El reciente naufragio en Grecia expone las grietas de la política migratoria europea
El Mediterráneo se ha convertido, una vez más, en el trágico final para cientos de personas que aspiraban llegar a Europa para lograr una vida mejor. De nuevo, las costas griegas han sido testigos de la desesperación de cientos de ciudadanos que, por haber nacido en determinados países, no disfrutan de unas condiciones de vida dignas y justas.
Una desesperación que los empuja a lanzarse al mar, en muchas ocasiones en buques de mala calidad que terminan naufragando tras pagar altas sumas de dinero a traficantes y mafias. Esta ha sido la situación que han tenido que enfrentar entre 500 y 700 personas que viajaban en el pesquero hundido el pasado miércoles frente a las costas de Grecia.
Al menos 79 personas han fallecido en el naufragio, aunque es posible que la cifra real sea mucho mayor, ya que la catástrofe ha dejado cientos de desaparecidos. Asimismo, tal y como informa la BBC, se calcula que unos 100 niños viajaban en el buque.
Las autoridades griegas buscan sin descanso a los desparecidos. De momento, han logrado rescatar con vida a más de 100 personas, la mayoría de origen sirio, egipcio y pakistaní. Según anunció una portavoz de los guardacostas a la AFP, hay dos barcos patrulleros, un helicópteros y seis buques en labores de rescate al oeste de la península del Peloponeso, una de las zonas más profundas del Mediterráneo.
Igualmente, la Policía griega ha arrestado a nueve hombres egipcios como presuntos responsables de la catástrofe. "Muchos traficantes encierran a la gente en la bodega del barco para mantener el control", declaró el portavoz gubernamental Ilias Siakantaris a la televisión estatal ERT.
Según los medios de comunicación griegos, el barco zarpó desde Egipto y realizó una parada en el puerto libio de Tobruk antes del trayecto final, que tenía como destino Italia. Los migrantes llegaron a pagar entre 4.000 y 6.000 euros para subir a bordo.
“La UE debe establecer una política migratoria fuerte”
Esta ha sido una de las mayores tragedias migratorias de Grecia de los últimos años, por lo que las autoridades han declarados tres días de luto. Igualmente, miles de personas se han manifestado en varias partes del país recordando a las víctimas y denunciando los fallos de la política migratoria de la Unión Europea.
Grecia, al igual que otros países del sur de Europa como España o Italia, es una de las principales puertas de entrada al continente para refugiados y migrantes de Oriente Medio, Asia y África. Por este motivo, Atenas ha pedido en numerosas ocasiones a Bruselas una política migratoria “solida”. “La UE debe brindar asilo, ayuda y seguridad a quienes realmente lo necesitan. No es un problema de Grecia, Italia o Chipre. La UE debe establecer una política migratoria fuerte”, indicó Yiorgos Michaelidis, un funcionario griego del Ministerio de Migración citado por la BBC.
No obstante, a pesar del papel que ha tenido Grecia en las rutas migratorias de los últimos años, muchos migrantes han comenzado a buscar otras alterativas debido a las dificultades. Atenas ha aumentado las patrullas marítimas y ha construido una valla fronteriza. Asimismo, el viaje a Europa occidental o del norte desde Grecia implica cruzar la complicada zona de los Balcanes. Por este motivo, muchas personas -en su mayoría de Costa de Marfil, Egipto, Guinea, Pakistán y Bangladesh- han optado por dirigirse a Italia, donde se han registrado 55.160 llegadas “irregulares” en lo que va de año.
Este naufragio vuelve a poner de manifiesto los fallos de la política migratoria europea. Desde 2014, se estima que 27.000 personas han muerto o desaparecido mientras intentaban llegar a Europa atravesando el Mediterráneo, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). “¿Cuántas personas más tienen que morir mientras Frontex y la Unión Europea se quedan mirando?”, se pregunta la ONG alemana Sea Watch.