Público femenino pudo asistir al partido que enfrentó a Irán y Camboya, clasificatorio para la Copa del Mundo de Qatar de 2022

Mujeres acuden libremente al fútbol en Irán por primera vez en 40 años

PHOTO/WANA (West Asia News Agency) vía REUTERS - Mujeres iraníes asisten al partido de clasificación para la Copa Mundial contra Camboya en el estadio Azadi de Teherán, Irán, el 10 de octubre de 2019

Las autoridades de Irán permitieron la entrada de público femenino a un encuentro de fútbol por primera vez en 40 años. Desde que triunfó la revolución islámica iraní en 1979 se había prohibido la libre presencia de mujeres en espectáculos deportivos masculinos; bajo una ley no escrita, pero que sí fue de estricto cumplimiento hasta ahora. De momento, la medida de apertura decretada para las mujeres se limita a partidos internacionales únicamente. 

En esta ocasión, se rompió la tendencia de hace cuatro décadas con el partido de fútbol que enfrentó a la selección de Irán con la de Camboya, en el estadio Azadi de Teherán, en partido clasificatorio para la Copa del Mundo de Qatar de 2022. Este partido terminó con un resultado aplastante favorable a los intereses persas: 14-0.

Algunas de las asistentes dejaron constancia de la alegría y emoción que suponía esta novedosa medida. "Nos divertimos durante tres horas. Todas nos reímos, algunas lloramos porque estábamos muy felices. Tuvimos esta experiencia muy tarde en nuestra vida, pero estoy muy feliz por las chicas más jóvenes que vinieron al estadio", publicó una de las asistentes en la red social de Twitter.

En este encuentro, hasta 4.000 mujeres pudieron disfrutar en directo del espectáculo, con el único requisito de que debían estar agrupadas en gradas diferentes a aquellas en las que estaban emplazados los espectadores masculinos. Hasta 150 mujeres policía estuvieron encargadas de que se respetase esta segregación de género en las gradas del Azadi, que puede albergar hasta 78.000 espectadores. Aunque es remarcable y destacable que esas 4.000 entradas dispuestas para el público femenino se agotaron a la hora de haber salido a la venta. 

Precisamente, algunas asociaciones de activistas en pro de los derechos de la mujer denunciaron que las ciudadanas iraníes solamente pudieron disponer de 4.000 localidades a pesar del gran aforo del que dispone el estadio donde se disputó el partido. 

Por primera vez desde hace cuatro décadas, se permitió a las mujeres iraníes entrar oficialmente en un estadio de fútbol

Mientras, en los últimos tiempos se había extendido una corriente en la sociedad iraní favorable al aperturismo en relación con el papel social de las mujeres persas; y uno de los asuntos con más gancho mediático tenía que ver con la ausencia de mujeres en eventos deportivos públicos masculinos debido a la interpretación de la ley islámica en Irán. 

Esta tendencia se acrecentó con el caso de Sahar Khodayari, la mujer que se quemó a lo bonzo tras ser acusada de entrar a un estadio de fútbol disfrazada de hombre para poder presenciar un encuentro y que temía entrar en la cárcel bajo esta acusación. El trágico testimonio dejado por esta causó un gran impacto y forzó la presión popular para que las autoridades iraníes flexibilizaran las rígidas normas respecto a la cuestión de la presencia femenina a eventos deportivos masculinos. 

Sahar llegó a ser conocida como la ‘chica azul’ por el color del atuendo que llevaba en el momento de su arresto al entrar disfrazada de hombre en un partido. Ese es el color de la vestimenta del equipo de la que era fiel seguidora, el Esteghlal.

La República Islámica ha prohibido a los espectadores femeninos el acceso al fútbol y a otros estadios durante unos 40 años

El caso de la muerte de Sahar suscitó también la implicación de la Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA, por sus siglas en inglés). El máximo órgano rector del balompié internacional metió presión en este sentido de cara a romper con la situación anómala que se vivía en Irán, que era el último país en el mundo en el que no se permitía el libre acceso de mujeres a eventos deportivos masculinos, fuera de alguna otra ocasión en las que unas pocas privilegiadas pudieron hacerlo bajo selección previa. 

Y es que, anteriormente, hubo algunos casos aislados de presencia de féminas en citas deportivas masculinas, pero siempre bajo una preselección hecha por dirigentes persas en casos muy concretos. Así, por ejemplo, en 2005, se autorizó la entrada de unas pocas mujeres para ver el partido jugado entre Irán y Bahréin. Y, el año pasado, un centenar de mujeres tuvieron el “privilegio” de poder asistir en directo al encuentro disputado entre el combinado iraní y Bolivia. Hecho, este último, que al final fue censurado poco después por el fiscal general del Estado persa, quien lo tildó de “pecado”. 

Desde varios sectores de la sociedad se ve esta última medida adoptada como ‘populista’ y como algo aislado para salir airosos momentáneamente ante las presiones de la FIFA y de gran parte de la opinión pública internacional, que era un clamor ante el veto impuesto a las mujeres iraníes. El siguiente paso para dar ahora ante las exigencias de mayor aperturismo tienen que ver con que la medida de la libre entrada de mujeres no se circunscriba solamente a partidos internacionales y que las mujeres se puedan situar en la parte del campo que deseen. 

Las mujeres aficionadas asisten libremente al partido de fútbol por primera vez en décadas

Este último movimiento acaecido en Irán es muy significativo. Y es que las limitaciones de la normativa islámica para las mujeres van más allá de poder o no asistir a citas deportivas masculinas. Irán impone medidas estrictas sobre el comportamiento y la vestimenta de la mujer en el ámbito público, entre las que se incluye también la restricción de bailar con hombres a no ser que sea en el ámbito familiar o acompañadas de familiares cercanos, algo denunciado en innumerables ocasiones por organismos internacionales defensores de los derechos humanos, como Amnistía Internacional. Precisamente, esta entidad tildó la última iniciativa de las autoridades iraníes de “truco cínico publicitario” al ser ofrecido a las mujeres un pequeño número de entradas para el encuentro entre Irán y Camboya. Desde otros sectores se apunta que esta medida tiene que ver con un ‘lavado de cara’ para el Ejecutivo persa de cara a un beneficio político o electoral en un futuro, que poco tendría que ver con una posterior mayor liberación social de la mujer y sí con ganar mayor simpatía entre sectores más amplios de la sociedad persa. 

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