Los siete líderes mundiales han presentado una declaración final en la que recalcan el éxito del encuentro y su “gran unidad”

Comercio, Irán, Ucrania, Libia y Hong Kong: los resultados del G7

photo_camera G7 OFFICIAL SITE - Fotografía de los líderes del G7 en la primera reunión de la cumbre, el 24 de agosto de 2019

Tras tres días de cumbre, la 45ª edición del G7 ha llegado a su fin con la declaración final conjunta de los miembros del grupo: “Los líderes del G7 desean subrayar su gran unidad y el espíritu positivo de los debates. La Cumbre del G7 organizada por Francia en Biarritz ha producido con éxito acuerdos de los jefes de Estado y de Gobierno”, comienza el comunicado. La nota se divide, así, en cinco capítulos diferenciados: Comercio, Irán, Ucrania, Libia y Hong Kong, que ilustran los puntos en los que los dirigentes han alcanzado un entendimiento. 

El comercio

En primer lugar, referente al comercio, la declaración expone lo siguiente: “El G7 está comprometido con el comercio mundial abierto y justo y con la estabilidad de la economía global. El G7 solicita que los Ministros de Finanzas supervisen de cerca el estado de la economía global. Por lo tanto, el G7 desea revisar la OMC (Organización Mundial del Comercio) para mejorar la eficacia con respecto a la protección de la propiedad intelectual, resolver las disputas con mayor rapidez y eliminar las prácticas comerciales desleales. El G7 se compromete a alcanzar en 2020 un acuerdo para simplificar las barreras regulatorias y modernizar los impuestos internacionales en el marco de la OCDE”. 

Además de estas proclamas, cabe destacar que Francia y Estados Unidos han logrado un entendimiento para solventar sus diferencias sobre la imposición de impuestos galos a las grandes tecnológicas estadounidenses, como Facebook, Amazon o Google. La tasa, aprobada en julio y estipulada en un 3%, se eliminará una vez que se alcance un nuevo acuerdo internacional sobre impuestos digitales, según ha explicado Macron. 

Asimismo, esta edición del G7 se ha caracterizado por el entendimiento en materia de acuerdos comerciales: Estados Unidos y Japón han anunciado un “gran acuerdo comercial”; Estados Unidos y Reino Unido han debatido la “posibilidad de un acuerdo comercial” tras el Brexit que, además, se nutre de grandes expectativas; y Estados Unidos y Canadá han abordado la reconversión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por sus siglas en inglés) al Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (USMCA, por sus siglas en inglés), que actualmente se encuentra en una fase de trabajos de ratificación.

El presidente francés Emmanuel Macron y el presidente estadounidense Donald Trump, durante una conferencia de prensa, en el tercer día de la Cumbre anual del G7, el 26 de agosto de 2019
Irán

“Compartimos plenamente dos objetivos: garantizar que Irán nunca adquiera armas nucleares y fomentar la paz y la estabilidad en la región”, expone el comunicado sobre esta cuestión. En el día de ayer, al término de la cumbre, saltaba la noticia: el presidente estadounidense, Donald Trump, se mostraba dispuesto a reunirse con el presidente iraní, Hasan Rohaní, en las próximas semanas “si las circunstancias son correctas”.

Este martes se ha conocido la respuesta del mandatario persa: “la clave para los desarrollos positivos en las relaciones de los dos países está en manos de Washington”, aludiendo a que, para que el encuentro se produzca, la Administración Trump debe “eliminar todas las sanciones” impuestas a Irán. “Nuestra política es clara: si vuelven a sus compromisos, nosotros también lo haremos y buscaremos solucionar los problemas por una vía razonable”, aseveró Rohaní, quien también aseguró que, con la posible reunión con Donald Trump, no están “buscando simplemente tomarnos una foto con alguien”. 

No obstante, el ministro iraní de Asuntos Exteriores, Javad Zarif, quien además estuvo presente en Biarritz durante el transcurso de la cumbre ha asegurado que un encuentro entre los dos mandatarios es “inimaginable”: “Les dije en Biarritz que no se celebrará ninguna reunión [entre Rohaní y Trump]”. 

El presidente iraní, Hasan Rohaní
Ucrania

Sobre el conflicto en Ucrania, activo desde finales de 2013 y principios de 2014, el resultado del G7 es el siguiente: “Francia y Alemania organizarán una cumbre en el formato de Normandía en las próximas semanas para lograr resultados tangibles”
Esta iniciativa sigue la línea manifestada por el presidente francés, Emmanuel Macron, durante una reunión bilateral que mantuvo con su homólogo ruso, Vladimir Putin, el 19 de agosto en la fortaleza de Bregancon, en el sur de Francia. 

“Hay una oportunidad real de poner fin al conflicto que ha estado ocurriendo durante cinco años”, aseguró Macron en el marco de dicho encuentro, refiriéndose a la elección de Volodymyr Zelensky como nuevo presidente de Ucrania en los últimos comicios. “Las relaciones entre Rusia y la Unión Europea son irritantes por un tema de desacuerdo como Ucrania, por eso es un problema que tenemos que resolver”, señaló el mandatario francés. Por su parte, Putin optó por mostrar un optimismo cauteloso: “Hablaré [con Macron] sobre mis conversaciones con el nuevo presidente de Ucrania. Hay cosas de las que vale la pena hablar y temas dignos de discusión”, aseguró el presidente ruso.

Cabe recordar, en este punto, que el formato de Normandía consiste en una cumbre a cuatro bandas entre Francia, Alemania, Rusia y Ucrania. El grupo se creó el 6 de junio de 2014, aprovechando la presencia de los cuatro países en la celebración del 70 aniversario del Desembarco de Normandía y coincidiendo en el tiempo, además, con el estallido de la Guerra del Donbás, iniciada tras la declaración de independencia de las regiones de Donetsk y Lugansk.

El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente de Francia, Francois Hollande, posan para una foto familiar durante las conversaciones de paz en Minsk, el 11 de febrero de 2015
Libia

Apoyamos una tregua en Libia que conduzca a un alto el fuego a largo plazo. Creemos que solo una solución política puede garantizar la estabilidad de Libia. Llamamos a una conferencia internacional bien preparada para reunir a todas las partes interesadas y actores regionales relevantes para este conflicto. Apoyamos, a este respecto, el trabajo de Naciones Unidas y la Unión Africana para establecer una conferencia inter-libia”. Con estas afirmaciones, el G7 se ha referido al conflicto libio, cuyas raíces se sitúan en el año 2011, cuando se produjo la caída del régimen de Muamar El-Gadafi y el país se convirtió en un Estado fallido.

Desde entonces, la nación se ha configurado como un campo de batalla en el que pugnan por el control del poder – y los yacimientos petroleros – numerosos bandos, a saber: el Gobierno auspiciado por la ONU en Trípoli liderado por Fayez Sarraj, el Ejército de Liberación Nacional libio (LNA, por sus siglas en inglés) comandado por el mariscal Jalifa Haftar, las milicias insurgentes y los grupos terroristas y los ‘señores de la guerra’, que controlan porciones del territorio. La violencia se recrudeció en el mes de abril, cuando Haftar lanzó una ofensiva con el objetivo de tomar la capital, Trípoli.

Cinco meses más tarde, los combates siguen enquistados, a pesar de que Haftar ha anunciado que se ha encontrado en reiteradas ocasiones “a punto” de hacerse con el control de la capital libia. Ahora, las últimas informaciones indican que las tropas gubernamentales están recuperando posiciones, al tiempo que fuerzan a los efectivos del LNA a replegarse. De hecho, este viernes se conocía que 17 soldados pro-Haftar se han entregado al Gobierno de Trípoli, según publicó Anadolu Agency.

Un combatiente leal al internacionalmente reconocido Gobierno libio del Acuerdo Nacional (GNA) dispara una ametralladora pesada durante los enfrentamientos contra las fuerzas leales al hombre fuerte Jalifa Haftar
Hong Kong

A las puertas de septiembre, se han cumplido tres meses desde que comenzaran las protestas masivas en Hong Kong contra la presidenta del Gobierno local, Carrie Lam, y su ley de extradición. Las manifestaciones, lejos de amainarse, continúan irrumpiendo con fuerza en las principales arterias de la Región Administrativa Especial y bloqueando las instituciones públicas y el aeropuerto. Hace siete días, Lam anunciaba su disposición a crear “una plataforma de diálogo” con el pueblo para “escuchar lo que la gente tenga que decir”. Ahora, y tras nuevas protestas que han sacudido Hong Kong este fin de semana – con 86 detenidos, incluido un niño de 12 años – Lam ha comparecido para advertir de que su Gobierno “no ha perdido el control”, al tiempo que ha asegurado que restaurará “la ley y el orden”.

“El G7 reafirma la existencia y la importancia de la Declaración conjunta chino-británica de 1984 sobre Hong Kong y pide que se evite la violencia”, expone la nota final del G7, haciendo referencia al documento por el que se estableció la Región Administrativa Espacial, a la que se le otorgaron una serie de derechos, como un alto grado de autonomía, excepto en asuntos exteriores y de defensa; o el mantenimiento de un sistema capitalista y su naturaleza de centro financiero internacional. Cabe explicar, sin embargo, que la declaración conjunta estipula que este paquete de libertades se mantendría sin cambios únicamente durante un periodo de 50 años, hasta el año 2047.

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Geng Shuang, ha transmitido la respuesta del gigante asiático a este comunicado conjunto del G7: “Nadie su preocupa más por la prosperidad y la estabilidad de Hong Kong que los ciudadanos hongkoneses y los demás ciudadanos chinos. Podemos ocuparnos bien de nuestros propios asuntos. Le pido a los miembros del G7 que dejen de meterse en los asuntos de los demás con intenciones maliciosas”, ha apuntado el funcionario. Desde Pekín han aseverado, en esta línea, que los derechos contemplados en la declaración de 1984 ya han sido completados. 

La directora general de Hong Kong, Carrie Lam, en una conferencia de prensa en Hong Kong, China, el 27 de agosto de 2019

Otras materias, que no aparecen reflejadas en la declaración final, también se han abordado a lo largo de la cumbre. Es el caso, por ejemplo, de los incendios del Amazonas, sobre los cuales el G7 acordó un paquete de apoyo financiero inmediato valorada en 20 millones de dólares (unos 18 millones de euros), que se configuraría como la primera fase de la ayuda, pues la segunda se correspondería con una iniciativa formal presentada ante la Asamblea General de Naciones Unidas orientada a la reforestación.

El Gobierno de Jair Bolsonaro, mandatario que ha protagonizado un encontronazo con el presidente francés, Emmanuel Macron, ya ha rechazado la ayuda, alegando que no la habían solicitado y que dichos medios podrían ser utilizados mejor en la reforestación de Europa. Estas palabras fueron pronunciadas por el jefe de Gabinete de la presidencia brasileña, Onyx Lorenzoni, quien también lanzó un dardo envenenado contra el dirigente francés: “Macron ni siquiera puede evitar un incendio predecible en una iglesia que es Patrimonio de la Humanidad, ¿y quiere darnos lecciones para nuestro país?”, apostilló el político.
 

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