La migración, el dolor de cabeza de Borrell en Marruecos con la Unión Europea de fondo

Alex Erquicia

Pie de foto: Migrantes llegan al puerto de Málaga el 9 de enero de 2019 después de que un bote que transportaba a 188 migrantes fuera rescatado por los guardacostas españoles. AFP/JORGE GUERRERO

En su más reciente viaje a Marruecos, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, alzó la voz un poco más fuerte intentando poner mayor presión a la UE. España clama desde hace meses más recursos económicos de la Unión para reforzar tanto sus políticas en la frontera como la cooperación bilateral con Marruecos. Durante la cuarta visita de Borrell a Rabat en un año, junio y octubre del año pasado y visita oficial de Estado en febrero de este año, una por trimestre, el ministro volvió a repetir la máxima. 

La histórica cooperación que España mantiene con Marruecos en el control de las migraciones irregulares se mantiene, pero Borrell reclama más apoyo del bloque comunitario. Desde el año pasado, la ruta de Marruecos a España se ha convertido en el principal punto de entrada para los migrantes irregulares, conocida como la ruta del Mediterráneo occidental. El número total de llegadas a España en 2018 (casi 65.000 personas) fue un 131% más alto que en 2017. 

La presión migratoria hace que España desee dinero del fondo para el asilo, la migración y la integración, uno de los instrumentos del presupuesto comunitario para financiar todo tipo de acciones ligadas a la atención a migrantes y refugiados. 

Hay una necesidad imperante de mayores recursos para las primeras medidas de asistencia a los recién llegados. En enero, el Gobierno ya reclamó a la Comisión Europea más fondos para atender a los inmigrantes a pie de playa fondos adicionales para la atención y primera acogida de los migrantes que llegan a España de manera irregular a través del mar Mediterráneo. España está buscando cambiar su estrategia en materia migratoria, pasando por potenciar los esfuerzos de acogida e integración, más allá del control de las fronteras, pero lo condiciona a la ayuda de Bruselas. 

La UE reconoce tanto las buenas relaciones entre los países vecinos como la necesidad de hacer más. En marzo, Bruselas admitió la "enorme" presión migratoria a la que está sometida España y ha abierto la puerta a brindarle más ayuda financiera y operativa para controlarla, al tiempo que ha pedido reforzar la cooperación con Marruecos. "Ya hemos dado casi 36 millones de euros de asistencia de emergencia el año pasado y estamos listos para dar a España el apoyo técnico, financiero y político que necesite", dijo en su momento el comisario de Inmigración e Interior, Dimitris Avramopoulo. "España está bajo presión y seguirá teniendo nuestro pleno apoyo". 

Pie de foto: El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Josep Borrell, tras la rueda de prensa con su homólogo marroquí, en Rabat, Marruecos, el lunes 3 de junio de 2019.  AP PHOTO/MOSA’AB ELSHAMY

La nueva solicitud de fondos por parte de Borrell venía con mensaje incluido. El mandatario aplaudió que Marruecos esté cumpliendo con su responsabilidad de controlar las fronteras y los esfuerzos en migración. Destacó que España está defendiendo en el seno de la UE la necesidad de apoyar a Marruecos y volvió a criticar la insuficiente aportación económica de la UE. Europa, en respuesta, quiere soluciones al problema migratorio y mira el Magreb como un lugar para ello. Borrell ha defendido la necesidad de incrementar las aportaciones tras el desembolso de apenas 30 de los 140 millones comprometidos por la UE a Rabat para reforzar el control de fronteras en Marruecos (a finales de 2018 se aprobaron 140 millones de euros a Marruecos en apoyo a la gestión de fronteras y apoyo presupuestario y complementan los 36 millones de euros en asistencia de emergencia también acordados en 2018 para España). Rabat tiene la referencia  los más de 6.000 millones que la UE destinó a Turquía para que frenase el flujo de migrantes y refugiados y confía en lograr más fondos destinados a la frontera. 

"Las relaciones entre Marruecos y España son ejemplares y abarcan ámbitos muy sensibles, como la gestión de los flujos migratorios", declaró el jefe de la diplomacia española en una rueda de prensa, al final de una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Nasser Bourita. Esa cooperación ejemplar se ve en otros ámbitos como la cooperación antiterrorista. 

A finales de mayo, Marruecos también quiso mostrar los resultados de una política migratoria más dura y el mayor control en su frontera que existe este año. El Gobierno destacó que en su intento de frenar la emigración irregular ha abortado 30.000 intentos de emigrar hacia España en lo que va de este año. Desde Rabat aseguran que los esfuerzos no solo están orientados hacia la lucha contra las redes de tráfico de emigrantes, sino también a aliviar el impacto de la gran concentración que se ha producido en la ruta de Marruecos a España. En Europa reconocen la colaboración entre las autoridades españolas y marroquíes. 

Durante 2018, las autoridades marroquíes abortaron 89.000 intentos de migración clandestina, casi todos por vía marítima, una cifra récord desde que se tiene registro de estas operaciones. Este año los marroquíes han desplegado agentes para reforzar la lucha contra las mafias, frenar las salidas por mar y han empleado a la Marina Real y la Gendarmería en los rescates en alta mar.

Pie de foto: Migrantes hacen cola para solicitar asilo frente a una comisaría de Policía en Madrid, en una foto de archivo del 22 de noviembre de 2018. REUTERS/JUAN MEDINA

La cruz de esta nueva política de migración más dura, tanto por España como por Marruecos, ha disparado las críticas de algunos colectivos pro derechos humanos. Un 52% de los extranjeros irregulares que denunciaron abusos señalaron a la policía o a otras fuerzas del orden, según un estudio del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "El 92% de quienes arriban a territorio español entra a través de Marruecos, según esos datos relativos a 2017. En la actualidad, el porcentaje es incluso superior", escribe Lucía Abellán en El País.

Más allá de las migraciones irregulares, el ministro de Exteriores español tiene un segundo gran problema con las migraciones regulares y los visados temporales. El responsable de Exteriores reconoció que el sistema de cita previa para visitar España está desbordado en muchos países. Para ello, aseguró que reforzará los consulados españoles en Marruecos para gestionar la demanda creciente de visados temporales. Muchos consulados están desbordados y los de Marruecos está saliendo de control - crecen al mismo ritmo el número de visados concedidos como los que se rechazan.  El crecimiento anual de visados es del 10% anual en los últimos años, dijo en rueda de prensa en su visita del 3 de junio, y Borrell ha prometido agilizar su procesamiento. 

La otra patata caliente es el asunto del cierre unilateral que Rabat decretó de la aduana comercial con Melilla, el pasado 1 de agosto, en el puesto fronterizo de Beni-Enzar. Los Gobiernos de España y Marruecos acordaron crear grupos de trabajo para buscar una salida al problema. 

Ambos ministros han acordado seguir ampliando los ámbitos de cooperación bilateral con vistas a la próxima Reunión de Alto Nivel entre ambos gobiernos. Que España se haya convertido en la principal puerta de Europa para la migración irregular es un problema español, marroquí y de la Unión Europea. Es evidente que las presiones migratorias globales y el riesgo de inestabilidad en el vecindario mantendrán la inmigración en lo alto de la agenda política de la Unión Europea. En el caso de las relaciones España y Marruecos lo seguirá siendo también y una de las tareas será prevenir la violencia a la que son sometidas las personas que se embarcan en la peligrosa travesía hacia Europa.

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