La reportera marroquí fue inesperadamente indultada este miércoles por el rey Mohamed VI

Luces y sombras del caso Raissouni

photo_camera PHOTO/REUTERS - La periodista marroquí Hajar Raissouni

Después de 47 días detenida, la periodista marroquí Hajar Raissouni, que había sido condenada a un año de cárcel por haber abortado y mantenido relaciones sexuales extramatrimoniales, ha recuperado su libertad. Un indulto de Mohamed VI lo ha permitido

El rey de Marruecos ha actuado con rapidez y acierto y vuelve a anticiparse a los acontecimientos. Tras varias semanas de protestas, actividad en las redes sociales e indignación en las calles de Marruecos -el caso ha tenido una considerable repercusión fuera de las fronteras marroquíes, especialmente en España y Francia- el jefe del Estado marroquí -que es también príncipe de los creyentes, esto es, máxima autoridad religiosa- ha decidido atajar la situación. También han sido indultados la pareja de la joven y el equipo médico que trató a Raissouni, de 28 años, en una clínica de Rabat. Los activistas y las redes sociales se han apuntado la victoria. 

El comunicado emitido por el Ministerio de Justicia marroquí este miércoles aseguraba que la medida de gracia se vinculaba a la “compasión” y “preocupación” del monarca por “preservar el futuro de los dos prometidos, que planean fundar una familia conforme a los preceptos religiosos y a la ley, a pesar del error que cometieron”. Raissouni es reportera del diario Akhbar al Yaum, una publicación crítica con las actuaciones de la clase gobernante marroquí.

La joven y su prometido salen de una cárcel de Rabat

El caso Raissouni vuelve a subrayar las luces y las sombras del entramado político y judicial de nuestro vecino del sur. La medida extraordinaria adoptada por el monarca sirve para aplacar la indignación que se había desatado por el caso, pero pone en evidencia la independencia del sistema judicial. Lo ocurrido plantea inevitablemente un interrogante: ¿qué suerte correrán ahora las numerosas personas privadas de libertad por casos semejantes? 

“El affaire es político, como la intervención real”, aseveraba al diario francés Liberation el tío de la joven y redactor jefe de Akhbar Al Yaum, Souleymane Raissouni. Raissouni mantiene desde el principio que se trata de un proceso “político” y asevera que fue ingresada por una hemorragia interna. La familia y su defensa legal pretende ahora que, más allá de la gracia real, la justicia marroquí reconozca la inocencia de la joven.

La medida extraordinaria adoptada por el monarca sirve para aplacar la indignación que se había desatado por el caso, pero pone en evidencia la independencia del sistema judicial marroquí

La intervención del monarca nos remite necesariamente a un episodio semejante vinculado al aborto. Marzo de 2015. En pleno escándalo desatado por un reportaje en la televisión francesa que destapaba la realidad de los abortos en centros médicos marroquíes, Mohamed VI sorprendía ordenando la modificación de la ley que hasta entonces solo aprobaba el aborto en caso de que la vida de la madre estuviese en peligro. Un rey que se manifestaba más progresista que amplios sectores de la sociedad y que la propia clase política marroquí. A partir de ese momento el aborto quedaría despenalizado en tres supuestos: que la mujer estuviera en peligro, que el embarazo sea fruto de una violación o incesto y que el feto presentara malformaciones o enfermedades incurables. Cuatro años después, la reforma no ha acabado de hacerse realidad. Lo cierto es que cada día se practican en Marruecos entre 600 y 800 abortos clandestinos. La justicia marroquí procesó el año pasado a 14.503 personas por “libertinaje”, 3.048 por adulterio, 170 por homosexualidad y 73 por aborto.

Brecha generacional

Asimismo, el caso Raissouni ha puesto de relieve la creciente brecha entre la nueva generación urbana marroquí -y ciertas comunidades ilustradas residentes en el extranjero- y amplios sectores de la sociedad marroquí adscritos a valores tradicionales. Y pone de relieve los límites a las libertades individuales aún existentes en el país magrebí.

Uno de los médicos que atendió a la reportera abandona la cárcel de Salé

“Entretanto, el debate se ha abierto, la lucha continúa por todos aquellos que sufren las leyes injustas de manera cotidiana”, afirmaba esta mañana la cineasta marroquí Sonia Terrab, una de las impulsoras del Colectivo 490 -en referencia al artículo del Código Penal marroquí que castiga las relaciones extramatrimoniales-, nacido para promover la despenalización de la conducta. Terrab firmó, junto a la escritora franco-marroquí Leila Slimani, un manifiesto titulado ‘Fuera de la ley’ en apoyo de la joven que ha recabado hasta 12.000 firmas. Una movilización que ha resultado a la postre decisiva. 

“El rey de Marruecos ha corregido un error. Ahora debe reformar el sistema que él preside, el cual creó el error”, instaba en un tuit esta mañana el periodista Ahmed Benchemsi, antiguo director del combativo semanario TelQuel y ahora director de comunicación de Human Rights Watch en la región MENA. En su reciente discurso de apertura de la legislatura, el monarca volvió a reiterar hace una semana que los problemas sociales son la prioridad de “la nueva etapa” en que Marruecos ha entrado e instó al sistema financiero nacional a que facilite las cosas al marroquí de a pie en sus cuitas con la microeconomía. La intervención y buena voluntad real ha puesto en evidencia, en fin, las fallas de un entramado institucional que requiere de profundas reformas. 

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