Ahmed Seif Al Islam, un luchador por la democracia en Egipto, muere a los 63 años

Por Mohamed Sahli
Foto: Ahmed Seif Al Islam fue un luchador por la democracia y los derechos humanos en Egipto.
 
En Egipto, ha muerto a los 63 años un hombre bueno, Ahmed Seif Al Islam. Era abogado de profesión y un activista a favor de la democracia y del respeto a los derechos humanos en su país. Sufrió torturas y vejaciones de todo tipo por parte de la Policía y su actividad militante le llevó a la cárcel durante cinco años. Murió tras una larga enfermedad y una vida digna. Fue uno de los fundadores del Centro Jurídico Hisham Mubarak, una entidad que durante años  ha asesorado y defendido a muchos egipcios víctimas de la tortura. “Era un hombre bueno y justo, un demócrata que soñaba con un Egipto diferente y alejado de la violencia, la intolerancia y la prepotencia del poder. Inculcó a sus hijos el amor por la libertad y siempre estuvo a favor de los débiles”, recuerda para Atalayar Mohamed H., un egipcio refugiado en Túnez. Su hijo mayor, Alaa Abdel Fatah,  fue condenado a 15 años de cárcel por manifestarse en la calle en contra de una polémica y antidemocrática ley de seguridad aprobada por el actual régimen del presidente y exmariscal golpista Abdelfatah al-Sisi. Su hija menor también se encuentra encarcelada  a la espera de juicio por protestar contra  la condena  de su hermano. Ahmed Seif al Islam fue detenido en dos ocasiones  en la época del presidente Anuar el Sadat y otras dos con Hosni Mubarak. En los cinco años que estuvo preso en la década de los 80  debido a su activismo democrático, este abogado pro derechos humanos sufrió en carne propia la tortura practicada por los esbirros del régimen dictatorial. Una de sus hijas, Mona Seif, fundadora del colectivo ‘No a los Juicios Militares’, nació mientras su padre estaba en prisión. Ahmed Seif al Islam era un hombre de izquierda, pero no dudó en defender a islamistas que habían sido víctimas de la tortura y los juicios sumarísimos, e hizo lo mismo con 52 jóvenes detenidos en 2001 por “comportamientos homosexuales”. La lucha contra la tortura fue para este activista una forma de rebelarse contra el poder arbitrario, corrupto y criminal que desde hace décadas dirige los destinos de Egipto. El diario digital ‘Mada Masr’ recordó el jueves de esta semana las palabras que dedicó Seif al Islam recientemente a su hijo Alaa. “Quería que heredaras una sociedad democrática que protegiera tus derechos, hijo mío, pero en cambio te he legado la celda que un día me encerró y que ahora te encierra a ti”.
 
Guerra Civil
Si en Egipto ha muerto un hombre bueno, valiente y honesto, en Siria, la guerra civil ha forzado a huir de este país a más de tres millones de personas, un récord dramático que  reveló esta semana el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La entidad señala que, a pesar de que el estallido de otros graves conflictos ha desviado la atención que el mundo tenía puesta en el de Siria, la marea de civiles sirios que huyen no ceja a pesar de que escapar es ahora incluso más difícil que antes.“Mucha gente debe pagar sobornos en los puestos de control que proliferan en las fronteras. Los refugiados que cruzan el desierto hasta el este de Jordania están forzados a pagar a los traficantes importantes sumas, que pueden ser de 100 dólares o más por persona”. ACNUR denuncia que casi la mitad de toda la población de Siria ha abandonado su hogar para salvar la vida. Además, unos 6,5 millones de personas adicionales se han convertido en desplazados dentro del mismo país. La presión del éxodo ha aumentado debido a que hay nuevos combates. Refugiados llegados últimamente a Jordania relataron que huyeron de recientes ataques en zonas de Al Raqa y Alepo, la primera dominada por los yihadistas del Estado Islámico (EI), mientras que éstos y las fuerzas del régimen sirio se disputan el control de la segunda ciudad y su zona. En relación con el terreno ganado por el grupo terrorista suní, ACNUR sostiene que le preocupa la suerte de cientos de sirios que quedaron atrapados en el campamento de Obaidi, en la localidad iraquí de Al Qaim, fronteriza con Siria y que se encuentra desde julio en manos del EI. El personal internacional de ACNUR y de otras entidades extranjeras tuvo que abandonar antes el lugar -tanto oficinas como almacenes- y nadie ha podido regresar desde entonces. Aunque entidades nacionales siguen aportando cierta ayuda, ésta no es constante.
 
Países vecinos
La gran mayoría de refugiados sirios están en los países vecinos, con Líbano que acoge a 1,14 millones, Jordania a 608.000 y Turquía a 815.000, según el organismo humanitario. La crisis en Siria se ha convertido así en la más grande para  ACNUR en sus 64 años de historia y sus refugiados son los más numerosos del mundo, sólo por detrás de los palestinos, cuyos precedentes se remontan a más de 60 años atrás. “La crisis siria se ha convertido en la mayor emergencia humanitaria de nuestra era y el mundo no consigue cubrir las necesidades de los refugiados y de los países que los alojan”, señaló a este respecto el responsable de ACNUR, el portugués Antonio Guterres. El organismo de la ONU reconoció que desde el estallido de la crisis, en 2011, los donantes -estatales y privados- han sido generosos en financiar la ayuda a los refugiados sirios, pero las necesidades aumentan mucho más rápido que las contribuciones. En total, los donantes han dado 4.100 millones de dólares para sucesivos planes de ayuda de la ONU, pero ACNUR estima que se requieren 2.000 millones adicionales para cubrir las necesidades hasta fin de año. De forma más específica, se alerta de que 2,4 millones de personas necesitarán ayuda en las próximas semanas con el fin de prepararse para el invierno. En 2013, ACNUR dio alimentos a 1,7 millones de refugiados sirios, ofreció cobijo a 400.000 personas y garantizó la educación para 350.000 niños. Mientras Siria se desangra cada día un poco más, los terroristas del EI afirmaron que habían ejecutado a unos 200 miembros de las fuerzas militares del régimen de Damasco. Las víctimas fueron  capturadas tras haber huido del aeropuerto militar de Tabqa, en manos de los yihadistas desde hace varios días. Según foros de Internet utilizados habitualmente por los terroristas, además de los muertos, unos 250 soldados fueron capturados por el EI. Según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, los soldados estaban escondidos en un punto entre la localidad de Tabqa, en la provincia septentrional de Al Raqqa, y la zona de Azraya. Un convoy del Ejército sirio enviado desde la ciudad de Salmiya a la zona no alcanzó a rescatar a estos soldados, pero otra columna militar logró ayudar a unos 60 oficiales y militares que también se encontraban escondidos cerca de Azraya. El EI difundió el miércoles de esta semana un conjunto de fotografías de soldados sirios prisioneros, de ejecuciones sumarias y de armas capturadas en el citado aeródromo militar.

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