La crisis entre Marruecos y la ONU por el Sáhara preocupa al Polisario

Paco Soto

Pie de foto: Tropas del Frente Polisario

El Frente Polisario, movimiento político apoyado por Argelia que reivindica la independencia del Sáhara Occidental, está preocupado por la crisis entre Marruecos y la ONU, y no descarta el inicio de nuevas hostilidades militares por el control del territorio. En una carta dirigida a la ONU, el jefe del Polisario y presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed, Abdelaziz, advierte de que los independentistas saharauis alentados por el poder argelino volverán a la guerra contra Marruecos si la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) no es capaz de asumir plenamente sus funciones en la antigua colonia española administrada por Rabat.

A la espera de que el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, haga público su último informe sobre la situación en el Sáhara Occidental, Abdelaziz pidió al Consejo de Seguridad de la entidad internacional que ejerza “una presión real y directa” sobre Marruecos para que la MINURSO pueda cumplir con “su mandato” y organizar “un referéndum de autodeterminación” en el territorio en discordia. En caso contrario, el jefe del Polisario destacó que la ONU daría “luz verde a una agresión militar” de Marruecos contra los independentistas saharauis. Si la MINURSO no llegara a cumplir con su cometido –dice Abdelaziz en la carta- “el pueblo saharaui se vería en la obligación de defender sus derechos por todos los medios legítimos, incluida la lucha armada, que ha sido legalizada por la ONU para todos los pueblos colonizados”.

Expulsión de la MINURSO

El pasado 20 de marzo, Marruecos expulsó a gran parte del personal civil de la MINURSO -83 personas- y cerró la oficina de enlace militar de este organismo en el Sáhara Occidental. La decisión de Rabat fue la respuesta contundente a unas polémicas declaraciones sobre el conflicto saharaui que hizo Ban Ki-moon durante el viaje que realizó a la antigua colonia española a principios del mes pasado. El secretario general de la ONU aseguró que el Sáhara Occidental sufre una “ocupación” de Marruecos. Las autoridades marroquíes reaccionaron con indignación y calificaron estas declaraciones de “inaceptables”, y desde entonces las relaciones diplomáticas entre Rabat y la ONU se han deteriorado notablemente. Mientras, tanto Marruecos como el Polisario esperan que Ban Ki-moon haga público el informe que ha elaborado el Consejo de Seguridad de la ONU. En principio, en dicho documento, el Consejo de Seguridad dará a conocer si renueva o no el mandato de la MINURSO a finales del próximo mes de abril. Según diversas fuentes periodísticas, el Consejo de Seguridad ha estado dividido sobre esta cuestión, pero finalmente se ha puesto de acuerdo para que la misión de la ONU pueda “funcionar plenamente”.

En su última gira, Ban Ki-moon viajó al Sáhara Occidental, que Marruecos considera parte de su territorio nacional, Argelia y Mauritania, pero no se reunió con el rey Mohamed VI, porque, según las autoridades marroquíes, el monarca no estaba “disponible”. Según informa el semanario Jeune Afrique, “Ban Ki-moon ha intentado ser conciliador” con Marruecos, pero “está harto” de las autoridades de este país. El portavoz del secretario general de la ONU, Farhan Haq, pidió a Marruecos que haga un ejercicio de responsabilidad y asuma plenamente sus compromisos internacionales concretados en el acuerdo del 29 de abril de 1991, que define claramente la misión de la MINURSO en el Sáhara Occidental: la organización de un referéndum de autodeterminación. Por su parte, Marruecos se siente traicionado por Ban Ki-moon, porque considera que el secretario general de Naciones Unidas ha abandonado su neutralidad en el conflicto saharaui y apoya las tesis independentistas del Polisario y Argelia.

Pie de foto: El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon.

“Opción caduca”

Los dirigentes marroquíes se han visto en la obligación de mantener la misión de la MINURSO para vigilar el alto el fuego entre las tropas de Marruecos y del Polisario y organizar el referéndum, pero nunca se han puesto de acuerdo con los independentistas sobre la composición del cuerpo electoral. Rabat considera que la consulta popular sobre el futuro del Sáhara Occidental es “una opción caduca” que en la práctica las partes enfrentadas no asumen realmente, según fuentes diplomáticas marroquíes, y propone a cambio una amplia autonomía del Sáhara Occidental bajo soberanía del reino alauí. El Polisario –alentado por Argelia- rechaza la propuesta marroquí, y, oficialmente, aboga por el referéndum de autodeterminación. España, antigua potencia colonial del Sáhara Occidental, sigue defendiendo la opción de la consulta bajo control de la ONU, pero por motivos económicos y geoestratégicos en Marruecos y el Magreb ve con interés la oferta marroquí. La posición de Estados Unidos en el conflicto es pragmática, porque valora sus intereses en Marruecos y Argelia y en toda la región. Francia es la única potencia occidental que apoya plenamente las tesis de Marruecos. Así las cosas, si Rabat no adopta una posición más dialogante, la MINURSO tiene los días contados en el Sáhara Occidental.

Vía militar

El regreso a la vía miliar en el conflicto saharaui parece bastante improbable, pero no se puede descartar totalmente. Las potencias occidentales con influencia en el norte de África no tienen ningún interés en que en el conflicto saharaui se imponga la solución de las armas, porque esto ocurriría en una zona donde actúan el terrorismo yihadista y las redes mafiosas que mantienen actividades delictivas como el tráfico de armas y seres humanos. En principio, Argelia, el Polisario y Marruecos tampoco. Pero lo que no pueden hacer las partes enfrentadas es ceder demasiado y perder la cara ante sus seguidores, que en Marruecos son la inmensa mayoría de las fuerzas políticas y la población. La defensa de la marroquinidad del Sáhara Occidental es básica para la monarquía de Mohamed VI, que es la pieza clave del Estado en Marruecos. Por su parte, el Polisario tiene el apoyo de una parte de la población saharaui que vive en la antigua colonia española, en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia) y en la diáspora por el resto del mundo, sobre todo en España. Un sector del independentismo no apoya al Polisario, al que considera un grupo antidemocrático y autoritario que únicamente sirve los intereses geoestratégicos de Argelia, y se decanta por otros movimientos menores. Muchos saharauis, por convicción o por otros motivos, aceptan la marroquinidad del Sáhara Occidental; lo mismo ocurre con miles de ciudadanos modestos marroquíes que viven desde hace décadas en el territorio en conflicto y no se consideran ni colonos ni opresores.

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