La medida ha sido ampliamente criticada por la oposición y por grupos en defensa de los derechos humanos

Indonesia retrasa su restrictiva reforma del Código Penal

photo_camera REUTERS /DARREN WHITESIDE - El presidente Joko Widodo, reelegido el pasado abril, ha generado mucha controversia por su proyecto de reforma del Código Penal

Joko Widodo se lo piensa. El presidente de Indonesia, que también controla el poder ejecutivo del país, ha decidido esperar unas semanas para aprobar su reforma del Código Penal. El proyecto elaborado por su Gobierno ha sido tildado de “conservador, abusivo y desastroso” por el activista pro derechos humanos Andreas Harsono, integrante de la organización Human Rights Watch. Miles de personas se han manifestado durante semanas en Yakarta y otras ciudades principales de Indonesia para protestar por la iniciativa gubernamental.

De este modo, Widodo se muestra dispuesto a enterrar uno de sus proyectos estrella… pero no se sabe exactamente a qué profundidad ni durante cuánto tiempo. El jefe de Estado no ha sido demasiado preciso en sus explicaciones. Ha sugerido que el texto podría ser discutido por el legislativo bien cuando se hubiese formado el nuevo Parlamento -el próximo mes de octubre-, bien cuando se tenga una idea más clara de “lo que quiere el país”. Nada demasiado concreto, pero que sitúa el inicio de la próxima legislatura como una fecha importante, al menos previsiblemente. Además, el asunto de la reforma del Código Penal lleva cerca de veinte años estancado -la ley actual data de tiempos de la Administración colonial neerlandesa.

Protestas_Indonesia_Jokowi

El aplazamiento dejará más tiempo a los partidos de la oposición para negociar los puntos más controvertidos, pero no asegura su modificación sobre el papel. A pesar del rechazo que ha generado en sectores de la población relativamente amplios, sobre todo entre los jóvenes, el proyecto de reforma también tiene sus partidarios. El Partido Indonesio Democrático de la Lucha, en el que milita Widodo, será el que tendrá una mayor presencia parlamentaria en la próxima legislatura. Oficialmente, contará con el apoyo de las formaciones más conservadoras; fuera de las instituciones, su postura estará respaldada por las influyentes organizaciones religiosas del país, como Nadhlatul Ulama.

El incremento de la presencia de la religión en la vida civil ha sido, precisamente, uno de los puntos más criticados del texto propuesto desde el Ejecutivo. En su segundo artículo, autorizaba a los consejos locales a introducir ciertas leyes inspiradas en la sharía, como la obligación para las mujeres de llevar hiyab. El documento también perseguía las relaciones sexuales y la convivencia de la pareja fuera del matrimonio -un año y seis meses de cárcel, respectivamente. También anulaba supuestos en los que se permitía la interrupción del embarazo. Además, aunque no lo mencionaba explícitamente, proporcionaba base legal para oficializar la persecución de personas pertenecientes al colectivo LGTBI+, según ha denunciado Human Rights Watch.

La intención del Gobierno era expandir la Ley de Blasfemia de 1965, en vigor en la actualidad, que castiga la disidencia del discurso religioso dominante -en Indonesia, el islam suní. La persecución política no acababa ahí: la proposición de reforma contemplaba, asimismo, castigar los insultos a la figura del presidente y el vicepresidente, así como la persecución de asociaciones de ideología leninista.

Jokowi_Codigo Penal

Diversos medios han apuntado a que el nuevo Código Penal habría sido totalmente perjudicial no solo en términos sociales, sino también económicos. La isla de Bali es uno de los grandes centros turísticos del sudeste asiático; recibe unos seis millones de visitantes cada año. La penalización de las relaciones sexuales pre o extramatrimoniales representaría un varapalo importante para la industria local.

En llamas (metafórica y literalmente)

La fallida reforma del Código Penal no es el único frente que ha tenido abierto el Ejecutivo de Yakarta en la última semana. La provincia de Papúa Occidental, que limita con Papúa Nueva Guinea, pero pertenece a Indonesia, ha registrado revueltas ciudadanas en los últimos días. Los enfrentamientos entre partidarios de la autonomía, en su mayoría, indígenas, y las milicias a favor de la centralización se han dejado sentir. El pasado lunes 23, 20 personas murieron durante manifestaciones violentas en las ciudades de Jayapura, la capital de la región, y de Wamena. Tres de los muertos, según Al Jazeera, han sido asesinados por la Policía.

Fuegos_Sumatra_

Además, las islas de Sumatra y Borneo llevan varios días ardiendo, como consecuencia de los incendios provocados por los agricultores para ganar terreno a la selva tropical. Cerca de un millón de personas han tenido que ser atendidas por problemas respiratorios. Los incendios también han agravado la situación de ecosistemas y especies en peligro, como las poblaciones de orangutanes de Borneo, en peligro crítico de extinción.

Los focos han sido tan potentes que el humo ha llegado a los países vecinos. Malasia, de hecho, ha tenido que cerrar algunas escuelas de zonas rurales debido a la contaminación generada, lo que ha ocasionado algún pequeño roce diplomático. El humo también se ha extendido hasta Singapur y la parte más meridional de Myanmar.
 

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