La periodista siria explicó en Casa Árabe Córdoba el papel de los medios de comunicación tunecinos en el ámbito político y social y la mayor preocupación ciudadana por la crisis económica

Rouaida Refai: “El reto de los medios ahora es el de volver a tener una cierta credibilidad ante el pueblo tunecino”

photo_camera PHOTO/GUILLERMO LÓPEZ/ATALAYAR - Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez

Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez, habló del papel de los medios de comunicación en la política y la sociedad tunecina y cuál ha sido su rol en el último proceso electoral que supuso el ascenso a la Jefatura de Estado de Kais Saied, quien busca un entendimiento político en un Parlamento atomizado entre diversas fuerzas políticas para conformar Gobierno. La periodista concluyó, durante la segunda jornada de los cursos ‘Magreb, Oriente Medio y Europa: Entendimiento entre culturas. Relaciones y desafíos’ celebrados en Casa Árabe de Córdoba y organizados por la revista Atalayar, que los medios de comunicación han perdido terreno frente a la actividad de la población en las redes sociales en internet, sobre todo jóvenes e intelectuales, que ha restado poder a esos medios de comunicación tradicionales. 

La profesional siria, experta en el funcionamiento de los medios de comunicación, relacionó esta tendencia con el hecho de que la población tunecina también está más preocupada ahora por la difícil situación económica que atraviesa la nación, marcada por el creciente paro que padece la ciudadanía, que por la cuestión ideológica o política. 

En la ponencia en Casa Árabe, Rouaida Refai estuvo acompañada de Javier Fernández Arribas, director de la revista Atalayar, quien ejerció como moderador y conductor del coloquio. La periodista lleva en Túnez desde el año 2012, tras salir de un país como Siria, azotado ahora desde hace ocho años por una cruenta guerra civil enmarcada bajo la época actual del régimen de Bachar al-Asad.

Atalayar_Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez

Fernández Arribas inició la ponencia aludiendo a las ‘primaveras árabes’ como proceso político importante en ciertos países. La de Túnez comenzó por protestas iniciadas en diciembre de 2011 generadas en torno a la tragedia de un vendedor de pescado al que le confiscaron su mercancía y que, al reclamar sin éxito ante los funcionarios responsables, como señal de protesta, se acabó suicidando. La situación desembocó en la salida del dictador Ben Ali y esto “prendió en otros países con malos resultados en general”; como por ejemplo en Siria, nación que padece más de ocho años de guerra civil con la participación “espeluznante” de terroristas de Daesh mediante asesinatos cometidos ante la reacción de Al-Asad contra la oposición.

En Siria las fuerzas de la región aprovecharon para convertir el tablero de juego en un campo de batalla, a lo que se suma el problema de los turcos en el norte con una especie de rivalidad entre Estados Unidos y Rusia dilucidando una supremacía en Oriente Medio; situación de la que se están retirando los estadounidenses, más interesados ahora en el nuevo campo de exploración del Ártico por cuestiones comerciales.

Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez

Tras esta exposición, el director de Atalayar aludió a Túnez como un pequeño país, pero un gran ejemplo de lo que podría ser una convivencia en normalidad en una nación musulmana con una democracia más o menos de corte occidental. Aunque el periodista alertó que “no se puede pensar en exportar democracias occidentales a países árabes porque cada país tiene su culturas y valores”; aunque sí se debe hacer prevalecer el respeto a la convivencia, los derechos humanos, garantizar la libertad y fomentar el establecimiento de las instituciones bajo el principio de la separación de poderes. “Si intentamos calcar nuestras democracias en estos países nos equivocaremos”, aseveró Fernández Arribas. 

También explicó que las últimas elecciones tunecinas fueron ganadas por el partido islamista moderado Ennahda, que intentó crear una Constitución muy partidista y favorable a los islamistas, ante lo que hubo una reacción opositora que derivó en una negociación en la que los tunecinos lograron una Carta Magna “de cierto consenso como ejemplo a seguir en otros países”. 

Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez

El director de los cursos ‘Magreb, Oriente Medio y Europa: Entendimiento entre culturas. Relaciones y Desafíos’ sacó a colación también el problema del azote del terrorismo, con varios atentados crueles, como el del museo del Bardo en 2015; algo que socavó su economía, afectando principalmente al turismo. Las finanzas tunecinas se encuentran deterioradas ahora por la falta de recuperación del turismo, y esta crisis económica causa un “enorme malestar en la población”. Este es el caldo de cultivo que ha generado gran frustración, ya que el pueblo no pudo lograr las demandas solicitadas a pesar de la revolución democrática llevada a cabo. 

Hace un par de meses se eligió a un presidente de la República de Túnez como Kais Saied, que estaba dando clases en la universidad y ahora se ha convertido en un fenómeno político por su triunfo electoral sobre el magnate de la televisión Nabil Karoui. Mientras, en las elecciones legislativas venció el partido Ennahda, pero con una gran fragmentación que hace complicada la formación de Gobierno. 

Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez

En este escenario, Rouaida Refai explicó que se presentaron muchos retos para los medios de comunicación. Hubo un cambio radical a nivel mediático porque “se ha pasado de un modelo más público a uno más privado”. 

Hay una apertura mediática más importante, con más libertad de expresión y se puede hablar de todos los temas, pero hubo reto ante el caos generado por pasar de un modelo de medios estatal a uno más populista, lo que representa un gran desafío a nivel del panorama mediático tunecino. 

Rouaida Refai sí destacó el uso de los políticos de los medios para hacer llegar sus programas. Consideró importante destacar la crisis económica y cómo los políticos se aprovechan de las plataformas comunicativas, a las que financian para hacer llegar sus agendas políticas y programas aprovechando la crisis y cómo influye también la misma en las corporaciones mediáticas ya que están ávidas de fuentes de financiación, que pueden ser ofrecidas por los propios políticos. 

La periodista siria expresó que la opinión pública tunecina tiene un cierto nivel de conciencia y sabe que hay un aprovechamiento de los medios.

Tras la victoria electoral de Kais Saied, el pueblo se sorprendió de los resultados inesperados. Hubo una fuerte reacción a nivel de medios, sobre todo en referencia a Nabil Karoui, magnate de los medios, quien preparó su campaña desde hace muchos años, respaldado por su plataforma comunicativa; una campaña dirigida a zonas más marginales y donde se puso menos énfasis en temas políticos, ya que entre la población interesan más los problemas sociales del día a día. 

El pueblo tunecino ha escogido en este sentido a Saied, una persona alejada de los medios, más ajena a este ambiente, y esto ha derivado en que los medios tienen que tomar decisiones más a nivel de cómo proyectar su forma de transmitir noticias y conectar más con la opinión pública, la cual tiene más conocimiento. Rouaida Refai remarcó que la población no puede caer en las trampas de los medios de comunicación y de los interesados en hacer llegar su agenda. 

La periodista hizo referencia al caso durante la pasada campaña para los comicios en el que un canal de televisión perdió más de un millón de usuarios en redes sociales en 24 horas por la campaña de difamación emprendida contra el candidato vencedor. Destacó a Facebook y Twitter por su papel importante como alternativa a la polarización de los medios, sobre todo a nivel de jóvenes e intelectuales, lo que ha influido mucho en los resultados de las últimas elecciones en Túnez.

Javier Fernández Arribas, director de Atalayar, Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez

Para Refai, “el reto de los medios de comunicación ahora es el de volver a tener una cierta credibilidad ante el pueblo tunecino”. Se trata de cambiar el discurso mediático y volver a tratar temas que preocupan a la ciudadanía, tales como las preocupaciones y necesidades del día a día. Según la periodista siria, el pueblo “ya no se interesa por ideologías y debates políticos porque hay una mayor necesidad de hablar de temas sociales y económicos”. 

En este sentido, Ennahda experimentó un retroceso al no poder imponer su ideología al pueblo tunecino.

Javier Fernández Arribas retomó la palabra para preguntar si las elecciones son libres en Túnez, si existen las mismas posibilidades para todos los políticos. Rouaida Refai no tuvo dudas al hablar sobre este asunto. Para ella, sí hubo elecciones libres y democráticas a pesar de los intentos de manipulación en ciertos medios de comunicación. Señaló que la clase política se sorprendió de los resultados ya que nadie esperaba que Kais Saied se impusiese a Nabil Karoui, encarcelado por una sentencia por corrupción, quien preparó su campaña electoral para las elecciones durante mucho tiempo con la ayuda de los medios de comunicación más afines a su corporación. Una campaña en la que se centró más en las zonas marginadas. 

Nadie esperaba que Kais Saied ganase, todas las encuestas apuntaban a la victoria de Karoui, Para Refai, esto se debió mucho a que los jóvenes en Túnez fueron activos a nivel de redes sociales, llegando a cambiar los resultados de las elecciones presidenciales. 

Fernández Arribas remarcó que se demuestra que el empresario no logró el apoyo del pueblo a pesar de sus medios, “se eligió al profesor por sus ideas claras”, resaltó.

Rouaida Refai reseñó que el nuevo jefe de Estado Saied tiene el problema de que no sabemos su visión: “es un poco ambigua, no tiene un programa económico definido”. El catedrático universitario se ha mostrado como un candidato independiente y equidistante, pero que se ha acabado acercando a otras fuerzas políticas. Estamos a la espera de ver qué va a presentar al pueblo tunecino; para la periodista siria lo que se recoge en la calle es más importante que la opinión de los medios de la comunicación, donde se presentan analistas políticos que hablan de asuntos ideológicos y políticos, alejados de otras cuestiones más cotidianas que sí interesan y atañen más de cerca a la ciudadanía. 

Existe ahora cierta preocupación sobre si Ennahda va a poder influir en el nuevo presidente e imponer su agenda política. Hay reservas sobre la apertura que hubo en Túnez, ya que Kais Saied se trata de una persona con un carácter más conservador. 

Respecto a las competencias del presidente Saied, Rouaida Refai refiere que son más limitadas porque designa al primer ministro encargado de conformar Gobierno, en este caso Habib Jemli, pero que eventualmente no puede imponer su agenda política él solo. Por eso hay preocupación sobre si el partido islamista Ennahda puede llegar a imponer su programa político. Esta formación tiene ahora en torno a dos meses para llegar a constituir un Ejecutivo, algo que no es fácil con la atomización parlamentaria existente ahora en el arco político tunecino. 

La periodista siria quiso remarcar que la participación de los votantes en las elecciones fue mejor en 2019 que en comicios anteriores; hubo una participación de en torno al 43%, un nivel alto en comparación con procesos electorales anteriores. 

Las mujeres y los jóvenes influyeron definitivamente en los últimos resultados. Según Refai, la mujer en Túnez tiene más derechos en comparación con otros países de la región y, sobre todo, en comparación con el global de la esfera árabe. 

Esta circunstancia impidió que Ennahda triunfara más en Túnez, ya que tiene más peso en zonas marginales con mentalidad mas tradicional, “ahí es donde opera más”, señaló la periodista siria. 

El pueblo tunecino está más interesado en su bienestar social, sobre todo al sur de Túnez, región más deprimida en la nación. Ahí Ennahda tuvo un papel muy importante con una actuación más filantrópica y con ayudas sociales a las personas más marginalizadas. 

Javier Fernández Arribas sacó a la luz durante la ponencia el asunto del terrorismo. Túnez emprendió una lucha más o menos eficaz contra el yihadismo dentro de sus fronteras, y el director de Atalayar se quiso preguntar por la repercusión de estos grupos en las elecciones y en las zonas más deprimidas, donde más se asientan estos grupos.

Ante esto, Rouaida Refai indicó que no se puede hablar de grupos terroristas como tal, que es una exageración. Dejó claro que se trata más de individuos que tienen una tendencia extremista yihadista a título personal. Señaló que hay una reacción muy negativa de rechazo a esas personas a nivel social y político. 

Aunque manifestó que es un tema bastante complicado y que no se puede hablar solamente de factores solo religiosos, hay también elementos socioeconómicos que tienen una influencia muy grande. La marginalización contribuye a que nazca esta ideología extremista; en una misma familia puede haber alguna persona más radicalizada, frente al resto de integrantes que no son así. “Son casos sueltos”, explicó la periodista. 

Javier Fernández Arribas señaló que la ecuación pobreza terrorismo no es directa, pero que en Europa sí hubo casos. Entre los que atentaron en París y Bruselas había muchos elementos que procedían de la delincuencia. Pero no hay relación directa. Es igual que pensar que todos los árabes son terroristas, se considera un reduccionismo que deriva en un problema de islamofobia. 

Refai resaltó que solamente se buscan justificaciones. Para ella, los terroristas son criminales, a los que les gusta ser llamados “teoristas”, aunque “son únicamente criminales”. Se dedican a seleccionar ciertos aspectos de la religión islámica para luego justificar sus actos. 

Fernández Arribas reseñó que, según el Corán, ‘yihad’ es el esfuerzo personal de cada uno en ser mejor y los terroristas se valieron de la ‘yihad’ para sus propios intereses. 

Para la periodista siria, el Corán necesita especialistas para analizarlo y ella no lo es. pero los creyentes supuestamente deben seguir todos los principios de este texto sagrado, preguntándose por qué los yihadistas no aplican los principios del perdón y tolerancia. El “teorismo es igual que dictadura”, según Refai, quien explicó que se basan en “imponer sus ideas y concretar sus intereses, igual que un sistema de dictadura”. 

En cuanto a la situación económica, la ponente quiso dejar claro que hay frustración en Túnez, “una depresión colectiva por la situación financiera en el país”, la cual ha derivado en protestas y huelgas. Rouaida Refai también ligó esta crisis al mundo de los medios de comunicación, que se ven afectados también profundamente por la misma: “Los periodistas sufren precariedad laboral y los líderes políticos se han podido aprovechar de esto, y por eso hemos tenido financiación política y corrupción en los medios de Túnez”. La profesional mediática siria refirió que se aprovecha el hecho de que los medios necesitan dinero para luego financiarlos y usarlos como plataforma para lanzar campañas de difamación y utilizar estos medios para sus intereses. 

Rouaida Refai, periodista siria afincada en Túnez

A pesar de las dificultades financieras del país, Refai señaló que piensa que no hay peligro para la democracia debido a la situación económica del país. La preocupación principal del pueblo tunecino no es política, es económica. Solamente interesa ahora el bienestar social de cada uno, “el ciudadano quiere vivir dignamente”, aseguró. Existe una mayor preocupación por la crisis que por la democracia.

Sobre la arista turística en Túnez, un sector azotado por la crisis económica, Javier Fernández Arribas se preguntó cómo está la situación ahora. Refai destacó que el país del norte de África es “muy bonito, con gente hospitalaria”, que merece la pena conocer la costa y que el sur de Túnez es muy recomendable: “Poca gente lo conoce, pero es muy interesante”. Rouaida remarcó que, en los últimos años, por los atentados terroristas, la gente no ha visitado Túnez como antes; aunque también explicó que ahora “hay más estabilidad” y “que claro que se puede visitar y disfrutar mucho”. 

En cuanto al clima de negocios, la periodista siria señaló que hay empresas españolas, francesas e inglesas trabajando sobre el terreno en Túnez. A nivel turístico hay mucha presencia de empresas extranjeras. Refai aclaró que el dinar tunecino no tiene el valor de antes y eso significa que para las empresas extranjeras es mejor invertir porque el coste es menor. Quiso destacar la relevancia de que compañías de fuera se instalen en el país: “Puede ser que las empresas e inversores tengan reticencia por la situación de seguridad o problemas de estabilidad o políticos en Túnez, pero considero que las inversiones extranjeras serán muy importantes para el desarrollo de Túnez y su estabilidad a nivel económico y político”.
 

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