Tras un año tumultuoso el país magrebí celebra la primera vuelta de unas elecciones presidenciales en búsqueda del sustituto de Abdelaziz Bouteflika a pesar de los llamamientos al boicot y la movilización popular que exige la caída del régimen militar

Argelia decide su futuro en medio de la indignación social

photo_camera AP/TOUFIK DOUDOU - Una estudiante argelino sostiene un cartel que dice "No a la votación del 12 de diciembre" durante una protesta en Argel, el martes 10 de enero de 2019.

A la tercera va la vencida. Más de veinte millones de argelinos están convocados a las urnas, en un tercer intento, para elegir a su nuevo presidente tras un año tumultuoso marcado por las protestas sociales que forzaron a dimitir a Abdelaziz Bouteflika el pasado 2 de abril tras veinte años gobernando el país. 

Las manifestaciones han continuado semanalmente desde entonces a pesar de que el jefe del Ejército y nuevo hombre fuerte del país, el general Ahmed Gaïd Salah, fuera quién liderar su inhabilitación y haya intentado imponer su orden. El general ha liderado desde entonces una ola de detenciones de figuras clave de las elites políticas y empresariales, principalmente las asociadas al “clan Buteflika”.

Los manifestantes no han cesado en pedir el boicot de las elecciones que consideran están diseñadas para preservar el estatus quo en beneficio del actual régimen lo cual choca frontalmente con el sistema nacional en el que el Ejército Nacional Popular de Argelia desempeña un papel central en la vida política del país desde su independencia en 1962.

A la presidencia argelina optan cinco de los 23 aspirantes que presentaron su candidatura a la Instancia Superior Independiente de las Elecciones (ISIE), organización creada "ad hoc" meses atrás e integrada por miembros de la vieja guardia. Pese a la inexistencia de encuestas, Ali Benflis y Abdelamajeed Tebboun, dos ex primeros ministros, eran los que más opciones tenían de pasar a un eventual segunda vuelta. 

Sin embargo, en los últimos días han crecido las expectativas de Azzedine Mihoubi, periodista y poeta, antiguo ministro de Cultura, cogió fuerza como la posible sorpresa. Formada en las filas del Frente de Liberación Nacional (FLN), el partido que gobierna el país desde la independencia de Francia en 1962, la figura de Mihoubi ha crecido en últimos días frente a los otros dos favoritos. Mioubi está considerado un hombre muy próximo a Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí, las dos potencias árabes emergentes con las que estableció buenas relaciones cuando actuó de presidente de la unión de literatos árabes y poetas argelinos.

La participación electoral será el mejor indicador de la situación en el país. Una mayoría social se opone a los comicios y las considera una representación para que el régimen militar se perpetúe en el poder. "Las 'elecciones' presidenciales de hoy en Argelia son una farsa mal disimulada. Sin garantías ni observadores, pero con gran oposición social. El régimen busca legitimar a un candidato de los suyos sin cambiar nada", asegura en su Twitter, Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcano.

"Meses de protestas y un pueblo al que no le han dado - aparte de medidas cosméticas e incertidumbre - lo que exigía, verdadera transición de régimen", escribe Itxaso Domínguez de Olázabal, coordinadora de Oriente Medio y Norte de África de la Fundación Alternativas. Los manifestantes argelinos han salido a las calles cada martes y cada viernes desde que comenzaron las protestas hace diez meses y sus exigencias de cambio político y de régimen no cesan.

Atalayar_Candidatos presidenciales_Argelia_Elecciones_12 de diciembre

El movimiento de protesta popular (Hirak) surgido el pasado febrero han pedido repetidamente al grito de "elecciones no" que la población que boicotee la consulta y su aplazamiento. Aseguran que los candidatos presidenciales son continuistas, "hijos del sistema" al servicio del deseo del régimen militar de perpetuarse en el poder. De esta manera, el desafío al Hirak lo ha liderado el general Ahmed Gaïd Salah quién ha marcado el paso tanto de los acontecimientos como de la represión de las protestas, que no cesan y el encarcelamiento de los principales aliados del dimitido mandatario. Varios miles de ciudadanos volvieron a protestar el miércoles, día antes de las elecciones, por el centro de la capital en una manifestación contenida y reprimida por las fuerzas de Seguridad.

"No cabe duda de que algo profundo ha cambiado en la sociedad argelina, así como en la relación entre el Estado y la ciudadanía, pero aún quedan muchas preguntas por responder sobre el futuro del país y la salida al pulso actual entre el régimen sostenido por los militares y la sociedad movilizada", escribe Haizam Amirah Fernández en el documento de análisis 'Argelia 2019: la sociedad ha cambiado, el sistema aún no'. "En Argelia, el trasfondo del pulso actual entre los militares y el hirak es la incompatibilidad manifiesta entre el enfoque de 'reemplazo' de los primeros y el enfoque de 'transición' de los segundos'. Mañana aumentará ese pulso con la farsa electoral. Sin salidas a la vista", añadía ayer el investigador especializado en el Oriente Medio.

España mira de cerca la situación

España mira con atención el desarrollo de la primera vuelta de las elecciones por la importancia estratégica que es Argelia desde donde importa el 53% del gas que consume el país. España es el segundo mayor cliente extranjero de Argelia, de donde proviene la mitad del gas que importa, y el cuarto mayor proveedor del país magrebí. A eso se añade la gran presencia de empresas españolas del sector en Argelia, entre ellas Repsol, que cuenta con cinco campos de producción de crudo (que generan en conjunto unos 18.000 barriles diarios) y dos perímetros exploratorios.

Cepsa también explora y produce allí crudo (para lo que cuenta con tres yacimientos, entre ellos el segundo mayor jamás descubierto en Argelia) y gas, ya que participa en el campo de Timimoun, tiene derechos de exploración en el bloque Rhourde el Rouni II y forma parte de Medgaz, el gasoducto submarino que une Argelia con Europa a través de España. En el accionariado de la sociedad que gestiona esa importante infraestructura también figura Naturgy, cuyo principal proveedor de gas natural es Argelia.

“España siempre ha considerado que [la situación en Argelia] es una cuestión interna, y el Gobierno español apoya el proceso electoral que se va a celebrar el próximo 12 de diciembre”, señaló el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras una reunión con su homólogo argelino el pasado 28 de noviembre.

HRW pide la liberación de un activista del Hirak condenado a un año de cárcel

La organización internacional de defensa de los derechos humanos Human Rights Wacht pidió la liberación del opositor argelino, miembro del Hirak, Kaddour Chouicha, detenido el pasado martes y condenado a prisión el mismo día. En un mensaje a los medios, Sarah Leah Whitson, directora de HRW para Oriente Medio y el norte de África, argumentó que Chouicha "parece que fue condenado simplemente por criticar a las Fuerzas Armadas", que controlan el país desde la independencia de Francia en 1962.
Según la organización, más de 120 personas han sido arrestadas por el régimen desde el inicio de las protestas, especialmente en los últimos seis meses, entre ellas conocidos políticos y activistas como Lakhdar Bouregga, fundador del partido opositor Frente de Fuerzas Socialistas (FSS).

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