Egipto acogerá una reunión entre los dos Gobiernos enfrentados en Libia

Raúl Redondo

Pie de foto: El mariscal Jalifa Haftar, líder del Ejército Nacional de Libia.

Durante la situación de violencia que afecta a Libia, delegados de los dos Ejecutivos que aglutinan el poder en sus respectivas zonas del territorio libio, el Gobierno de Unidad Nacional, radicado en Trípoli, y el Ejecutivo sustentado por el Ejército Nacional de Libia (LNA, por sus siglas en inglés) y situado en Tobruk, protagonizarán seguramente una reunión en Egipto, concretamente en la capital de El Cairo, según comunicó Ali al-Qaidi, parlamentario de la Administración de Tobruk, a la agencia rusa de noticias Sputnik.

“Egipto está preparando actualmente una reunión entre diputados que apoyan al Ejército Nacional Libio, por un lado, y parlamentarios leales al Gobierno de Unidad Nacional, por otro lado”, aseveró Al-Qaidi. En principio, se ha aventurado que el encuentro dará comienzo el 13 de julio y finalizará el próximo lunes 15.

Todo ello para poner solución a la difícil situación que atraviesa Libia, sumida en una crisis desde el derrocamiento de su principal líder durante buena parte de la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, Muamar el Gadafi, en 2011, lo que marcó el comienzo de enfrentamientos violentos entre facciones rivales. El vacío de poder que sufre Libia, uno de los países más ricos en petróleo, desde la caótica intervención internacional que acabó con Gadafi, ha sido un caldo de cultivo para que diversos grupos terroristas, mafias internacionales, tribus locales y elementos que se dedican al tráfico de migrantes irregulares desde África a Europa ejerzan su libre acción sobre un territorio sin mando y orden alguno.

La ofensiva liderada por el mariscal Jalifa Haftar, líder del LNA, quien pretende acabar tomando la capital libia para acaparar el poder y descabalgar al Gobierno de Trípoli, ha logrado ya conquistas en suelo libio; gracias a la financiación y apoyo militar exterior y al control de campos petrolíferos clave.

El Gobierno de Unidad Nacional, reconocido en 2015 como legítimo por el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), apoyado por milicias islamistas y presidido por Fayez Sarraj, afronta el enfrentamiento con la Cámara de Representantes, parlamento unicameral con sede en la ciudad de Tobruk (al noreste del país), que proclamó su propio Gobierno, apoyado por el Ejército Nacional de Libia de Haftar; facción que no reconoce el resultado electoral de 2015.

A principios de abril pasado, Libia accedió a una nueva fase violenta después de que Haftar diera órdenes de atacar Trípoli para "liberarla de terroristas". Los destacamentos del Gobierno de Unidad Nacional respondieron con la operación ‘Volcán de Ira’ contra las tropas de Haftar, en una reciente espiral de violencia que causó alrededor de 1.050 muertos y más de 5.500 heridos.

La acción militar que se desarrolla en Libia acarrea muchos problemas añadidos a los que ya sufren los ciudadanos libios y los de otras naciones afectadas, y pone en duda la poca autoridad que se le supone a la ONU actualmente.

El control del petróleo libio es clave debido a la gran calidad y la fácil extracción de este. Es un elemento importante en esta guerra que dura ya ocho años y que, incluso, enfrenta a países socios de la Unión Europea (UE) y aliados en el Tratado del Atlántico Norte (OTAN), como son Francia e Italia, naciones que tienen claros intereses sobre el terreno. Por su parte, Estados Unidos mantiene una posición ambigua.

Actualmente, el mariscal Haftar, antiguo colaborador de Gadafi y repudiado por sus rivales y los islamistas de la región del norte de África, significa una clara opción para ejercer el liderazgo en Libia gracias a sus operaciones militares en la zona oriental de Bengasi y Sirte, donde consiguió controlar el 70% del territorio libio y expulsar a diversas milicias islamistas.

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