El embajador estadounidense ante la Unión Europea, Gordon Sondland, ha sido el último en reconocer las presiones a Ucrania

Donald Trump acumula testimonios comprometedores en su contra

AP/CAROLYN KASTER - El entonces presidente electo Donald Trump, a la derecha, y el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani, en una foto de archivo del 20 de noviembre de 2016

El 25 de septiembre la presidenta de la Cámara de los Representantes, Nancy Pelosi, anunció la apertura de una investigación formal de juicio político -el denominado impeachment- contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. 23 días después, se siguen conociendo informaciones que podrían poner, cada vez más en peligro, la durabilidad del mandatario en la Casa Blanca.

Una exclusiva publicada por la cadena NBCN News reveló que el embajador estadounidense en la Unión Europea, Gordon Sondland, iba a testificar ante el Congreso contra el abogado personal de Trump, Rudy Guiliani, implicado en la trama ucraniana desde que declaró, abiertamente, que “había planeado reuniones con los nuevos líderes de Ucrania [el presidente Volodymyr Zelensky] para impulsar investigaciones que pudieran ayudar a Trump”. Esto ya tuvo una repercusión inmediata: se inició una investigación conjunta por parte de tres comités de la Cámara de Representantes sobre las actividades de Guiliani en Ucrania, quien ya estaba sometido a una investigación previa por parte del FBI, entre otras agencias. De acuerdo con la CNN, los resultados preliminares de dicha proceso arrojaron “preocupaciones de contrainteligencia dentro del FBI”.

El embajador de Estados Unidos en la UE, Gordon Sondland, posa en la sede de la Comisión de la UE en Bruselas, Bélgica, el 4 de junio de 2019

En concreto, NBCN News tuvo acceso al borrador del testimonio preparado por Sondland. “Comprendí que el presidente dirigió la participación del Sr. Guiliani, que el Sr. Guiliani estaba expresando las preocupaciones del presidente”, se podía leer en el documento. De esta forma, queda explícito que el embajador “finalmente se enteró de que Giuliani, lejos de trabajar de forma independiente, estaba avanzando en los objetivos de Trump cuando presionó para que Ucrania investigara a los rivales políticos del presidente”, explica el analista de la cadena Josh Lederman. Su testimonio se produce tras haber sorteado diversos obstáculos, como los intentos de bloqueo por parte del Departamento de Estado o por parte, directa, de la Casa Blanca, que le impidió testificar en su primera vista, fechada el 8 de octubre.

“No entendí, hasta mucho más tarde, que la agenda del Sr. Guiliani también podría haber incluido un esfuerzo para incitar a los ucranianos a investigar al vicepresidente Biden o su hijo, o involucrar a los ucranianos, directa o indirectamente, en la campaña de reelección del presidente [Trump] en 2020”, postula el borrador del testimonio. “Nuestra opinión era que los hombres y mujeres del Departamento de Estado, no el abogado personal del presidente, deberían asumir la responsabilidad de todos los aspectos de la política exterior de Estados Unidos hacia Ucrania”, se podía leer también en documento consultado por NBCN.

Cabe recordar, en este punto, que todo comenzó cuando se hizo público que el mandatario estadounidense “había tratado de llamar la atención durante meses sobre la conexión entre el exvicepresidente Joe Biden [y candidato a los comicios presidenciales previstos para el año que viene] y su hijo Hunter y sobre los lazos del joven Biden con una compañía de energía ucraniana cuando era vicepresidente de la empresa”. Para ello, se conoció que intentó presionar a las autoridades ucranianas, entre ellas, al presidente Zelensky, para que su sistema judicial iniciara investigaciones que perjudicaran la imagen de Biden de cara a la campaña electoral, pues se configura como uno de los rivales más fuertes de Trump en la carrera presidencial. 

Esta combinación de imágenes de archivo muestra (de izquierda a derecha, de arriba abajo) a Donald Trump, Rudy Giuliani, Nancy Pelosi, Mike Pompeo, Adam Schiff y Volodymyr Zelensky

A todo esto, se le suma otra trama paralela -aunque parcialmente con el mismo objetivo-, protagonizada, también por Giuliani y por otras cuatro figuras relacionadas con él, todas ellas ya detenidas: David Correia, Lev Parnas, Igor Fruman y Andrei Kukushkin. Están acusados de, por un lado, realizar donaciones a candidatos republicanos para conseguir favores políticos; y, por otro lado, de intentar convencer a políticos estadounidenses para que orquestaran una campaña dirigida a la expulsión de la que por aquel entonces era la embajadora estadounidense en Ucrania, Marie Louise Yovanovitch.

En concreto, “Parnas y Fruman, así como Correia y Kukushkin, canalizaron el dinero de un empresario ruso a las campañas estadounidenses y de una conspiración para eludir los requisitos de financiación de la campaña mientras empujaban los intereses políticos ucranianos en Estados Unidos”, explican los corresponsales Evan Perez, Sara Murray y Shimon Prokupecz de la CNN.

Otro testimonio todavía pendiente es el que concierne a la subsecretaria adjunta de Defensa y subsecretaria adjunta para Rusia, Ucrania y Eurasia, Laura Cooper, quien tenía previsto comparecer ante los abogados de la Cámara de Representantes este viernes. Sin embargo, su testimonio se ha aplazado hasta el día 24 de octubre.

Estas fotografias, cortesía de la Oficina del Sheriff de Alejandría en Virginia y publicadas el 10 de octubre de 2019, muestran a Lev Parnas (L) e Igor Fruman (R). - Parnas y Fruman
Puntos críticos

Además de los frentes abiertos de la trama ucraniana con los nuevos testimonios -y los que están por venir-, Donald Trump tiene que afrontar bajas señaladas dentro de su estructura de Gobierno. El secretario de Energía, Rick Perry, ha anunciado este jueves que abandonará su cargo a final de año, una decisión que ya ha sido confirmada por el presidente estadounidense: “Ya tenemos a su reemplazo. Rick ha hecho un trabajo fantástico”, señaló el mandatario. Aunque los motivos no se han hecho públicos, cabe destacar que su anuncio se ha producido un día antes de que se cumpliera la fecha límite -este viernes- para que presentara información ante la investigación de la Cámara de Representantes sobre su papel desempeñado en las relaciones con Ucrania y su presidente, Zelensky.

La semana pasada, Michael McKinley, el que fuera asesor principal del secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, presentó su renuncia por diversos motivos, entre ellos, porque “el Departamento de Estado no ofreció apoyo a los empleados del servicio exterior atrapados en la investigación de juicio político sobre Ucrania”, como recogió Bloomberg.
Asimismo, el pasado viernes 11 de octubre, dimitió el enviado especial de Estados Unidos para Ucrania, Kurt Volker, tras aparecer su nombre en la denuncia anónima que inició el proceso de impeachment. En el documento, se le identificaba a él como el funcionario que se reunió con delegados del Gobierno de Kiev, en un encuentro que se produjo tras la llamada de Donald Trump a Zelensky el 25 de julio y cuya transcripción se hizo pública. El objetivo de la reunión era que Volker -presuntamente- le diera a los representantes ucranianos las directrices sobre cómo gestionar las peticiones de Trump sobre la investigación a los Biden.

Con todos estos eventos sobre la mesa, las preguntas que se plantean ahora si el testimonio de Sondland puede estrechar, todavía más, el cerco sobre la figura de Donald Trump y si será la gota que colme el vaso que propicie su camino hacia la salida del Despacho Oval. Además, si las dimisiones se siguen produciendo -lo que provoca que pierda apoyos dentro de su Ejecutivo- el presidente quedaría debilitado. 

Los próximos pasos del impeachment 

Ante periodistas en el Capitolio, Nancy Pelosi ha reconocido este jueves, por primera vez, que “no tiene idea” sobre si el proceso de impeachment podrá concluir antes de que acabe el año. “El calendario dependerá de la verdad”, ha declarado la presidenta de la Cámara. 

En cualquier caso, los pasos a seguir son los siguientes: una vez terminada la investigación anunciada por Pelosi, de la que forman parte seis comités (Poder Judicial, Inteligencia, Medios y Formas, Servicios Financieros, Supervisión y Asuntos Exteriores), los demócratas tendrán que decidir si deciden enjuiciar al presidente Trump, presentándose como la parte acusadora. En caso afirmativo, tendrán que ofrecer sus opiniones a los comités sobre lo que creen que debería incluirse en los artículos del juicio político (impeachment), que tendrán que ser presentados por el presidente de la Judicatura de la Cámara de Representantes, Jerry Nadler.

Entonces, el Comité Judicial de la Cámara sopesará los artículos y, en función de ello, podrá programar una votación al respecto. Si cuenta con la mayoría de los apoyos, la Cámara presentará una acusación formal contra Donald Trump. Para condenar al mandatario y destituirlo de su cargo, es necesario que una mayoría de dos tercios del Senado vote a favor, algo poco probable, pues actualmente recae en el Partido Republicano.

El proceso ha sufrido un fuerte revés este jueves, cuando se ha conocido el fallecimiento del presidente de la Supervisión de la investigación, el congresista Elijah Cummings, quien también era un fortísimo aliado de Pelosi en el Congreso y estaba considerado como uno de los principales defensores e impulsores del impeachment. 
 

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