Ruanda cierra su frontera con la República Democrática del Congo debido a la epidemia de ébola

Javier García Gómez

Pie de foto: Una unidad de cuarentena para el ébola en Muma, República Democrática del Congo.

El Gobierno de Ruanda ha decidido este jueves cerrar de forma temporal sus fronteras terrestres con la vecina República Democrática del Congo (RDC) debido a la localización de nuevos casos de ébola en la localidad de Goma, muy cerca de la línea divisoria entre los dos países. La medida ha sido tomada para extremar las precauciones frente a esta epidemia en RDC que ya ha sido declarada la segunda peor epidemia de la historia y ha dejado 1.800 muertos en el país. 

“Sí, la frontera ha sido cerrada”, comunicaba Olivier Nduhungirehe, encargado de Asuntos Exteriores de Ruanda para la Comunidad Africana Oriental, a la agencia EFE. Con esta medida, el paso entre la ciudad de Goma y la vecina localidad de Gisenyi quedará cortado excepto para los congoleños que quieran salir de Ruanda. “Las autoridades (de RDC) lamentan esta decisión que va en contra de los consejos de la Organización Mundial de la Salud (OMS)”, como así lo han hecho saber.  

Además, un tercer paciente de ébola ha sido diagnosticado en la localidad de Goma. Este hecho ha causado preocupación, puesto que es una ciudad capital de una región que cuenta con más de 1 millón de habitantes y existe el riesgo de que un repunte de la epidemia se empiece a desarrollar en esta zona del país. El Gobierno de RDG ha identificado a este tercer paciente como la hija de un año del segundo caso de ébola que se registró en Goma. Este caso se trataba de un hombre de 46 años que ha fallecido este miércoles en el Centro de Tratamiento del Ébola (CTE) del Hospital Provincial de Goma, al cual llegó en el undécimo día de su enfermedad con pocas esperanzas de sobrevivir. “Este tercer caso confirmado es la hija de un año del padre de 10 hijos que falleció por ébola en el Centro de Tratamiento del Ébola en Kiziba. La niña ya presentaba síntomas de la enfermedad”, ha declarado a la agencia AFP un responsable del sistema sanitario de respuesta. El paciente llegó a la ciudad del noreste del país procedente de Ituri, provincia que lleva viviendo el brote de la enfermedad desde que comenzó la epidemia. Las autoridades sanitarias congoleñas han afirmado que se han tomado todas las medidas para cortar el canal de contaminación en la casa del fallecido.  

Naciones Unidas ya alertó el pasado jueves de que existían posibilidades de que se registraran casos nuevos de ébola fuera del territorio congoleño, según han expresado en un comunicado conjunto con la OMS y la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), entre otras organizaciones. En este documento señalaron que “en un núcleo con tanta densidad poblacional se enfatiza el riesgo muy real de una transmisión más amplia de la enfermedad, quizás más allá de las fronteras del país, y la urgente necesidad de una respuesta global fortalecida y de incrementar las inversiones de los donantes”. Además, estas organizaciones han hecho un llamamiento a los grupos enfrentados en RDC para que “garanticen que los equipos de emergencia están seguros haciendo su trabajo y que aquellos que necesitan ayuda puedan acceder a ella sin miedos”. Esto se debe a que es la primera vez que un brote de ébola se propaga en un territorio en conflicto. En esta zona de RDC operan diversos grupos armados y los trabajos de los servicios sanitarios y humanitarios han sido interrumpidos varias veces a causa de diversos ataques violentos. 

Pie de foto: Un niño tiene su temperatura controlada en Goma. Una segunda persona murió de ébola en la ciudad oriental de Goma, República Democrática del Congo. (PAMELA TULIZO / AFP)

Un año de epidemia

Este 1 de agosto se cumple el primer aniversario desde que el Gobierno de RDC informara oficialmente de este brote. Durante este año ha habido 2.600 infectados, un tercio de ellos menores de edad, y 1.800 personas han fallecido ha causa de la enfermedad. La OMS ya declaró el ébola como una “emergencia de salud pública de alcance internacional”. Esta epidemia es la décima que vive el país africano desde que se detectara el primer caso en 1976 cerca del río Ébola y está siendo la más grave de su historia. 

También la enfermedad ha provocado problemas políticos. Oly Ilunga, antiguo ministro de Salud, dimitió a finales de julio debido al desacreditación por parte del presidente del Gobierno, Etienne Tshisekedi, que prefirió ponerse el mismo al mando de la lucha contra la epidemia. Países como Arabia Saudí cerraron sus fronteras a los musulmanes residentes en RDC que querían peregrinar a la Meca por peligro al contagio

El trabajo de diferentes ONG como Médicos Sin Fronteras (MSF) y organizaciones como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en inglés) ha sido incansable, pero todavía no ha conseguido controlar totalmente la epidemia y siguen trabajando por lograr el objetivo de su erradicación antes de que acabe el año 2019. "No tenemos tiempo que perder, contad conmigo; le he dicho al presidente que me dé 3 o 4 meses para acabar con esta epidemia y es lo que queremos. Después de estos 3 o 4 meses, yo vuelvo a mi laboratorio", afirma a la agencia EFE Jean Jacques Muyembe, uno de los primeros investigadores que descubrió el virus. 

Todas estas organizaciones han mirado con buenos ojos el reciente apoyo que ha mostrado el Gobierno de RDC para incrementar los esfuerzos en la lucha contra el ébola. "La epidemia sigue sumando víctimas, sigue no estando bajo control, con varios focos que llegan y sobre todo con mucha desinformación", afirma Luis Encinas, experto en ébola de MSF. Organizaciones que no solo luchan contra la epidemia sino también contra el estigmatización que causa la enfermedad en la sociedad y la desconfianza de la población: “Lo han traído los grupos armados para matar”, “la vacuna es un veneno” o “lo han traído los blancos” son comentarios que se escuchan por las calles de las ciudades.

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