México sostiene que ha cumplido con las demandas migratorias de Estados Unidos y continúa resistiendo la presión de la Administración Trump de que se convierta en un "tercer país seguro"

¿Planea Trump amenazar a México con nuevos aranceles?

REUTERS/JOSE LUIS GONZALEZ - Uns joven migrante centroamericano llega a un refugio temporal, después de cruzar ilegalmente la frontera entre México y Estados Unidos, en Deming, Nuevo México, Estados Unidos, el 16 de mayo de 2019.

La estrategia de guerra comercial que Estados Unidos tiene abierta con Mexico, vinculada a las migraciones en la frontera, entra en una nueva fase. Pese a que los dos países llegaron a un acuerdo para reducir el flujo migratorio en junio con el que Mexico evitaba la imposición de aranceles sobre todas sus exportaciones a EEUU, la posibilidad de que Trump las vuelva a utilizar a su favor sigue muy presente. 

Con el acuerdo, fue cuando México envió a las fronteras norte y sur a la Guardia Nacional, un nuevo cuerpo de seguridad impulsado por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) para reducir dicho flujo migratorio. Entonces, como parte del acuerdo, México se comprometió a reducir la migración por su territorio en 90 días tras las amenazas de Donald Trump de imponer un 5% de aranceles para todas las importaciones mexicanas. Washington se reservaba el derecho a reactivar su amenaza arancelaria si no estaba satisfecho tras ese periodo.

Así se ha logrado que el flujo migratorio por México se haya reducido un 56% entre mayo y agosto, según informó el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard el 6 de septiembre. Mientras tanto, el presidente Trump dijo durante su intervención en la Asamblea General de la ONU, "quiero agradecer al presidente López Obrador de México por la gran cooperación que estamos recibiendo y por poner ahora mismo 27.000 tropas en nuestra frontera sur". "México nos está mostrando gran respeto y yo les respeto a cambio", añadió el dirigente estadounidense el pasado día 24. En ese tiempo distintas organizaciones han denunciado malas prácticas por parte de las autoridades mexicanas en el trato a migrantes y a sus protectores, muchos de ellos activistas de derechos humanos.

La revelación del descenso en los datos migratorios se produjo días antes de la visita de una delegación encabezada por el mismo ministro a Washington, el día 11, para revisar los avances del acuerdo migratorio alcanzado en junio, por el que Washington retiró su amenaza de aranceles a México. Irónicamente, el plazo de 90 días se cumplió cuando Ebrard estaba en Washington pero no hubo ninguna declaración, oficial o no, sobre los siguientes pasos. 

Por ese motivo, y pese a estar suspendida indefinidamente, la aplicación de aranceles a México por parte de la Administración Trump podría llegar en cualquier momento. Durante la visita en septiembre, Washington exigió a México redoblar sus esfuerzos para reducir el flujo de indocumentados que llegan a la frontera común, incluyendo los proveniente del llamado triángulo norte de Centroamérica, que engloba Guatemala, Honduras y El Salvador.

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El Ejecutivo mexicano defendió que el descenso en el tránsito migratorio ya es "irreversible" y confían en que "vaya a ser permanente". A juicio de las autoridades del país latinoamericano, Washington está "lejos" de retomar su amenaza de aranceles. "México planteó que la estrategia mexicana ha dado resultados muy importantes para que los flujos migratorios se den de acuerdo a la ley. Se ha observado un descenso significativo", afirmó Ebrard en una conferencia de prensa después del encuentro.

Ambas partes evaluaron la efectividad de lo acordado en junio. EEUU debe estar conforme con cómo avanza el control migratorio, teóricamente más férreo, en la frontera mexicana y México con el hecho de que Washington no haya impuesto sanciones. Si no se habría logrado in extremis ese acuerdo entre EEUU y México el pasado 1 de octubre hubiera sido el día que EEUU elevara del 20 % al 25 % el arancel a todos los productos mexicanos, para presionar a México a que frene la inmigración, el máximo que había anunciado Trump en su plan de introducir aranceles a finales de mayo. 

Tras su reunión con Trump, Ebrard aseguró que el tema de los aranceles no se trató en el encuentro dijo que esa posibilidad "depende de la voluntad del Ejecutivo de Estados Unidos", pero que ahora está "lejos".

El vicepresidente Mike Pence subrayó en ese momento la "necesidad de trabajar con el Gobierno de México para ampliar" la aplicación de los Protocolos de Protección de Migrantes (PPM), y ambos Gobiernos "accedieron a implementar" esa medida "hasta el máximo extremo", indicó en un comunicado la oficina del vicepresidente estadounidense.
La política de PPM, más conocida como 'Permanezcan en México', permite a Washington devolver al país vecino a los solicitantes de asilo que llegan a su frontera sur, para que esperen allí a que se resuelvan sus casos en EEUU. Esa iniciativa comenzó a aplicarse este año en tres puntos de entrada de la frontera, y en junio, México accedió a expandir la implementación del programa a lo largo de toda la zona limítrofe. Decena de miles de migrantes solicitantes han sido devueltos en los últimos meses han sido regresados al país vecino bajo el PPM. 

El otro tema que salió durante la reunión y que sigue en la mesa es la posibilidad de convertir a México en un "tercer país seguro", algo que permitiría a EEUU rechazar a los solicitantes de asilo si no piden primero refugio en territorio mexicano. Trump está empujando porque esta medida se haga efectiva pero Mexico se niega con rotundidad. El hecho de que Trump quiera que Mexico se convierta en un "tercer país seguro", como han hecho Guatemala y El Salvador, puede ser el detonante de una nueva ira de Trump y hacer que resurjan la posibilidad de imponer aranceles sobre las exportaciones mexicanas. 

Desde junio distintas organizaciones han denunciado malas prácticas por parte de las autoridades mexicanas en el trato a migrantes y a sus protectores. Para el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, "México está en una nueva situación debido a las restricciones cada vez mayores en la frontera con Estados Unidos, el regreso de algunos peticionarios de asilo a México y al mismo tiempo un incremento en el número de personas que llegan al país, especialmente a través de la frontera sur".
Para el canciller mexicano la prioridad para México sería "congelar el tráfico ilícito de armas" de Estados Unidos a su país. Tras el encuentro, Ebrard explicó que en junio ya había acordado con Washington la creación de un "grupo binacional" dedicado a ese tema, que ya ha comenzado sus trabajos con la presencia del embajador estadounidense en el país, Christopher Landau.

"El objetivo es saber cuántas armas al mes registramos que provienen ilícitamente de EE.UU., hacer un 'trace' (seguimiento) para ver quien las vendió. Ese trabajo, que yo sepa, nunca se ha hecho", indicó el ministro. El 70 % de las armas involucradas en crímenes en México y recuperadas por las autoridades entre 2011 y 2016 procedían de Estados Unidos, según datos oficiales estadounidenses.
 

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