La ruptura del acuerdo UE-Turquía afecta a los niños refugiados en Grecia
Hace poco más de un mes que Turquía anunció su salida del acuerdo establecido con la Unión Europea (UE) en materia de refugiados y migración irregular, y las consecuencias que ello trae consigo se acrecientan progresivamente, poniendo en jaque la situación de un gran número de personas y familias. De este modo, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha instado este jueves a los Gobiernos europeos a poner fin a las condiciones de hacinamiento que viven más de 1.100 niños refugiados en Grecia. Se trata del mayor número desde 2016, lo cual pone en evidencia el impacto de la ruptura del tratado UE-Turquía.
La directora regional de UNICEF para Europa y Asia Central y coordinadora especial para la respuesta de refugiados y migrantes de Europa, Afshan Khan, ha mantenido que “el pasado fin de semana un niño perdió la vida y dos más fueron heridos en un incidente violento en el Centro de Recepción e Identificación de Moria” y que “esta última tragedia es un claro recordatorio de que la situación en los centros de recepción de Grecia está en un punto límite”. Para retratar la situación de una manera más fiel, la organización ha lanzado un cortometraje en el que se muestra a diferentes niños relatando su historia y las razones por las que tuvieron que emprender el camino de “huida” de sus países, así como las duras condiciones a las que se exponen diariamente. Además, el comunicado pretende generar cierta repercusión en términos de servicios de atención, puesto que cada vez resulta más difícil llevar las riendas del problema.
El caso del Centro de Recepción de Moria ilustra perfectamente la postura a la que deben hacer frente, puesto que, pese a estar destinado a albergar a unas 3.000 personas, en él viven actualmente más de 8.700, entre los que se cuentan aproximadamente 3.000 menores de edad. La ‘Sección B’, por otra parte, tiene capacidad para acoger a unos 160 niños no acompañados, pero hay más de 520 alojados en ella precariamente. Así pues, Afshan Khan también ha señalado que se sigue haciendo “un llamamiento a las autoridades griegas para que trasladen a los niños a un alojamiento adecuado en la zona continental. Pero Grecia no puede apoyar sola a los niños refugiados y migrantes”; Y que “es vital que los Gobiernos europeos aumenten los esfuerzos para reubicar a los niños refugiados y migrantes no acompañados y agilicen las reunificaciones familiares para aquellos que ya tienen familiares en Europa”.
Hoy en día, hay más de 32.000 niños refugiados y migrantes en Grecia, incluyendo más de 4.000 no acompañados o separados, según ha registrado UNICEF.
Mediante el tratado establecido entre la Unión Europea y Turquía, firmado en 2016, se dispuso el retorno de todos los nuevos refugiados sirios que se trasladaran a las islas griegas desde Anatolia y, por cada persona, se reasentaba a otra en la UE. Sin embargo, Turquía puso fin al acuerdo como respuesta a las sanciones que Bruselas emitió contra Ankara por realizar exportaciones de gas en aguas de Chipre.
De este modo, los refugiados que se encuentran en Grecia no son ni serán devueltos a Turquía, y el reasentamiento tampoco se contempla. Así pues, las posibilidades para las personas que esperan un remedio a la inestabilidad a la que están expuestas se han reducido considerablemente. De igual modo, la intención de reducir los flujos migratorios irregulares también queda en el olvido y se cancela la ayuda económica que la Unión Europea prometió a Turquía para la gestión de estos procesos.
