La pobreza y la desigualdad, en aumento en América Latina
La pobreza entre la población latinoamericana aumentará siete décimas hasta alcanzar un 30,8% de la población para 2019, según ha informado este jueves la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). En la vigésima publicación del informe sobre el Panorama Social en la región de este año, la organización de Naciones Unidas también ha señalado que se proyecta un crecimiento de la extrema pobreza hasta el 11,5%, cifras no halagüeñas para el futuro América Latina en términos de igualdad social después de varios años de continuadas crisis económicas.
“Hoy por hoy en la región habitan 185 millones de personas pobres, de las cuales 66 millones viven en la pobreza extrema; para 2019 proyectamos que la pobreza cierre con 191 millones y 72 millones en condición de pobreza extrema”, ha declarado Alicia Bárcena, secretaria general de la CEPAL en la presentación del informe, según ha recogido el medio latinoamericano La República. Esto supone 27 millones más de personas pobres que en 2014, año en el que las cifras de pobreza tocaron mínimos en la década y que, sin embargo, han ido creciendo año tras año desde esa fecha.
La organización también ha subrayado el papel de la desigualdad detrás de estos números más allá del impacto de las crisis económicas que llevan viviendo los países latinoamericanos: “Estamos enfrentando un momento económico difícil y eso está vinculado a los retrocesos que ha habido en pobreza extrema. No basta con salir de la pobreza, cuando llegan a un conjunto que le hemos llamado estratos de ingresos medios, quienes sufren problemas de exclusión y vulnerabilidad”, ha afirmado la secretaria.
El informe apunta a que la desigualdad de ingresos en América Latina, medidos mediante el coeficiente de Gini (por el que 0 representa ausencia de igualdad y 1 desigualdad absoluta), indica que está disminuyendo, pero de manera bastante ralentizada al compararlo con registros anteriores. Estando en 2018 en un valor de 0,465 frente al 0,538 de 2002. Además, es muy desigualdad entre los diferentes Estados: este índice se encuentra cercano a 0,400 en países como Argentina, El Salvador o Uruguay; mientras que en Brasil y Colombia supera el 0,520. Especialmente existe esta brecha cuando se analiza el 1% de la población más rica de los países que acaparan ingresos proporcionales con diferencias descomunales del resto de la población.
Esto hace de América Latina la zona más desigual del mundo, por ejemplo, en la Unión Europea este valor se encuentra en 0,306, según datos de Eurostat.
Asimismo, este órgano regional ha indicado que la erradicación de la pobreza y la disminución de la desigualdad deben de ser uno de los esfuerzos centrales de estos Estados. “El ritmo anual de disminución (de la desigualdad) es lo que nos tiene en alerta. Más grave aún es que cuando medimos la desigualdad en las encuestas de los hogares, no captamos el 1% más rico. Hemos subestimado la desigualdad en América Latina”, ha afirmado la secretaria general. “Hay una cultura del privilegio que se traspasa a instituciones que reproducen el comportamiento de los agentes con mayor poder político y económico. La cultura del privilegio naturaleza las desigualdades”, añadía.
La CEPAL también ha señalado a otros grupos vulnerables en su informe: “La pobreza en América Latina tiene rostro de niña y de niño y tenemos que abordar ese tema. Las poblaciones indígenas y afrodecendientes tienen una brecha grande”, ha señalado Bárcena. El reporte afirma que, además de la clase social, en la región hay otros factores como la edad, el género, la étnica, la racialización o el territorio detrás de las desigualdades. Especialmente es así para las poblaciones indígenas: el estudio indica que las poblaciones indígenas suponen el 17,6% de toda la población de nueve países representativos y sin embargo se encuentra particularmente en los estratos más bajos de la sociedad. Del mismo modo, la pobreza alcanza tasas superiores al 40% entre las personas que viven en zonas rurales, y los niños y niñas de 0 a 14 años.
La secretaria de la organización ha remarcado la migración entre los países de la región como un factor que “pone más presión a la sociedad y a las naciones”. Los migrantes son otros de los grupos de latinoamericanos más vulnerables y expuestos a la pobreza, la violencia y la xenofobia, en casos como el de México y Centroamérica o especialmente en el caso venezolano que ha vivido en los últimos años un aumento exponencial de sus migrantes.
La CEPAL ha llamado a los Estados a reforzar sus relaciones multilaterales para poder manejar el reto migratorio de la forma más satisfactoria para los derechos de estas personas y dentro de sus políticas contra la desigualdad. “Los procesos migratorios contribuyen al bienestar y el desarrollo de las comunidades y los países de la región, por lo que no pueden dejar de alentarse desde una perspectiva a largo plazo, que debe contemplar diversos aspectos, como la conformación de mercados laborales más incluyentes, la posibilidad de construir sociedades más diversas y rejuvenecidas o los desafíos de la interculturalidad”, sostiene el texto.
La organización también ha dejado espacio para encomendar a los Estados a insertar esta lucha contra la igualdad dentro de la Agenda 2030 de Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas que tiene como uno de sus objetivos reducir la pobreza: “deberíamos reducir a la mitad el número de personas en pobreza regional, pasar del 30,1 actual a 14,5, y eso sería solo para cumplir el punto uno de la agenda y lo mismo para la pobreza extrema, pasando de 10,7 a 3”.