Durante los 1.450 kilómetros de su viaje, el papa Francisco sobrevolará zonas en las que aún se esconden células yihadistas de Daesh

El Papa aterriza en Irak para una visita histórica

AP/KHALID MOHAMMED - Las fuerzas de seguridad iraquíes hacen guardia junto a un mural que representa al Papa Francisco fuera de la Iglesia de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad, Irak, el viernes 5 de marzo de 2021

El papa Francisco aterrizó en Bagdad el viernes a las 11 horas del meridiano de Greenwich y a las 14 horas horario local, iniciando así la primera visita de un pontífice soberano a Irak y su primer viaje al extranjero desde el inicio de la pandemia de la COVID-19, poniendo en marcha una visita que combinará el apoyo a los cristianos y el diálogo con el islam y que esta prevista que finalice el 8 de marzo. 

"Estoy feliz de reanudar los viajes" después de 15 meses sin viajar, dijo el Papa argentino en el avión. "Y este viaje emblemático es un deber hacia una tierra que ha sido mártir durante tantos años", añadió en la primera de sus tres jornadas de visita a Irak.

El pontífice, de 84 años, que ha dicho que llega como "peregrino de la paz", volverá a tender la mano al islam en este país, una de las cunas de la cristiandad desangrada por las guerras y aún marcada por la irrupción del grupo yihadista Daesh; reuniéndose con la máxima autoridad religiosa de una parte del mundo chií, el ayatolá Ali Sistani en Nayaf, al sur de Bagdad. 

Personas con banderas iraquíes y del Vaticano en la carretera del aeropuerto de Bagdad, en Bagdad, Irak 5 de marzo de 2021 PHOTO/REUTERS

El Papa aseguró hoy que para él "era un deber" ir a Irak, una "tierra martirizada", a pesar de la controversia generada con esa visita por los riesgos derivados de la pandemia y de los últimos ataques con misiles contra bases de la coalición internacional. 

Francisco hizo esa afirmación en el vuelo que le lleva a Irak para un viaje de tres días, uno de los más difíciles y arriesgados de su pontificado, con la decidida intención de estar cerca de la comunidad cristiana en el país, brutalmente perseguida por los terroristas de Daesh.

El Papa, con mascarilla, saludó a los 75 periodistas que le acompañan en la visita a Irak y dijo estar "contento por retomar los viajes internacionales" tras más de un año sin poder viajar al extranjero debido a las limitaciones impuestas por la COVID-19. 

Como es habitual, aunque con mascarilla y sin estrechar las manos, el Papa saludó uno a uno a los representantes de los medios de que le acompañan en este desplazamiento. El Papa, que se ha vacunado, llega a un país en el que los contagios por coronavirus están en su punto más alto, con más de 5.000 casos registrados cada día.

Una mujer sostiene una foto del Papa Francisco, en la carretera del aeropuerto de Bagdad, en Bagdad, Irak 5 de marzo de 2021 PHOTO/REUTERS

El pontífice argentino recibió como regalo una réplica de la lista de precios establecida por Daesh como precio para las jóvenes cristianas y yazidíes que fueron secuestradas por los yihadistas y puestas a la venta como esclavas sexuales.

Esta brutal persecución de las que han sido objeto los cristianos y las minorías ha llevado al Papa a realizar un viaje que había sido aplazado en otras ocasiones por la inestabilidad del país y que tanto quiso realizar Juan Pablo II.

También recibió como regalo una copia del libro ‘Yo seré la última’, de la Premio Nobel yazidí Nadia Murad, que cuenta su cautiverio cuando fue utilizada como esclava sexual por Daesh, que previamente masacró a su familia. La joven se ha convertido en su voz y fue galardonada por sus esfuerzos para erradicar la violencia sexual como arma en guerras y conflictos armados.

A su llegada al aeropuerto de Bagdad, estaba esperando al Papa a pie de escalerilla el primer ministro iraquí, Mustafa al-Kazemi, y dos niños con trajes tradicionales le ofrecerán flores.

En la delegación vaticana que acompaña al Papa están el secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, también el prefecto de la congregación para las Iglesias Orientales, el cardenal argentino Leonardo Sandri y el cardenal español Miguel Ángel Ayuso, a la cabeza del Pontifico Consejo para el Dialogo religioso, entre otros.

Tras una discreta ceremonia de bienvenida, el Papa y el jefe del Gobierno se reunirán en privado en una de las salas del aeropuerto de la capital.

El primer ministro iraquí, Mustafa Al-Kadhimi, da la bienvenida al papa Francisco a su llegada al aeropuerto internacional de Bagdad para iniciar su histórica gira en Bagdad, Irak, el 5 de marzo de 2021 PHOTO/REUTERS TV

Su primer acto oficial será la reunión con el presidente del país, el kurdo Barham Saleh, y el discurso que pronunciará en el palacio presidencial ante las autoridades y miembros del cuerpo diplomático.

En solo tres días, el pontífice irá al sur, a Ur de los Caldeos, y al norte, a la llanura de Nínive y las ciudades de Mosul y Qaraqosh, destrozadas por Daesh y donde se concentraba la población cristiana que ha quedado reducida a la mitad, además de a Erbil, la capital del Kurdistán, que dio cobijo a los que huían de los yihadistas.

A pesar del pico de la pandemia y de las múltiples amenazas a la seguridad, las autoridades de Bagdad acogen con satisfacción esta primera visita de un Papa. "Un viaje histórico por su fuerte carga simbólica", dijo un diplomático iraquí, que alabó la "valentía" del pontífice por desafiar los peligros aventurándose durante tres días tras las huellas de Abraham.

Las fuerzas de seguridad iraquíes hacen guardia junto a un mural que representa al Papa Francisco fuera de la Iglesia de Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad, Irak, el viernes 5 de marzo de 2021 AP/KHALID MOHAMMED

Durante los 1.450 kilómetros de su viaje, en todos los recorridos que el Papa realizará en este periplo de tres días usará un vehículo cerrado por motivos de seguridad y para evitar aglomeraciones a su paso por la curiosidad de querer verlo, una medida tomada sobre todo por la pandemia., del mismo modo el pontífice sobrevolará zonas en las que aún se esconden células de Daesh. La llanura de Nínive había sido ocupada por los yihadistas del Daesh entre 2014 y 2017. La comunidad cristiana de esta región del norte de Irak ha disminuido considerablemente en número, ya que las tensiones entre los grupos armados siguen siendo elevadas y las infraestructuras públicas están todavía muy destruidas. Ningún funcionario extranjero ha visitado Mosul desde hace más de cinco años.

Hasta 2003, Irak, país de mayoría chií, tenía una población de 1,5 millones de cristianos. Hoy en día sólo hay entre 300.000 y 400.000, según la ONG Hammurabi, que lucha por los derechos de la minoría cristiana en Irak. Antes de la pandemia del coronavirus, el papa Francisco había expresado claramente su deseo de visitar este país, cuya población menciona regularmente como "martirizada" por la guerra.

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