pesar de los esfuerzos de las autoridades por controlar la inmigración, la inmensidad del Océano Atlántico y la costa dificultan detener el flujo de inmigrantes. La lucha contra estas organizaciones es cada vez más difícil por los ingresos que reciben cada mes. Teniendo en cuenta que el precio medio de un viaje a Canarias desde las costas de estos países es de 500-700 euros, la mafia recaudó aproximadamente 13.982.400 euros, solo en el mes de julio.
Por ejemplo, entre el 26 y el 30 de julio de 2024, las autoridades senegalesas detuvieron a 722 inmigrantes ilegales que intentaban llegar a las Islas Canarias. Sin embargo, más de 40.500 inmigrantes llegarían al archipiélago en 2023.
Concienciados con el problema, para aumentar la vigilancia de su territorio, Senegal utilizó un cohete Falcon 9 para lanzar un nanosatélite desde la base Vandenberg en California, Estados Unidos. El satélite está diseñado para monitorear el territorio de Senegal y recopilar datos sobre servicios económicos y ambientales. Pese a todo las mafias siguen explotando la desesperación de miles de personas, aunque los países de origen, como Senegal, intenten controlar la situación y abordar las causas profundas de la migración.
Peligros y desafíos en la Ruta Atlántica
La Ruta Atlántica de África Occidental con destino las Islas Canarias, que alcanzó su punto máximo en 2006 pero se estancó durante varios años, se recuperó en 2020, hasta alcanzar cifras récord de 39.000 en 2023, cifra que se prevé que aumenten a 70.000 inmigrantes en diciembre, es la ruta marítima de inmigración más peligrosa del mundo con un 26% de mortalidad.
Las soluciones no pasan solo por la llegada de acuerdos o un mejor control fronterizo, sino que también hay que cambiar las políticas de inmigración que han beneficiado a países europeos, pero han empobrecido a países terceros que hacían de stoppers y a los países africanos desde los cuales llegan estas personas.
Con todo esto encima de la mesa, Pedro Sánchez ha iniciado una gira por Mauritania, Gambia y Senegal para tratar la crisis migratoria que afecta a Canarias. En ella se buscará como poner solución a un problema que las mafias están agravando con el paso de los días.