La OTAN descarta una zona de exclusión aérea en Siria, mientras arde el polvorín kurdo de Turquía

Por Samira Maaluf 
Foto: Una protesta kurda en Turquía contra la presencia yihadista en la ciudad siria de Kobane. 
  
El nuevo secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se reunió  este jueves en Ankara con la cúpula del Gobierno turco y se entrevistó con el recién elegido presidente del país, Recep Tayyip Erdogan. El mensaje que transmitió al jefe del Estado, el primer ministro, Ahmet Davutoglu, y a otos altos cargos como los ministros de Asuntos  Exteriores y Defensa y el jefe del Estado Mayor del Ejército,  el general Necdet Özel, fue el mismo: la OTAN descarta una zona de exclusión aérea en Siria, como sí la hubo en Libia en 2011, porque lo impusieron París y Londres, durante la revuelta popular que derrocó violentamente al tirano megalómano Muamar Gadafi. Stoltenberg dijo en una rueda de prensa que  “imponer un área de exclusión aérea o un área de seguridad dentro de Siria no está siendo discutido por la OTAN”. En el seno de la OTAN, Turquía conforma su segundo mayor ejército. La Alianza Atlántica descarta los planes de Ankara, que lleva tiempo presionando para crear una 'zona tampón' en la franja norte de Siria. Los dirigentes turcos están convencidos de que una zona de esta naturaleza permitiría realojar a parte del más de 1,5 millones de refugiados sirios que hay en Turquía  y alejaría la amenaza yihadista de territorio turco. La posición de la OTAN cuenta con el respaldo de Estados Unidos. Según la agencia AP, el Pentágono considera “costoso” la creación de una zona de exclusión aérea en Siria, pero John Kerry, secretario de Estado estadounidense, no descartó examinar esta posibilidad.  
 
Una gran decepción 
La posición oficial de la OTAN, además de decepcionar a Ankara, fue también un golpe moral y político para los defensores kurdos de la ciudad siria de Kobane, que lleva varios días asediada por los yihadistas Los bombardeos de la coalición internacional liderada por Washington contra las posiciones del Estado Islámico (EI) han impedido la toma global  de Kobane, pero los terroristas siguen ganando posiciones, la bandera yihadista ondea en la ciudad y las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas han sufrido muchas bajas. Estados Unidos dio por perdida Kobane el miércoles de esta semana cuando Kerry declaró que esta ciudad kurda en territorio sirio no es un “objetivo estratégico”. Mientras, el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Çavusoglu, dejó claro que “no es realista que Turquía realice operaciones sobre el terreno por su propia cuenta”. Estas declaraciones incrementaron aún más la rabia de los kurdos de Turquía, que llevan varios días protestando en las calles de varias ciudades del país por la inacción del Gobierno de Ankara frente al conflicto de Kobane. Para tratar de calmar los ánimos, el ministro de Defensa turco, Ismet Yilmaz, aseguró que la OTAN dispone de una estrategia planeada para defender Turquía si es atacada desde fuera de sus fronteras. Turquía y Siria comparten más de 900 kilómetros de frontera. Al menos una veintena de personas murieron en los últimos días en Turquía en las  violentas protestas contra la inacción de Ankara en el conflicto de Kobane. Además de los enfrentamientos con la Policía, también hubo peleas a tiro limpio entre kurdos izquierdistas e islamistas radicales. Los primeros eran seguidores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y los segundos, simpatizantes del movimiento  Hizbullah, que no tiene nada que ver con el grupo libanés del mismo nombre.  
 
Protestas en Europa 
Una decena de  víctimas mortales fallecieron en Diyarbakir, principal ciudad de la región sureña de mayoría kurda. También hubo muertos en Batman, Mardin, Siirt y Mus. El Ejército turco mantiene desplegados varios blindados en algunas ciudades para asegurar el cumplimiento del toque de queda. Los heridos y detenidos se cuentan por decenas y los daños materiales son importantes. Sólo en Estambul hubo un centenar de arrestos. Las violentas protestas llegaron también a Europa. En la ciudad alemana de Hamburgo miembros de las comunidades kurda y yazidí se enfrentaron a militantes islamistas. El suceso se saldó con 23 heridos. Ocurrió tras una manifestación pacífica de kurdos contra lo que califican de “masacre” del EI en Kobane. A pesar del toque de queda, en ciudades como Ankara, Estambul y Esmirna la tensión es enorme y los gases lacrimógenos y los cañones de agua de la Policía no consiguen detener la ira de los kurdos. En Diyarbakir, según dijo el ministro de Agricultura, Mehdi Eker, a la agencia ‘Anadolu’, “ninguna de las muertes se debe a la actuación de las fuerzas de seguridad”. Kobane es un símbolo de la resistencia kurda frente al EI para los kurdos de Turquía. Es también la ciudad donde  Abdulá Ocalan, fundador y líder del PKK, vivió un tiempo durante su estancia en Siria huyendo de las autoridades turcas. Muchos de sus militantes están luchando contra los yihadistas en Siria e Irak; y en  Turquía, Ankara y el PKK están negociando un proceso de paz, aunque las autoridades turcas, la Unión Europea (UE) y Estados Unidos  consideren que este partido kurdo es una organización terrorista.  
 
Pirata informático 
Por otra parte, según informa Rachid Elalamy desde Rabat,  desde hace un tiempo, una cuenta de Twitter publica documentos confidenciales sobre actividades del ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Salaheddine Mezouar, y del jefe de la DGED (servicios secretos exteriores marroquíes), Yassine Mansouri. Los mensajes dan información sobre las actividades de Mansouri en Estados Unidos y en África y  sus relaciones con el Mossad israelí. Esta operación, que, según algunos medios marroquíes, busca la descalificación de Mezouar y Mansouri, está dirigida por un tal 'Chris Coleman'. O con ese nombre firma la persona o el colectivo que difunde las informaciones. Los mails de algunas personalidades marroquíes han sido pirateados y sus contenidos revelados al público. En el caso del jefe de la diplomacia marroquí, la cuenta de Twitter revela informaciones sobre sus relaciones con la sociedad McKinsey. También lo hace sobre la vida privada de la ministra delegada para Asuntos Exteriores, Mbarka Bouaida. El dueño de un medio de comunicación (‘L´Observateur’ y ‘Med Radio’), Ahmed Charai, también está en el punto de mira de ese pirata –o piratas- informático. Un medio marroquí no descartó que detrás de este asunto esté algún grupo afín al Frente Polisario que quiere desacreditar a Marruecos ante la opinión pública. En otro orden de cosas, la Brigada Nacional de la Policía Judicial (BNPJ) de Marruecos desmanteló una nueva célula yihadista que se dedicaba a reclutar combatiente para el EI. Ocho de los presuntos terroristas detenidos son originarios de la ciudad norteña de Nador y un noveno, de Casablanca. 

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