El V Foro de Estrategias de Internacionalización, organizado por la Asociación Española de Profesionales de Comercio Exterior, ACOCEX, subraya que el futuro pasa por la tecnología

La internacionalización de las empresas en tiempos de proteccionismo

photo_camera ATALAYAR - Lorenzo Amor, presidente de la Federación de Autónomos ATA, Miguel Ángel Martín Martín, presidente Fundador de ACOCEX

El Banco de España advertía recientemente de que los aumentos de barreras arancelarias por parte de Donald Trump a los productos agrícolas de la Unión Europea tendrán un impacto adverso y persistente sobre la capacidad exportadora de la economía española. Pese a las incertidumbres existentes en el comercio global, tanto por la guerra de aranceles desatada por Estados Unidos como por el futuro de la Organización Mundial del Comercio, las empresas españolas son conscientes de que una parte de su éxito proviene de la necesidad de internacionalizarse y de potenciar el comercio exterior. 

Para ello hay que ser innovador, utilizar las tecnologías disponibles y entender bien los mercados y las estrategias que se quieren seguir. Esa fue la principal conclusión del V Foro de Estrategias de Internacionalización, centrada en los retos de la 'Tecnología Aplicada al Comercio Exterior', celebrado en la sede de la Comisión Europea en Madrid, un evento organizado por la Asociación Española de Profesionales de Comercio Exterior (ACOCEX) y la federación INFEBEX. 

El foro no podría llegar en un momento más relevante que el actual, no solo por los aranceles a los productos españoles, sino porque el comercio exterior español pierde fuerza como motor del crecimiento económico. El comercio exterior constituyó una palanca esencial para la recuperación económica, sin embargo, desde 2018 las exportaciones empezaron a tirar menos del PIB. Para el conjunto del año pasado las exportaciones crecieron un 2,9%, una tasa sensiblemente inferior a la de 2017 (7,7%), que supuso un año extraordinariamente bueno. Como dice la Cámara de Comercio, "la internacionalización y la apertura a los mercados son, probablemente, los cambios más importantes experimentados por la economía española en los últimos treinta años". "Entre 2010 y 2018 las exportaciones han crecido en cerca de 100.000 millones de euros (exactamente en 98.244)", escribe Enrique Fanjul, técnico comercial y economista del Estado, en el blog del Real Instituto Elcano. 

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Es por ello por lo que la introducción de avances tecnológicos resulta un el camino a seguir para avanzar en la senda de los años anteriores y la internacionalización de la empresa. "La tecnología aún va por detrás del comercio exterior, en la internacionalización de las empresas españolas, queda mucho camino por recorrer", dijo Lorenzo Amor, presidente de la Federación Nacional de Organizaciones de Autónomos (ATA), la organización más representativa de autónomos en España. "Hay que conocer mejor la tecnología aplicada a las distintas áreas del comercio exterior ya que eso permitirá ganar competitividad y productividad", añadió Amor quien en septiembre fue nombrado, además, vicepresidente de la CEOE. "En un mundo globalizado, la tecnología y la digitalización es un carro que hay que coger porque no tiene vuelta atrás", explicó.  Por su parte, Miguel Ángel Martín Martín, presidente fundador de ACOCEX, destacó en la necesidad de "desarrollar la tecnología aplicada a la experiencia del cliente" y subrayó que "a veces la tecnología llega tarde a las pymes y los autónomos". 

Durante el foro destacaron temáticas como el futuro del 'ecommerce', el comercio electrónico, y los marketplaces como Amazon y Alibaba; la digitalización e introducción de nuevas soluciones de gestión de clientes en la empresa; la comunicación instantánea multilingüe y los chatbots; o las nuevas plataformas logísticas y de pagos internacionales con divisas. En esa línea se subrayó que la balanza comercial antes crisis era negativa algo que sigue sucediendo en la actualidad con la balanza comercial digital. "En España compramos mucho pero vendemos poco", dijo Andrés Vicente García, director de eBusiness & Marketing Internacional Tab en Inycom. "Hay que luchar para que las empresas den pequeño pero grandes pasos en la digitalización y crear los puentes entre el mundo analógico y digital", explicó. Para ello se sugirió aprovechar los canales digitales, los marketplaces, para internacionalizarse. 

En referencia al comercio electrónico, lo que muchos ven como la una de las vías más óptimas para exportar, se destacó como anécdota, lo sucedido en China esta semana. El Día del Soltero, el festival por excelencia de las compras en China, el país rompió el récord de ventas online al alcanzar los 268.444 millones de yuanes (unos 34.767 millones de euros) vendidos a través de internet por las plataformas del Grupo Alibaba en un solo día. Supuso un 24,6 % más, en comparación al año pasado, cuando batió su propio récord, y una señal del crecimiento imparable de esta área de negocio a nivel global. 

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Guillermo Rivas-Plata Sierra, secretario general de ACOCEX y gestor de comercio exterior, explicó que "el importante proceso de transformación digital en el mundo del comercio en España comienza en 1992 y terminará el 1 enero 2021 todo tiene que ser digitalizado según la Unión Europea para poder operar en el área de comercio exterior, para poder tramitar todo tipo documentación. Durante los meses de 2020 nos tocará correr", explicó. 

La desaceleración de la economía "nos hace encender la luz de alarma". A pesar de ello "tenemos un reto importante porque España tiene que volver a ser ese país que venda sus productos fuera. Las exportaciones tienen que tirar de la economía. No hay que ser pesimista", dijo Amor. "Un objetivo de las políticas de internacionalización de muchos países, entre ellos España, es aumentar la diversificación geográfica de los mercados exteriores de exportación. En el caso de España, en concreto, se ha señalado muchas veces que existe una excesiva concentración en la Unión Europea", escribe Enrique Fanjul 

Una de las conclusiones del foro es que los incrementos de aranceles están lastrando el comercio internacional y, por tanto, perjudicando a las exportaciones españolas, pero que la proyección exterior de nuestro tejido empresarial debe seguir siendo el objetivo último. El mundo globalizado representa una infinidad de oportunidades que las empresas deben saber aprovechar junto a las nuevas herramientas digitales y soluciones tecnológicas para la exportación en la era del Comercio 4.0.

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