Los ahmadís son perseguidos en países como Bangladesh y Argelia, así como en Pakistán

La persecución religiosa de los musulmanes ahmadís

Seminar 'Religious persecution in today's world'

La persecución religiosa, según el profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Rafael Palomino, es una infracción a la libertad religiosa con el objetivo de “la desaparición de sus practicantes”. La persecución se puede dar de muchos modos y expresiones. 

Con motivo de la persecución religiosa que sufren los musulmanes ahmadís en todo el mundo, se celebró de manera telemática una conferencia para abordar el tema en profundidad bajo el título ‘La persecución religiosa en el mundo de hoy’; con la participación de Qamar Fazal como portavoz e introductor, el propio Rafael Palomino Lozano, profesor de Derecho Internacional así como de Derecho Eclesiástico y Filosofía del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid, y con el periodista Óscar Gómez. 

El evento arrancó con una lectura coránica de Qamar Fazal quien explicó que el tema repetitivo del Corán es la libertad de conciencia. "El que quiera creer que crea, y el que no quiera creer que no crea", afirmó citando al Corán. 

Los musulmanes ahmadís llevan siendo perseguidos desde sus inicios, principalmente en Pakistán, donde viven de 2 a 5 millones de ahmadíes, país que tiene la mayor población ahmadí del mundo. Hazrat Mirza Ghulam Ahmad de Qadián, en India, se reconoció como el mesías de su época ya que decía que Allah le había enviado un mensaje. En sus libros se reconocía como el mesías de todas las religiones y no sólo de la islámica y en sus más de 82 escrituras buscaba la paz. 

Los ahmadís hacen referencia a su camino como “el verdadero islam” que fue revivificado por el mesías prometido e imán Al-Mahdi y según las profecías del santo y profeta Muhammad. 

En abril de 1984 el General Zia-ul-Haq que en aquel entonces era presidente militar de Pakistán, publicó el Decreto XX. Éste criminalizaba a todos los ahmadís, que podían llegar a ser encarcelados o hasta condenados a cadena perpetua o condena de muerte. No se les podía considerar a sí mismos musulmanes, no podían practicar sus creencias y tampoco utilizar vocabulario musulmán, lo que suponía un auténtico hostigamiento.

Muchos ahmadís sufrieron largos periodos de encarcelamiento y se les llegó a prohibir el derecho al voto. Desde hace más de 30 años, ningún ahmadí está representado en ninguna asamblea, nacional, provincial, de distrito o incluso local. Los ahmadís no tienen representación en el Ayuntamiento de Rabwah, su propia ciudad y centro donde el 95% de los residentes son ahmadís.

Asimismo, han sufrido destrucción de mezquitas, asesinatos, profanación de sus tumbas y un largo etcétera de dificultades para llevar una vida normal. La vida de los ahmadís se ha visto complicada en Pakistán, pero también en países como Bangladesh o Argelia. 

El periodista Óscar Gómez contó que durante su viaje a Pakistán hace año y medio realizó una serie de 27 entrevistas con musulmanes ahmadís. Una de las historias más impactantes que relató fue la de una chica de 23 años que no podrá cumplir su sueño por su credo. Su sueño era estudiar Biología, ya tenía un pie cerca de ser lo que quería ser, pero la universidad descubrió que era ahmadí y la expulsaron no sólo de esa, sino de todas las demás universidades. 

El profesor Rafael Palomino explicó que “puede haber más manifestaciones de persecución (…) Basta con negar la personalidad jurídica o el carácter de asociación a un grupo religioso en un país para que no puedan establecer un lugar de culto, para que no puedan tener una mezquita, para que no puedan tener una sinagoga, para que no puedan reunirse”.

Lanzó después una pregunta digna de remarcar, “¿puede erradicarse la persecución religiosa?” La respuesta negativa puede no gustarnos, pero es una realidad. Explica el profesor que cuando esto pase se acabará el mundo, es decir, es “la condición humana la que nos lleva muchas veces a la injusticia, a la persecución, a la inmoralidad.” Mencionó que lo que sí se puede hacer actualmente es ganar conciencia de que la persecución religiosa es una forma de injusticia.  

Hizo referencia a un mapa de 2015, una información acerca de la situación de la libertad religiosa en el cual se aprecia muchos países donde se llevan a cabo grandes persecuciones religiosas. En las que puedes ser encarcelado o condenado a muerte. También mencionó que. en países tremendamente poblados, como puede ser China, India, Pakistán, entre ellos. Dejó claro que hay una gran persecución religiosa.

Terminó el profesor su intervención mencionando un informe de hace una semana publicado por parte de la ONG Open Doors. Este informe, el World Watch List del año 2021, recoge los 50 países donde los cristianos sufren mayor y más extrema persecución; un listado encabezado por Corea del Norte, Afganistán, Somalia, Libia, Pakistán y Eritrea.

Óscar recordó su viaje a Pakistán, que hizo junto con Qamar, con felicidad, pero con un sabor amargo, en el que destacó la espiritualidad y la conexión con las personas con las que pudo conversar. 

El periodista quiso sumergir a los participantes en el seminario en su viaje a través de fotografías en las que se muestra cómo vivió de cerca la persecución de los ahmadís, la pobreza en la que se ven sumergidos y las historias de superación que le contaron los 27 entrevistados. 

Una de las imágenes destacables era la de un hombre explicando cómo los terroristas que atacaron su mezquita se abrazaban para que detonasen más aún los explosivos que llevaban puestos. Explicó que justo en la columna que hay detrás, se ven todavía las grietas provocadas por la metralla de aquella deflagración que costó la vida y que les impactó mucho.

Cada una de las historias contadas, como la de aquel señor que entró a la cárcel con 82 años y salió con 87 sólo por haber vendido un libro de poesía ahmadí, estremecieron las emociones. 

Las persecuciones religiosas, como adelantó el profesor, no cesarán, pero podemos aportar todos y cada uno su grano de arena para concienciar sobre ellas e intentar crear un cambio. 

Por parte de Atalayar se lanzó la pregunta al portavoz Qamar Fazal sobre su opinión respecto a la persecución que sufren los musulmanes uigures en China. El portavoz ahmadí mencionó que no quería compararlos, pues se trata de un tema geopolítico y no un tema de persecución por la simple proclamación religiosa como en el caso de la Comunidad Ahmadí. Esta diferenciación, sin embargo, no puede concluir que no sea injusta cualquier tipo de persecución religiosa, sea cristiana, judía, musulmana o la que fuere. La libertad de religión es la libertad humana.