Said Buteflika, hermano del dimitido mandatario argelino, cometió delitos contra la seguridad del Estado y las Fuerzas Armadas.

La jurisdicción militar argelina condena a 15 años de cárcel al hermano del expresidente Buteflika

photo_camera AFP/ RYAD KRAMDI - Protesta contra el derrocamiento del actual sistema político en Argel, el 5 de abril de 2019

Said Buteflika, hermano del expresidente de Argelia, Abdelaziz Buteflika, ha sido condenado por la justicia argelina a quince años de internamiento en centro penitenciario. Said Buteflika, quien tomó las riendas del Gobierno tras el accidente vascular que sufrió su hermano en 2013, ha sido condenado por un tribunal militar a la pena de privación de libertad por los delitos de conspiración contra el Estado y comprometer y menoscabar la autoridad de las Fuerzas Armadas del Estado. Estas conductas están tipificadas en los artículos 78 del Código Penal Argelino y el 284 de su Código de Justicia Militar.

En los meses venideros al estallido de las protestas populares que el pasado abril obligaron al entonces presidente, Abdelaziz Buteflika, a abandonar el Gobierno, el pueblo argelino comenzó a exigir la retirada de los cargos gubernamentales a todos aquellos relacionados y vinculados con el régimen

Said Buteflika fue arrestado en mayo, junto con otras tres personas más: los directores de Inteligencia, Mohamed Mediene y Bachir Tartag, y la líder del Partido de los Trabajadores, Louisa Honaune, como medida por parte del Gobierno de transición destinada a ir retirando a la antigua clase dirigente. Según informa la web aljazeera.com, el arresto se produjo como consecuencia de un intento por parte de los ahora condenados de desplazar del poder al jefe del Ejército, Amed Gaid Salah, como última maniobra para evitar la salida de Abdelaziz Buteflika del poder. 

El expresidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, sonríe acompañado de su hermano Said en una imagen de archivo
La corrupción política condiciona las elecciones

Las detención y condena de Said Buteflika, Mohamed Mediene, Bachir Tartag y Louisa Hanoune, se enmarcan dentro de las medidas tomadas por A. Gaïd Salah dentro de la campaña 'manos limpias', reclamo de la ciudadanía argelina que se niega a aceptar una fecha electoral definitiva mientras siga en el poder “la banda de la mafia”. En esta campaña, Salah, el 'hombre fuerte' de Argelia ha llevado a cabo detenciones y encarcelaciones de militares, políticos, ministros y empresarios próximos al clan Buteflika.

Por otro lado, el encargado de convocar la necesaria cita electoral es el presidente en funciones, Abdelkader Bensalah. El mandatario, quien ha sumido de forma interina la presidencia del Gobierno con el compromiso de convocar elecciones presidenciales en un plazo de 90 días, llegó a la Jefatura del Ejecutivo de acuerdo con lo establecido en el artículo 102 de la Constitución, al ostentar, en el momento de aplicación de este artículo, el cargo de presidente del Senado.

Tras dos intentos previos de fijar una fecha para convocar a los argelinos a las urnas, continúan las protestas semanales. Las elecciones presidenciales se han intentado programar para el próximo 12 de diciembre, pero los manifestantes han mantenido las demandas de reformas políticas y constitucionales en las instituciones estatales encaminadas hacía una transición a la democracia y la retirada de aquellos leales del expresidente. Esto también incluye a Gaid Salah, el cual recientemente tomaba la polémica decisión de blindar el acceso a Argel a aquellos que pretendiesen acudir a la capital para unirse a las manifestaciones. 

A pesar de la convulsa situación, Bensalah sigue defendiendo la celebración de elecciones para el próximo diciembre, afirmando que ello “permitirá a nuestro pueblo elegir un nuevo presidente que tendrá toda la legitimidad para presidir los destinos de nuestro país y realizar las aspiraciones de nuestro pueblo”. El mandatario continuaba afirmando que “por su importancia, esta elección será una oportunidad sin precedentes para generar confianza en el país y abrirá el camino para nuestro pueblo a un prometedor horizonte de consolidación de la práctica democrática”.

Proceso militar y no civil

El enjuiciamiento de Said Buteflika, Mohamed Mediene, Bachir Tartag, y Louisa Hanoune se ha llevado a cabo a través de la jurisdicción militar. El proceso judicial ha tenido lugar en el Tribunal militar de primera instancia de Blida, al sur del país, puesto que, de acuerdo con la legislación nacional, Argelia es uno de los casos en los que los Tribunales Militares están legitimados y serán competentes para conocer los hechos que tengan lugar en zonas militares, de acuerdo con lo dispuesto como “establecimiento militar” por el artículo 29 del Código de Justicia Militar. Según informa la Agencia de Prensa de Argelia, los hechos encausados tuvieron lugar en un centro militar, la residencia Dar El Afia. 

El Código de Justicia Militar, en su artículo 25 recoge, además, que la jurisdicción militar podrá encausar, en los tribunales militares permanentes correspondientes a tiempos de paz, a los autores, coautores y cómplices sean militares o no. Asimismo, la utilización de esta jurisdicción también viene respaldada por las características de delito. De acuerdo con el artículo 248 del Código del Procedimiento Penal de Argelia, los delitos contra la seguridad del Estado definidos en el Código Penal, con una condena superior a cinco años, serán competencia de los tribunales militares permanentes.

El proceso ha estado cerrado a medios comunicación y cualquier otro que no fuese abogado o familiar de los condenados. La Agencia de Prensa de Argelia informa de que, de acuerdo con la legislación procesal penal del país, los condenados tienen derechos a apelar la sentencia ante el Tribunal Militar de Apelaciones en un plazo de 10 días desde que se dictó sentencia. 
 

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