Un informe de la consultora Dinar Standard presentado este jueves en Casa Árabe calcula que los musulmanes gastaron 2,2 billones de dólares en productos islámicos en 2018

El crecimiento de las inversiones impulsa la economía islámica a escala mundial

photo_camera PHOTO/ CELIA LÓPEZ - Presentación del informe sobre el Estado Global de la Economía Islámica este jueves en Casa Árabe

Las inversiones en empresas de economía musulmana, aquellas que producen según las reglas del islam, crecieron hasta un 399% y llegaron a los 1.200 millones de dólares, según los datos recogidos por la consultora Dinar Standard incluidos en el séptimo informe sobre el Estado Global de la Economía Islámica presentado este jueves en Casa Árabe. Además, los musulmanes gastaron hasta 2,2 billones de dólares en este tipo de productos el año pasado.

Estas ventas van mucho más allá de la conocida comida halal; también están incluidos productos farmacéuticos, moda, cosméticos, finanzas, turismo y ocio. Los consumidores de todos estos bienes y servicios son más de 1.800 millones de personas en todo el mundo, según indican los datos de Dinar Standard. 

El filón económico de los productos islámicos empieza a ser explotado fuera de los países en los que más musulmanes residen y muchos países empiezan a desarrollar políticas de impulso de este tipo de industria. “El sector halal se está diversificando. México está empezando ahora, República Dominicana, Argentina... cada vez hay más productores”, ha explicado Saeed Kharbash, CEO del Centro de Desarrollo Económico de Dubái, durante la presentación del informe.

Los países mejor posicionados en la industria de productos musulmanes son Malasia, Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Arabia Saudí, según el informe sobre El Estado Global de la Economía Islámica. Uno de los países que más ha mejorado ha sido Indonesia, que ha pasado del décimo puesto de la clasificación al quinto. Turquía también avanza y ha conseguido mejorar dos puestos en el ránking global. 

PHOTO/CELIA LÓPEZ - Presentación del informe sobre el Estado Global de la Economía Islámica este jueves en Casa Árabe

Un Gobierno que ha apostado claramente por la producción de la comida halal es Tailandia, a pesar de que la población musulmana en el país es de apenas un 2%. Además, Arabia Saudí ha incluido en su plan de modernización Visión 2030 un fuerte de desarrollo de la economía islámica. Filipinas está trabajando en un nuevo sello halal para impulsar sus exportaciones y Corea del Sur está apoyando el desarrollo de los cosméticos y la industria farmacéutica halal. Indonesia está trabajando poner en marcha una certificación halal obligatoria para todos los productos que se vendan en su territorio. Será uno de los grandes cambios que se producirá para este tipo de bienes en un país de 270 millones de personas con una mayoría de creyentes musulmanes. 

“Tailandia está siguiendo una agenda halal y se ha convertido en un lugar de referencia. Singapur quiere hacerse un hueco en las finanzas islámicas y está desarrollando planes para potenciar este sector y Malasia también quiere implementar esta banca”, ha afirmado Kharbash, que ha recalcado que no es necesario ser musulmán para invertir y apostar por productos dirigidos a la población musulmana. “Tailandia es el ejemplo más claro de esto. Este es un mercado con mucho potencial y todos pueden aprovecharse de él”, ha explicado Kharbash. 

La población musulmana está creciendo año tras año en el mundo y eso ofrece grandes posibilidades a las empresas e inversores que quieran sumarse a invertir en este tipo de empresas. Además, fuera de los países musulmanes hay muchos consumidores que tienen una herencia musulmana y quieren consumir de acuerdo a la ley islámica, como por ejemplo Francia. 

Pero para aprovechar esta oportunidad también hay que prepararse. “Las certificaciones halal van a ser imprescindibles para hacerse un hueco en este mercado”, ha advertido Isabel Romero, directora del Instituto Halal de Córdoba, durante la presentación del informe. 

Romero ha señalado que España tienen la oportunidad de convertirse en uno de los grandes productores de halal pero es necesario de que el país se conciencie de la necesidad de seguir los procedimientos y acreditar que toda la producción respeta los preceptos y las leyes islámicas. “España tiene que darse prisa si no quiere perder este tren porque los Gobiernos cada vez van a ser más rigurosos y estrictos con la aplicación de las normas”, ha asegurado Romero. 

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