Kobane se convierte en un desafío crucial para los kurdos de Siria y Turquía

Por Samira Maaluf 
Foto: La ciudad de Kobane asediada por los yihadistas del Estado Islámico. 
 
La tercera ciudad de Siria, Kobane, donde vive una mayoría kurda, está a punto de caer en manos de los yihadistas del Estado Islámico (EI). La comunidad internacional, una vez más, cierra los ojos ante un cirmen y deja en manos de la resistencia kurda la defensa de Kobane. Estado Unidos considera que esta ciudad no es estratégica para sus intereses en Siria. Ankara no piensa intervenir militarmente para liberar Kobane de las hordas criminales del EI, lo que ha desatado violentas protestas por parte de los kurdos de Turquía que han provocado más de 20 muertos.  Los kurdos, un pueblo sin Estado que malvive en varios países, son la carne de cañón de las potencias occidentales en los conflictos de Irak y Siria. Los kurdos se creen a medias las promesas de ayuda y solidaridad  que han hecho  algunos dirigentes de la coalición internacional que bombardea posiciones del EI en Siria e Irak. Turquía aceptaría una invasión terrestre de Siria si otras potencias apoyaran esta iniciativa, pero ni Washington ni sus aliados  están por la labor. Los kurdos de Kobane se las tendrán que apañar solos. En el mejor de los casos cuentan con el apoyo de sus hermanos de Turquía. Kobane, que también se conoce con el nombre árabe de Aïn al-Arab, lleva tres semanas aguantando las embestidas yihadistas. La bandera negra de los asesinos y delincuentes del EI  ondea en la ciudad. Desde territorio turco se ven  columnas de humo que anuncian malas noticias. Los kurdos hacen lo que pueden pero están mal equipados militarmente. Disponen de algunos misiles antitanque, como los Milan franceses, pero la mayoría de sus armas son ligeras. Los combatientes son valientes y no están dispuestos a rendirse, pero el enemigo es más poderoso. Los yihadistas tienen armas potentes, recuperaron tanques y blindados que fueron entregados por Estados Unidos al Ejército iraquí. También tienen artillería pesada y hombres bien entrenados y dispuestos a matar que han venido desde el cuartel general yihadista en Raqqa, en el norte de Siria.  
 
Avance yihadista 
Los yihadistas  ocuparon muchos pueblos -unos 70- antes de asediar Kobane, y de esa forma lograron construir una potente retaguardia. Las unidades kurdas que protegen a la población y dependen del Partido de la Unidad Democrática (PYD) no supieron proteger los pueblos. Los bombardeos de la coalición internacional capitaneada por Estados Unidos apenas frenan la actividad de los yihadistas en Kobane y zonas cercanas a la ciudad. Kobane no es una población cualquiera. Es desde hace tiempo un símbolo de la resistencia kurda frente a la barbarie de los Estados autoritarios de Siria, Irak y Turquía y de los yihadistas y otros fanáticos. El millón y medio de kurdos que viven  a lo largo de los 900 kilómetros de frontera que separan a Siria de Turquía no pueden abandonar Kobane a su suerte, porque sería como condenarse ellos mismos a no tener ningún tipo de futuro. Si cae Kobane, el Kurdistán sirio no podrá ser una entidad autónoma como lo es el Kurdistán iraquí. “Estamos armados para proteger nuestro territorio y combatiremos para defender a nuestro pueblo”, asegura Salih Muslim, presidente  del PYD, que mantiene una postura ambigua sobre el régimen de Bashar al-Asad y se encuentra políticamente muy cerca de los kurdos del PKK de Turquía. El PKK, desde 1984, lucha militarmente contra Ankara. Hace dos años, el Gobierno turco inició negociaciones con el PKK para acabar con el conflicto armado, que ha provocado la muerte de unas 40.000 personas. El líder del PKK,  Abdullah Ocalan, está en la cárcel desde 1999. Hace unos días, el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, aseguró que su país quiere evitar a toda costa la caída de Kobane, pero pidió una operación militar terrestre de la coalición internacional para frenar a los yihadistas. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que mantiene buenas relaciones con los kurdos iraquíes de Massoud Barzani, dice  lo mismo  que su primer ministro, pero quiere evitar que el PKK disponga de un territorio a lo largo de la frontera turca con siria a través del partido hermano PYD. Estados Unidos, la OTAN, la Unión Europea (UE) miran para otro lado. La tragedia en Kobane está a la vuelta e la esquina.  
 
Terroristas muertos en Argelia 
Por otra parte, según informa Ahmed Brahim desde Argel, el Ejército Nacional Popular (ANP) mató a tres terroristas  en la región de Bouira este viernes. Según informó el Ministerio de Defensa, la operación se llevó a cabo en “el marco de la lucha antiterrorista y durante un rastreo” cerca de la presa de Asserdoun, al sur de Lakhdaria. Los militares recuperaron varios fusiles automáticos, municiones y teléfonos móviles. En España, el Gobierno decidió enviar 300 militares a Irak para instruir al Ejército de ese país. 10 después de la retirada de las tropas  -ordenada por el presidente José Luis Rodríguez Zapatero en abril de 2003-,  los soldados españoles volverán a pisar Irak. Pero esta vez no irán en misión de combate, sino de instrucción. El envío de este contingente supondrá la incorporación efectiva de España a la coalición internacional encabezada por Estados Unidos para frenar el avance de los yihadistas, que en junio pasado tomaron la ciudad de Mosul, la segunda del país, ante el desmoronamiento del Ejército iraquí. El ministro de Defensa, Pedro Morenés, comparecerá ante el Congreso para ofrecer detalles de la operación y solicitar la preceptiva autorización parlamentaria, según lo previsto en la Ley Orgánica de la Defensa Nacional, de 2005. En principio, el respaldo del Congreso está garantizado pues, además de la mayoría absoluta del PP, la decisión cuenta con el apoyo del PSOE y de otros grupos. 

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