Miles de manifestantes se han lanzado a la calle para denunciar que la nueva ley de hidrocarburos supone un “robo” de los recursos del país

Argelia revive los ideales de la revolución

photo_camera AFP/ RYAD KRAMDI - Manifestantes argelinos durante una protesta cerca del edificio del Parlamento en Argel el 13 de octubre de 2019

El sentimiento de lucha y reivindicación ha revivido estos días en las calles de Argelia para oponerse a una ley de hidrocarburos que liberaliza la inversión extranjera en el sector y que miles de ciudadanos consideran que desembocará en un “robo” de los recursos a manos de multinacionales extranjeras. La intención del Gobierno es atraer nuevas inversiones extranjeras, hacer el país más competitivo eliminando impuestos y simplificando procedimientos administrativos. 

La Argelia de hoy en día poco tiene que ver con el país que se independizó de Francia en 1962. Tras una guerra de liberación que duró ocho años, en 1963 se proclamó una Constitución que estableció una orientación socialista del país. El Frente de Liberación Nacional (FLN) se convirtió en el partido único. Se nacionalizaron las propiedades de los franceses y de sectores estratégicos. En línea con esta política, el presidente Houari Boumedienne nacionalizó en 1968 las empresas de prospección, extracción y comercialización de hidrocarburos líquidos y gaseosos. 

Manifestantes argelinos se enfrentan a policías antidisturbios durante una protesta cerca del edificio del Parlamento en Argel el 13 de octubre de 2019

Más de medio siglo después, una nueva ley, que ya está redactada y ha sido aceptada por un consejo de ministros interino, liberaliza el mercado energético a las empresas extranjeras al eliminar la norma que establecía que el reparto de las propiedad de las compañías debía ser de 51% para el inversor argelino, según la agencia Efe. Además se facilitará la búsqueda y explotación del gas esquisto en un intento de diversificar la economía del país, en el que más de un 90% de las exportaciones están compuestas por gas y petróleo y representan un 60% del presupuesto del Estado. 

La ilegitimidad del actual Gobierno y la incertidumbre de cara a unas nuevas elecciones presidenciales, que no aprueban millones de argelinos, son las principales barreras que deberá superar la nueva ley. Según el analista Raouf Farrah, la ciudadanía sospecha que las autoridades quieren atraer inversión extranjera malvendiendo los recursos energéticos del país y obtener así un dinero necesario para su supervivencia. 

Manifestante porta un cartel de protesta en Argel el pasado día 13

Las autoridades han mantenido gran opacidad sobre el contenido de la nueva norma, según el diario francés Le Monde, lo que ha provocado que se haya desatado la cólera en la calle. El Gobierno sí que ha acordado las principales líneas del nuevo proyecto con empresas energéticas como Total, Exxon, ENI o la española Repsol. España es el segundo mayor cliente exportador de Argelia y le compra hasta un 50% del gas que se consume en el país, según la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Por ello hay una gran presencia de empresas españolas del sector gasista en Argelia, entre ellas Repsol, que cuenta con cinco campos de producción de crudo. Además, también tiene una participación en el macroproyecto Reggane, que incluye seis campos de gas situados al sudeste de Argelia y que proporciona hasta un 10% de la demanda española de gas. Cepsa también explora y produce allí crudo (cuenta con tres yacimientos). 

Miedo a la inestabilidad política

La española Repsol anunció este verano que le preocupaba la situación de Argelia, donde la exposición patrimonial de la empresa alcanza los 801 millones. “Las protestas sociales que comenzaron el 22 de febrero han propiciado la dimisión del presidente Abdelaziz Buteflika. Dado el carácter pacífico de las protestas, no se esperan impactos a nivel operacional, más allá de una posible ralentización en el proceso de toma de decisiones como consecuencia de la probable reorganización institucional”, afirmaba la empresa. La empresa española Naturgy, antigua Gas Natural, manifestó el pasado marzo que no tenía cortes en el suministro pese a la situación política de Argelia aunque sí que aclaró que dispone de un plan de contingencia para garantizar el abastecimiento de gas por otras vías si fuera necesario. 

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