La ruptura total de las relaciones transatlánticas más cerca que nunca

Alex Erquicia

Pie de foto: Un caza F-35, en cuya producción Turquía ya no puede participar, vuela el 24 de mayo de 2019. AIR FORCE STAFF/SGT JENSEN STIDHAM  

La relación transatlántica ha tocado fondo. Las relaciones entre los Estados Unidos y la Unión Europea, la relación bilateral más importante y sólida de la comunidad internacional, se encuentran en un mínimo histórico. 

El año del 70 aniversario de la creación de la alianza de defensa intergubernamental Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), el desafío frontal por parte del único miembro de mayoría musulmana de la alianza de la OTAN, Turquía, hace prever un futuro en el que la ruptura transatlántica se pueda hacer oficial. Una ruptura permanente cambiaría uno de los pilares del orden internacional desde la Segunda Guerra Mundial

Esta semana la Casa Blanca y el departamento de Defensa han confirmado que ha suspendido la venta de cazas F-35 a Turquía como respuesta a la compra, que se hizo efectivo el viernes 12 cuando comenzaron a recibir entregas del sistema el sistema antimisiles de fabricación rusa S-400 por parte del Gobierno del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. El suministro de los elementos principales del primer conjunto del sistema de misiles tierra-aire S-400 Triumf de largo alcance estará completo en una semana, según recoge la agencia de noticias rusa Interfax.

Pie de foto: Militares rusos conducen partes del sistema de defensa antiaérea S-400 en la Plaza Roja de Moscú, Rusia, el 9 de mayo de 2018. REUTERS/SERGEI KARPUKHIN

Según EEUU ambos sistemas, los de la Alianza Atlántica y los de Rusia, no pueden coexistir dado que los S-400, de última generación, pueden recolectar inteligencia de las F-35 suponiendo una potencial brecha en la seguridad del equipamiento junto a mayores vulnerabilidades para la OTAN. "Turquía no puede tener tanto el sistema ruso como el caza de quinta generación", dijo el Pentágono en un comunicado.  La crisis entre EEUU y Turquía es otro paso más en la ruptura de las relaciones transatlánticas, uno que atesta un golpe del que será difícil recuperarse.

EEUU ha llegado a amenazar con sacar a Turquía de la cadena de producción de esta aeronave. Washington lidera el programa de producción de los aviones de combate F-35 del que Turquía es parte. Como miembro del consorcio internacional que financió el desarrollo del F-35, Turquía estaba programada para recibir 100 de los aviones, y contaba con ellos en sus planes de defensa nacional. EEUU incluso ya había detenido la formación de pilotos turcos en el F-35 en las bases en su país. "Los Estados Unidos y otros socios del F-35 están alineados en la decisión de suspender a Turquía del programa e iniciar el proceso para eliminar formalmente a Turquía del programa", aseguró el Pentágono. 

La discordia entre EEUU y Turquía respecto al sistema de defensa antimisiles ha ido a mayores en los últimos meses y hoy corre el riesgo de hacer de la OTAN una organización menos móvil y con menor influencia de defensa en una era de incertidumbre globales y con los retos en materia de seguridad sucediéndose. Ankara considera que la suspensión de la venta de cazas F-35 al país eurasiático es "incompatible" con el espíritu de la OTAN y advirtió de un posible "daño irreparable" en sus relaciones bilaterales.

Pie de foto: Funcionamiento del sistema de misiles de defensa aérea S-400 de Rusia. AFP/AFP

Turquía ingresó en la OTAN en 1952, parte de la primera ampliación de la organización (junto a Grecia, tres décadas antes que la incorporación de España en 1982)  porque las circunstancias de la bipolaridad en el sistema mundial durante la Guerra Fría empujaron al país a moverse hacia el bloque occidental. Hoy, 67 años después, Turquía tiembla ante las posibles sanciones económicas por parte de Estados Unidos. "Esto es representativo del gran cambio en la orientación de Turquía, que se aleja de la alianza transatlántica y sus valores, hacia el este y a un bloque autoritario de países", dijo Aykan Erdemir, ex miembro del parlamento turco y ahora 'senior fellow' del think tank Foundation for Defense of Democracies en declaraciones a NBC.

Esta "crisis de los sistemas de defensa antiaéreas" no es la única tensión que afecta al futuro de la OTAN, representante del multilateralismo que el presidente Trump tanto aborrece. Todavía siguen vivas las exigencias del presidente de EEUU para que los países miembros de la OTAN aumenten sus contribuciones financieras a la alianza occidental. Con la Unión Europea entrando en una nueva legislatura y con la salida de la política europea y alemana de Angela Merkel en 2021, ya ha anunciado que este era su último mandato, A su vez, el debate en Bruselas, y otras capitales europeas, en el ámbito de defensa sigue siendo la necesidad, o no, de crear un ejército europeo. Sus defensores reclaman otorgar a Europa una mayor autonomía de la Alianza Atlántica y de EEUU en materia de seguridad y defensa.

Pie de foto: El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el 2 de abril de 2019. REUTERS/JOSHUA ROBERTS

Las posiciones de la UE y EEUU también están encontradas por el acuerdo nuclear con Irán, el Acuerdo de París e incluso en los inicios de guerra comercial que Washington está abriendo con Europa (veáse aranceles a raíz de las disputas sobre las subvenciones a los aviones, el gasoducto Nordstream 2 y las importaciones europeas de automóviles). 

"Donald Trump ha hecho todo lo posible para socavar la unidad del bloque y cuestionar sus principios", escribe Judy Dempsey de Carnegie Europe. Es por ello que la nueva legislatura europea puede ser la mejor oportunidad para reequilibrar la delicada relación transatlántica. "A diferencia del actual presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, ella es una atlantista comprometida. Ella no acepta la retórica anti-estadounidense de que Europa tiene que cuidar de su propia seguridad y defensa. Y Von der Leyen sabe que mientras los aliados europeos de la OTAN se nieguen a gastar más en defensa, no tendrán influencia en Washington. El apoyo de Von der Leyen a la OTAN y a una Europa comprometida a compartir más cargas le servirá bien en Washington", añade Dempsey que confía en la nueva presidenta de la Comisión, Ursula Von Der Leyen está suficientemente calificada para enfrentar el desafío planteado por Trump.

Quizás la evidente buena sintonía entre Erdogan y el presidente Donald Trump sea de los pocos cartuchos que quedan para evitar la ruptura total de las relaciones transatlánticas. Mientras tanto Rusia se ha mostrado dispuesto a venderle a Ankara cazas S-35. El nuevo paradigma de seguridad que se está erigiendo en la OTAN y en el mundo multipolar abre un escenario lleno de incertidumbres. 

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