El pacto anunciado este miércoles permitirá a Turquía entrar en territorio sirio y expulsar a las milicias kurdas de la “zona de seguridad”

Siria se opone al acuerdo entre Estados Unidos y Turquía para crear una zona de control en su territorio

photo_camera AFP. - Convoy militar de Turquía en la ciudad de Kirikhan, en la frontera con Siria, 12 de enero de 2019.

El Gobierno de Siria ha rechazado rotundamente el acuerdo al que han llegado el pasado miércoles Estados Unidos y Turquía, que incluye el objetivo de crear una zona bajo control militar turco en el noroeste de Siria, hecho que considera un ataque a su soberanía: “La República Árabe Siria expresa su rechazo contundente y absoluto al acuerdo anunciado por los dos ocupadores, estadounidense y turco, sobre la llamada ‘zona segura’, que representa una agresión escandalosa a la soberanía del territorio sirio”, según ha afirmado una fuente del Ministerio de Exteriores a la agencia SANA.  

El acuerdo al que han llegado Washington y Ankara establece un “conjunto de operaciones” que permitan crear “una zona de seguridad” en el norte Siria, eludiendo, así, las posibilidades de enfrentamiento entre los grupos kurdos, apoyados por EEUU, y Turquía. “Siria llama a la comunidad internacional y a Naciones Unidas a condenar esa agresión estadounidense-turca que constituye una escalada peligrosa”, añadía esta misma fuente. 

El entendimiento entre estos dos miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no ha sido fácil, especialmente después de que Turquía amenazara reiteradas veces en las últimas semanas que está dispuesta a entrar en el norte de Siria con su Ejército para combatir a las milicias kurdas, declaradas organización terrorista por el Gobierno otomano. Mediante este acuerdo, los combatientes kurdos serían expulsados de esa zona de seguridad, al mismo tiempo que las fuerzas estadounidenses y turcas destruirían las bases kurdas, una de las grandes exigencias de Turquía. Esto supone la creación de un centro de operaciones conjuntas para coordinar y gestionar las patrullas, según ha indicado el Ministerio de Defensa de Turquía. 

“Además se ha acordado tomar medidas adicionales para convertir esta zona de seguridad en una franja de paz para que nuestros hermanos sirios desplazados retornen a su país”, se explicaba en la nota. Uno de los puntos que no se han aclarado en este acuerdo inicial es cómo de extensa será esta zona de seguridad, ya que el Gobierno de Erdogan sigue presionando para que sea de 32 kilómetros, algo inadmisible para las Unidades de Protección Popular (YPG, por sus siglas en inglés), ya que supondría prácticamente de la totalidad del territorio que controlan desde que derrotaron a Daesh. 

Estados Unidos salva, así, la posible intervención inminente de forma unilateral de Turquía en territorio sirio

Por su parte, las fuerzas kurdas también alertaron de las consecuencias de un enfrentamiento directo contra Ankara, diciendo que no les será posible en ese caso proteger a los prisioneros temporales de Daesh que están bajo arresto por los grupos kurdos. Cabe recordar que en torno a 8.000 sirios y 2.000 iraquíes han sido capturados durante las últimas jornadas de lucha contra la organización terrorista.  “O pelearemos con los turcos o protegeremos a los prisioneros”, afirmó Aldar Xelil, un político kurdo del noreste de Siria, según ha recogido el diario Noticias de Israel. “Si los miembros de Daesh ven que hay una guerra y que Turquía ha atacado romperán los muros y huirán, añadió.

En la reciente visita del jefe del Comando Central de Estados Unidos, Kennth Ackenzie Jr., las fuerzas kurdas acordaron retirarse de una zona desmilitarizada con una extensión de unos 5 kilómetros. Será la extensión de esta área el próximo reto a acordar entre las diferentes partes, en un momento en el que Turquía está llevando una política diferenciada del resto de sus aliados de la OTAN. 

Esta condena del Gobierno sirio se ha producido dos días después de que se levantara el alto el fuego entre las fuerzas gubernamentales y las milicias rebeldes en la ciudad de Idlib. La paralización de las operaciones en esta zona del noroeste de Siria solo ha durado 72 horas. La condición para que se mantuviera el alto el fuego era la aplicación del acuerdo de Sochi, por el cual se estipulaba la retirada de las fuerzas terroristas 20 kilómetros de la zona de distención y la retirada de armas pesadas y medianas, obligaciones que según el Ejecutivo sirio estos grupos terroristas no han cumplido.

El Gobierno de Bachar al-Asad se prepara, de esta forma, para continuar con la ofensiva en el último bastión de las fuerzas rebeldes sirias entorno a la ciudad de Idlib, región que ha vivido “una pesadilla humanitaria como no se ha visto ninguna en este siglo”, según ha afirmado en varias ocasiones Naciones Unidas. 

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