Impactante frase de Anouar Boukharsa, medallista de taekwondo marroquí, mientras lanzaba su medalla al mar desde una patera

“Las medallas no sirven para nada”

Anouar Boukharsa

El drama de los migrantes en alta mar escribió una singular página de su historia en lo que se refiere al deporte en los últimos días. Anouar Boukharsa decidió grabarse para la posteridad lanzando al mar desde una patera su medalla de campeón regional de Marruecos de taekwondo mientras dejaba una frase lapidaria para todo aquel que preste atención a las historias sobre la lucha de muchas personas que abandonan sus países desesperadamente para poder optar a una vida algo mejor: “Las medallas no sirven para nada”.

La secuencia se ha hecho viral en las redes sociales por lo icónico de la misma. Un deportista de élite de una disciplina de artes marciales huyendo de Marruecos en patera para poder alcanzar el sueño dorado de una vida mejor en el continente europeo. Tras cuatro días a bordo en alta mar, llegó el lanzamiento de la presea al mar mientras alcanzaba la costa de la isla canaria de Lanzarote, en España. 

“Tiré mis medallas al mar como un símbolo de todo lo que he necesitado desprenderme para iniciar una nueva vida. Ahora espero conseguir otras medallas y otras amistades. Todo lo que no pude lograr bajo la bandera marroquí quiero lograrlo en algún país donde al deporte se le conceda el valor que merece”, recalcó Boukharsa, quien ha querido así huir de la pobreza que padecían él y su familia en Marruecos y denunciar que en el reino alauí no se apoya el mundo del deporte.

Anouar Boukharsa

Boukharsa trataba de alcanzar las costas de Lanzarote, en España, mientras dejaba testimonio gráfico de su sentencia ya conocida mundialmente. Y es que, efectivamente, las medallas no valen nada en comparación con la dignidad de la propia vida humana. Al lanzamiento de la medalla al mar, Boukharsa añadió una amplia sonrisa y la señal de la victoria, tenía claro cuál era el camino a seguir y lo que de verdad tiene valor: la vida, la dignidad como persona y el reconocimiento, aunque sea mínimo, en tu país por tus méritos logrados. 

Este deportista de élite, campeón de su disciplina en Marruecos, se vio obligado a ‘poner mar de por medio’ para transformar a mejor su vida intentando alcanzar territorio español. “De todos modos no sirven para nada. Las medallas no se comen” remarcó el luchador alauí dentro de los siete segundos que duran su impactante alocución ante la cámara del móvil. 

La desesperación llevó a Anouar a esta determinación final. Empezó en el deporte a los tres años, al mismo tiempo que comenzaron dos de sus hermanos. Pronto empezó a destacar especializándose en taekwondo, práctica en la que logró ganar el prestigioso Trofeo del Trono marroquí y en la que llegó a disputar combates internacionales. 

A pesar de su gran trayectoria, Boukharsa no recibió sustento alguno ni de las autoridades institucionales ni deportivas de su país y sintió cómo no podía seguir desarrollando su carrera al no poder vivir de ello dignamente. El objetivo de llegar a España era ese, poder dedicarse en exclusiva a aquello a lo que se dedica y ama, el taekwondo.

También ha llegado a denunciar que su hermano ha sido cuatro veces campeón de Marruecos y que no ha obtenido el reconocimiento de su país, al igual que le ha ocurrido a él: “Tampoco he tenido el reconocimiento de la Federación. El deporte en Marruecos no tiene la importancia que se le da en otros países”. “Nosotros somos pobres, lo que también contribuye a que nos ignoren con mayor facilidad”, ha llegado a señalar Boukharsa al diario La Vanguardia. 

Anouar Boukharsa

Una vez en territorio español, Boukharsa no esperaba la gran repercusión que ha tenido su acto, lo cual le enorgullece, pero también le asusta, ya que esta popularidad sobrevenida puede significarle el problema de ser conocido y más fácilmente localizable por la Policía, lo cual le llevaría probablemente a la deportación. 

Anouar Boukharsa

El de Boukharsa se une a otros casos de deportistas marroquíes que también han querido huir en busca de un futuro más prometedor, como el caso de los futbolistas Hisham Kelush, que llegó a jugar en la primera división de Marruecos, y Meriem Buhid, que aprovechó una convocatoria en España para quedarse en Europa, y el de las jugadoras de la selección femenina de balonmano, que también aprovecharon la celebración de los Juegos del Mediterráneo para escapar de la delegación nacional. 

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