República Centroafricana, el eslabón más débil de la visita del papa

Estefanía de Antonio/ RTVE/lainformacion.com

Pie de foto: El papa denuncia "nuevas formas de colonialismo" que buscan convertir África en piezas de un mecanismo

La República Centroafricana sufre la peor crisis de su historia con un millón de refugiados.  Las tropas francesas y africanas no han conseguido reducir la violencia.  La visita del papa es un mensaje de reconciliación para cristianos y musulmanes. El Papa invita en Uganda a construir el bien común y una sociedad más justa.

Desde las ventanillas del avión, la primera imagen de la República Centroafricana que verá el papa Francisco será el desolador campo de desplazados de M’Poko. A las orillas del aeropuerto tiendas destartaladas y plásticos embarrados dan cobijo a unas 20.000 personas que han huido de la violencia de la capital. La última parada de su primera gira africana termina en el conflicto armado más olvidado de este continente.

República Centroafricana se desangra desde 2013 por los choques entre grupos armados. La violencia entre milicias, una musulmana y otra cristiana, que no combaten entre ellas sino que asesinan a civiles de la otra comunidad, ha provocado casi un millón de refugiados. Ambas comunidades viven segregadas. El 20% de la población se encuentra desplazada en el interior del país o en países vecinos como Chad y Camerún.

El papa quiere llevar un mensaje paz y reconciliación a un país que ni las tropas de la misión internacional de Naciones Unidas (MINUSCA) ni de la Operación francesa Sangaris han conseguido pacificar.

“La población no se siente protegida por las tropas internacionales. No hna cumplido el mandato de desarmar los grupos rebeldes y no intervienen en los casos de violencia más brutal", afirma Faouzi Kilembe, un centroafricano experto en desarrollo local y sociedad civil. “La MINUSCA llega siempre tarde cuando los cadáveres ya están en las calles y la población ha tenido que huir”, agrega.

A la incapacidad de la misión internacional para garantizar la seguridad de la población, se suma la desconfianza: varios soldados franceses han sido acusados de abusos sexuales a menores.

Desplazados en Republica Centroafricana por la violencia: son seres humanos con nombre y apellidos, con cara y ojos, con mucho sufrimiento.

Pie de foto: Familias desplazadas en la República Centroafricana./MARTA SOSZYNSKA/MSF

Pie de foto: Cientos de personas viven encerradas en la ciudad de Berberati por miedo a las represalias de las milicias de autodefensa anti-Balaka. MSF les presta atención sanitaria. MSF LOUISE ANNAUD

Pie de foto: Esperan tras caminar 40 km para que su hijo reciba atención sanitaria. Abakar y Aishe, una pareja de pastores nómadas de etnia fulani (peuhl) esperan en el hospital de MSF en Batangafo. Han caminado más de 40 kilómetros en busca de atención médica para su bebé, que padece neumonía. MARTA SOSZYNSKA/MSF

Pie de foto: Bushra Issa denuncia que la situación es aún peor en un campo de refugiados en Chad. Bushra Issa estuvo todo un día caminando campo a través para regresar a RCA desde un campo de refugiados en Chad, “porque la situación allí es aún peor”. Muchos refugiados intentan cruzar esa frontera, cerrada desde hace un año, incluso a riesgo de sufrir robos y violencia sexual por parte de los guardias fronterizos. MARTA SOSZYNSKA/MSF

Pie de foto: Veli Ahmadou, refugiado de  de 71 años, en el campo de Moyen Sido. Veli Ahmadou, de 71 años, es uno de los líderes de la comunidad alojada en el campo de desplazados de Moyen Sido. Él llegó hace 10 meses. “La gente aquí no tiene nada. Lo ha perdido todo”, dice. MARTA SOSZYNSKA/MSF

Pie de foto: MSF asiste a los desplazados de República Centroafricana. MSF inició en abril de 2015 una intervención de emergencia en Kouango para dar atención sanitaria a una población abandonada y víctima de la violencia de los grupos armados. JANA BRANDT/MSF

Pie de foto: Maryam, también desplazada, era peluquera en Bangui. Maryam era peluquera en Bangui, pero tuvo que huir tras desatarse la persecución contra los musulmanes. “Mi vida no estaba mal”, recuerda. Ahora lleva un año malviviendo en el campo de desplazados de Moyen Sido con sus dos hijos. MARTA SOSZYNSKA/MSF

Pie de foto: Muchos desplazados malviven entre la maleza. Cerca de 30.000 personas han huido desde finales de 2014 de la zona de Kouango, muchos en dirección a la vecina República Democrática del Congo. Pero otros muchos, que también se cuentan por miles, se han quedado y malviven en la maleza y sin apenas ninguna asistencia. MARTA SOSZYNSKA/MSF

Pie de foto: El campo de Moyen Sido alberga a más de 2.000 desplazados. El campo de Moyen Sido alberga a más de 2.000 desplazados, que han quedado atrapados en medio de la nada, entre una frontera cerrada (la de Chad) y unos hogares a los que les resulta imposible regresar. PAU MIRANDA/MSF

Elecciones en medio de las balas

En este contexto Kilembe se pregunta cómo se puedan organizar unas elecciones libres, previstas para el 27 de diciembre. “Las personas no pueden circular libremente por el país por la falta de seguridad y la falta de infraestructuras. No se puede llegar a votar”, asegura.

“Sólo hace falta un pretexto para reavivar la violencia“

La otra pregunta es quiénes podrán votar. La elaboración del censo es una cuestión muy delicada, más aún en medio de un conflicto armado. El criterio que define la nacionalidad centroafricana no está claro y se teme que la comunidad musulmana tenga obstáculos para votar.

“Sólo hace falta un pretexto reavivar la violencia”, advierte Enrica Picco, la asesora de Asuntos Humanitarios de Médicos Sin Fronteras en la RCA. El precedente es cercano. Hace 15 días en el enclave de Batangafo se recrudecieron los choques entre milicias y 10.000 personas huyeron a los bosques en busca de refugio. En octubre el asesinato de un taxista musulmán en la capital provocó otra nueva oleada de desplazados.

Desde que en 2013 los musulmanes de Seleka tomaran el poder por la fuerza, las represiones violentas de las milicias cristianas conocidas como anti-balaka han sido constantes.

Una emergencia humanitaria constante

El papa denuncia "nuevas formas de colonialismo" que buscan convertir África en piezas de un mecanismo. El Gobierno francés ha desaconsejado al papa la visita por motivos de seguridad. Pero Francisco no ha suspendido su gira y ya ha visitado Kenia y Uganda con un mensaje de justicia social y desarrollo para acabar con la desesperación, la pobreza y la frustración que alimentan la violencia.

“Su visita es una muestra de apoyo para los cristianos y es una señal muy fuerte para los musulmanes de que este conflicto no tiene nada que ver con la religión. Las dos comunidades están trabajando para que la visita se celebre de la mejor manera posible”, señala Kilembe, que no es muy optimista sobre el futuro. “Después de la visita todo es posible. La situación podría volver a lo de antes o peor".

"La visita del papa es muy importante porque dará visibilidad al conflicto", señala la politóloga Tatiana Carayannis, coautora del libro Making Sense of the Central African Republic. Al conflicto y a la emergencia humanitaria de un estado fallido con una crisis médica crónica, unas tasas de analfabetismo récord, violaciones masivas de mujeres, y niños soldados. Que el foco, aunque pasajero, los ilumine.

Pie de foto: El viaje por África del Papa Francisco, el más peligroso

El Papa invita en Uganda a construir el bien común y una sociedad más justa

El Papa Francisco ha invitado este sábado desde el santuario de los mártires anglicanos de Namugongo, en Kampala, Uganda, a buscar en la fidelidad a Dios la paz que el mundo "no puede ofrecer". "Los placeres mundanos y el poder terreno no dan alegría ni paz duradera. Es más, la fidelidad a Dios, la honradez y la integridad de la vida, así como la genuina preocupación por el bien de los otros, nos llevan a esa paz que el mundo no puede ofrecer", ha asegurado el Papa durante una Misa en este Santuario.

En cualquier caso, el Pontífice ha matizado que esto no debe disminuir "la preocupación por las cosas de este mundo" y que, por tanto, no se trata sólo de "mirar a la vida futura". "Al contrario, nos ofrece un objetivo para la vida en este mundo y nos ayuda a acercarnos a los necesitados, a cooperar con los otros por el bien común y a construir, sin excluir a nadie, una sociedad más justa, que promueva la dignidad humana, defienda la vida, don de Dios, y proteja las maravillas de la naturaleza, la creación", ha defendido.

Por otro lado, Francisco ha pedido a la Iglesia de Uganda que ayude a las parejas jóvenes en su preparación al matrimonio y " anime a los esposos a vivir el vínculo conyugal en el amor y la fidelidad". También la ha exhortado a ayudar a los padres para que sean los primeros transmisores de la fe a sus hijos.

Durante una misa en la que no han faltado las peticiones por una mayor unidad en los Estados y tolerancia en los países en los que hay persecución, Francisco ha recordado a los mártires anglicanos de Uganda que siendo muy jóvenes arriesgaron su vida por proclamar el Evangelio.

"Pienso en los santos José Mkasa y Carlos Lwanga que, después de haber sido instruidos por otros en la fe, han querido transmitir el don que habían recibido. Lo hicieron en tiempos difíciles. No estaba amenazada solamente su vida, sino también la de los muchachos más jóvenes confiados a sus cuidados. No tuvieron miedo de llevar a Cristo a los demás, aun a precio de la propia vida", ha destacado.

Por ello, ha instado a imitarles no solo dentro de la propia familia o con los amigos, sino también en el trabajo, la sociedad civil, entre los desconocidos y, especialmente, con quienes son "poco benévolos u hostiles". En otros casos, ha admitido que llevar la Palabra de Dios supondrá viajar a los confines de la tierra y ha pedido una " respuesta generosa" a esta exigencia.

Al final de la misa, el Papa ha regalado al arzobispo de Kampala un cáliz y este le ha dado las gracias por su visita. La Eucaristía, a la que han asistido cientos de fieles, ha estado amenizada por cánticos y bailes africanos.