Nourdine Mouati y Santiago Mondéjar aseguran que es indispensable que Europa reoriente su política hacia África, y, en concreto, hacia los países del Magreb, en un contexto marcado por los intereses energéticos, las necesidades de defensa y el Pacto Verde

“El futuro pasa por la Alianza Euroafricana”

photo_camera PHOTO/ATALAYAR - Santiago Mondéjar, consultor empresarial y director de Intelogia S.L., y Nourdine Mouati, experto en cooperación y director de Desarrollo de Negocio de Audakia Lab

“La Alianza Euroafricana es el futuro, porque el proceso euromediterráneo está enquistado fundamentalmente por razones políticas, como el conflicto palestino-israelí o el turco-chipriota”, ha asegurado el experto en cooperación y director de Desarrollo de Negocio de Audakia Lab, Nourdine Mouati. 

“Es hora de que Europa piense en una política conjunta, no bilateral, sobre África, y esa política debe pasar por países como Marruecos o Túnez, porque ya están mirando más hacia su propio continente que hacia otras zonas del mundo”, ha señalado Mouati. En esta línea, ha explicado cómo el reino de Mohammed VI, tras reintegrarse de nuevo en la Unión Africana (UA), ya se ha convertido en el segundo inversor de África, solo por detrás de Sudáfrica.

Del mismo modo, Marruecos está trabajando en otros proyectos estratégicos en Etiopía, Nigeria -con el que está desarrollando un importante gasoducto- y Ghana, naciones con un tremendo potencial de crecimiento. Otros países como Costa de Marfil, que es el principal receptor de ayuda española al desarrollo -fundamentalmente por la presencia de misiones católicas- o Kenia también se han situado en el radar del Reino.

Nourdine Mouati, experto en cooperación y director de Desarrollo de Negocio de Audakia Lab

Por ello, las empresas españolas están utilizando, cada vez, a Marruecos como “plataforma para África”, como ha declarado el experto, quien ha puesto de ejemplo el caso del Banco Santander. Esto se ha visto catalizado por el rápido ascenso del país norteafricano en ránkings como el Doing Business del Banco Mundial, que mide las facilidades que ofrecen los países para hacer negocios, donde ocupa el tercer puesto africano detrás de las Islas Mauricio y Ruanda.

“El futuro está en África y, por eso, hay que aprovechar los lazos históricos que nos unen. Con un 60% de la población menor de 25 años y 2.000 millones de habitantes previstos para 2050, es indudable que Europa debe trabajar en una alianza de futuro con el continente africano”, ha aseverado Moauti. 

Santiago Mondéjar, consultor estratégico y director de Intelogia, ha profundizado en este planteamiento y ha aseverado que “Europa y África y, en concreto, el norte de África, se necesitan mutuamente. Ni Europa puede prescindir del norte de África ni viceversa”. Esta asociación se podría concretizar, por ejemplo, en un gran pacto con Europa en el que esté implicado una unión aduanera entre los países del Magreb. El comercio interno en esta zona de África solo supone un 12% del total, lo que ilustra la falta de sinergias de cooperación. Por ello, “sería interesante considerar una alianza 5+3 [cinco países del Magreb con España, Francia e Italia]”, ha declarado en esta línea Mondéjar. “El planteamiento ha cambiado: ya no sirve ofrecer cañas para poder pescar, sino que se necesita fabricar cañas juntos”, ha señalado el consultor.

Santiago Mondéjar, consultor empresarial y director de Intelogia S.L.

El analista ha situado el foco de su intervención en ofrecer una visión macro de las tres grandes tendencias que ya están influyendo en la zona mediterránea y en el Magreb: la energía, la defensa europea y el Pacto Verde. 

En el primer caso, cabe destacar cómo está cambiando el tablero del Mediterráneo Oriental con los recientes descubrimientos de yacimientos de gas. El acuerdo entre Turquía y Libia, y los intereses en juego de otros países como Chipre, Rusia o Egipto, requieren que Europa adopte una nueva consideración estratégica en términos militares de seguridad y defensa, que es la segunda tendencia a tener en consideración. “Es tiempo de repasar lo que Europa tiene que decir en el plano militar”, ha señalado Mondéjar. “Estos recursos tienen el potencial de garantizar con creces la enorme demanda europea del poder relativamente más limpio del gas natural, y ofrece a la Unión Europea la posibilidad de mitigar el poder geopolítico que el suministro de gas confiere a Rusia”, ha agregado en esta línea. 

“Estados Unidos se ha desatendido completamente de Europa y Europa, a pesar de que su industria militar tiene un peso notable, necesita de otros países para asegurar sus intereses”, ha asegurado al respecto. “Esto significa que la UE debe trabajar en una asociación de seguridad -en la que los países del Magreb deben ser parte integral desde el primer día- que no incluya solo al terrorismo y al crimen organizado, sino también englobe la seguridad alimentaria, la seguridad energética y los flujos migratorios irregulares, para poder superar, a partir de los intereses comunes, las rivalidades entre los actores del Mediterráneo”, ha concretado.

Santiago Mondéjar, consultor empresarial y director de Intelogia S.L., y Nourdine Mouati, experto en cooperación y director de Desarrollo de Negocio de Audakia Lab

La tercera y última tendencia es el denominado Pacto Verde. “Es un arma de doble filo, porque los países del sur del Mediterráneo pueden entender esto como un proteccionismo por la puerta de atrás, lo que significa que las tasas por producción de carbono pueden perjudicar a los países exportadores agrícolas y favorecer a otros, como el caso de Francia”, ha explicado el analista. “Por lo tanto, tanto la transferencia de tecnología como la financiación de la reducción de emisiones son puntos clave en el éxito del nuevo Pacto Verde, junto con la incardinación del Magreb en el modelo de defensa Europa y su participación en el desarrollo y producción de la necesaria tecnología militar, lo que a su vez precisa de la provisión segura de energía asequible”, ha declarado Mondéjar.

“Europa y el Magreb están condenados a entenderse sobre la base de nuevos modelos de desarrollo, que generen más oportunidades y un reparto más equitativo de la riqueza; que faciliten a la vez la integración y la cooperación intra-magrebí y euro-magrebí, creando un mercado libre, dotado de una unión aduanera y de un marco de seguridad jurídica, energética y militar compartido”, ha concluido el consultor. 

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